Capítulo XII: El hombre de un futuro lejano

Punto de referencia

14 de junio del 2010. Había despertado muy temprano en la mañana, a las 6:30 de la mañana. La lluvia se hizo sentir desde la madrugada y no paraba.

Encima del escritorio había implementos para el baño. Como era casi costumbre tomé aquellos implementos y me fui a duchar en el baño anexo de la habitación.

Después de la ducha, me fui al comedor para poder ver si había algo para comer. Cal abrir el refrigerador, Kly llegó a avisarme que el desayuno estaba preparado, giré el cuerpo para mirarlo y me sorprendí de que la Mesa que estaba junto a él ya estaba preparada. No sé qué había hecho así que le pregunte:

- ¿Cómo fue que…?

Kly respondió:

- Siempre lo hago.

No quise seguir con esta conversa así que tomé desayuno.

Una media hora después encendí su televisor para ver cómo estaría el tiempo y estaban informando que en la noche caería nieve por lo que advirtieron que se debían tomar precauciones y estar atentos a la posibilidad de que se suspendan las clases.

Me quedé pensando y no lograba recordar que este año cayera nieve, por lo que le dije a Kly:

- Kly, Algo inusual está ocurriendo.

- ¿Qué cosa?

- El tiempo pronostica que va a caer nieve y por lo que recuerdo eso nunca ocurrió.

- Bueno, hay dos posibilidades: La primera puede ser los efectos de la ruptura del Espacio-Tiempo; La segunda posibilidad es que una fuerza extra-dimensional esté actuando para atacar este mundo. Esto último no tiene relación con lo primero.

- ¿Y bueno? ¿Es más probable la primera opción?

- Sí.

- Entonces, eso significa que tenemos poco tiempo para actuar.

Kly me encontró razón y por eso me respondió decidido:

- Ya es momento de que actúes y busques a Enrrico.

- Bien ¿Por dónde empiezo?

- Te recomendaría empezar yendo a tu antiguo liceo.

Pensé que sería una mala idea porque me encontraría con mi “Otro yo del pasado”, y si eso pasa, adelantaría la destrucción del universo. Y le dije:

- No puedo ir a mi liceo ¿Por qué es preciso que empiece ahí?

- Percibo una fuerza que ha estado ondeando cerca de ese lugar este último tiempo, seguramente es un hombre que viene de otra época. Seguramente se trata de él.

- ¿Por qué iría a mi liceo?

- Seguramente te está buscando…

- ¿Acaso se percató de mi presencia?

- Deberías darte cuenta de que los viajeros en el tiempo son sensibles en ubicar a otros viajeros y son capaces de resistir a los cambios repentinos del tiempo.

- Aún tengo mucho que aprender…

- Yo diría que sí, porque todavía no puedes percibir su presencia. Pero ya te acostumbrarás.

Entonces puse manos a la obra y me fui a buscar a Enrrico. Kly me había pasado un abrigo y un paraguas y me fui caminando hacia el liceo. Tuve que ir con mucho cuidado ya que no quería que me descubrieran.

Había caminado un par de cuadras cuando comenzó a llover muy fuerte, por lo que tuve que ir debajo de un techo de una tienda de barrio cerrada y me quedé ahí un buen rato.

En eso ocurrió una sorpresa inesperada: alguien detuvo su auto justo en frente de la entrada mayor del negocio y bajó su vidrio. Descubrí que era la profesora Mariana Pla del liceo y me dijo:

- ¡Montes! ¡Qué sorpresa verte aquí! ¿Te llevo?

Me quedé helado porque la joven profesora me había reconocido. Le respondí:

- No se preocupe profe, yo estoy esperando a…

Y fue en ese momento que recordé que tenía que ir al liceo a buscar a Enrrico por lo que cambié el discurso:

- Pero mejor me subo, gracia profe.

- Sí, sube porque ¿No querrás llegas a clases tarde por culpa de la lluvia?

- Eh… Claro que sí.

Me subí al auto de la profesora y me condujo por las calles en dirección al liceo.

En el viaje me percaté que la profesora se había teñido el pelo rosado, algo "normalmente inusual" en ella ya que siempre buscaba hacerse cambios bien extraños. Aun así, ella era muy alegre, servicial, cariñosa, bien educada, era como una madre. Ella me platicaba:

- ¿Qué estabas haciendo en esos lugares?

- Estaba viendo a un amigo muy cercano y me quedé en su casa.

- ¿En serio?

- Claro ¿Sabe por qué?

- ¿Por qué?

- Porque estaba muy enfermo y es muy pobre.