CAPITULO 4
Las siguientes actuaciones fueron buenas pero totalmente carentes de imaginación, todas iban de pasar de música clásica a rap, funk incluso reggaetón. Cada chica quería destacar por ser original pero acababan trillando ideas mas que vistas en televisión, las plazas limitadas no despertaban el cerebro lo suficiente como para destacar.
—Está bien –dijo Madame Fanny levantándose de la silla, desde donde había visto todos los números, con ayuda del bastón –a las que os nombre por favor reuníos detrás mío.
Procedió a leer un listado de nombres, las actuaciones habían sido mejores o peores pero realmente las bailarinas eran buenas así que no difícil saber quien estaría dentro. Chloe estaba muy quieta, como si el más mínimo gesto hiciera cambiar la decisión. Tal y como iban nombrando chicas Jake le decía al oído quienes eran y que ella era mejor, pero las posibilidades se reducían a cada nombre. Había diez plazas y solo quedaba una chica por nombrar.
—Señorita Crowell por favor sitúese aquí con las demás.
Las chicas soltaban grititos, según Jake porque el grupo escogido era en su gran mayoría el grupo de amigas y arpías que siempre se burlaban de él. Tras el último nombre Jake abrazó a Chloe, ella se había quedado callada mientras las demás rechazadas estaban haciendo pucheros. Estaba realmente convencida en que podría pasar, su cuerpo no era el de una bailarina pero esperaba que el montaje ayudara a olvidar eso un poco, habían estado meses ensayándolo, incluso anoche casi los encierran en el instituto cuando estaban terminando de comprobar que la iluminación y la pantalla estaban bien.
—Vamos pensaremos qué hacer –susurró Jake intentando consolarla.
Marc se situó de frente a Jake, había algo que lo molestaba, verla abrazándola no le gustaba, aunque fuera su novia no le gustaba e iba a interrumpir ese momento.
—Ahora no Marc –dijo Jake aun frotando la espalda de Chloe que estaba con su cara enterrada en el pecho de Jake –en serio, no es el momento de joder.
—Solo quería saber como estaba Chloe, creo que su actuación fue increíble.
Chloe se deshizo un poco del abrazo y se giró aun con la mejilla apoyada en Jake, Marc esperaba verla hecha un mar de lagrimas pero no era así, estaba seria pero nada más.
—Gracias –contestó ella con una leve sonrisa –aunque parece ser que no sirvió de mucho.
—Si te sirve, creo que es la primera vez que ver un baile me ha emocionado y Jake, hiciste un trabajo de fotografía excepcional, no sabía que tenías ese talento.
—A mi lo que me hubiera resultado raro es que lo supieras –contestó Jake en un tono frío.
Marc había sido su calvario de niños en primaria, desde que crecieron él nunca más volvió a decir nada, pero el niño interior de Jake no le perdonaba del todo las veces que él rompió sus juguetes, era irracional pero no podía evitarlo.
—Jake no seas así –le reprendió Chloe –estaba siendo amable y te has portado como un idiota.
—Pero él es Marc, por su culpa no te pude traer tu regalo de San Valentín en primaria y tú pensaste que se lo había dado a otra chica.
Chloe se quedó pensativa intentado ubicar a Marc en su memoria.
— ¿Primaria? –dijo Marc asombrado ¿llevan juntos desde primaria?
Haciendo caso omiso de Marc, Chloe siguió pensando, debía de ser muy pequeña cuando eso pasó.
— ¿Te refieres al año de pisapapeles en forma de corazón? –preguntó Chloe acordándose.
Jake asintió.
Chloe se giró para encarar a Marc y le dio una patada en la espinilla, menos mal que tras su actuación se había vuelto a poner sus deportivas o eso podría haberle dolido.
—Fuiste un imbécil –le dijo Chloe entrecerrando los ojos.
—Ni siquiera lo recuerdo…
—Estuve tres días llorando y sin hablar con Jake ¿te parece bonito? ¿Cuál es tu excusa?
—¿Que tenia 6 años?...
—Es una buena excusa hay que reconocerlo –contestó Chloe –además vi el regalo antes de terminarlo y creo que puedo decir sin equivocarme que era el pisapapeles más feo de la historia ¿verdad Marc?
Marc no sabía que contestar ¿estaba bromeando? Porque la patada en la espinilla aun le dolía. Jake arrugo los labios disgustados y Chloe no pudo evitar reírse al recordar lo aliviada que había estado de que el regalo no llegara.