Aves negras invaden mi cielo. Se posan estáticas con las alas extendidas, ni luz ni canción brota ya desde arriba. Solo breves burbujas brillantes que al apagarse acentúan mi penumbra.
Hermosos ojos aquellos, tan hermosos como indiferentese.
Un pensamiento brota ahora: moriré pronto y en la mayor de las soledades ¿Cómo diablos me he quedado sin propósito al perderte?
Sigo hacia mi fin, el final de los finales para mí, pues el mundo seguirá indiferente.