Parece que mi comentario a debido dolerle porque vuelve a comportarse de misma la misma manera que cuando he llegado a la consulta.
-Bueno... señorita Miller estamos aquí para hablar de su alumno Gael Robinson.
Vaya de nuevo vuelvo a ser la señorita Miller
Asiento mientras observo como rebusca en una carpeta con el nombre del niño, deduzco que debe ser su historial sanitario.
Empiezo a estar bastante nerviosa y la tensión que hay entre nosotros no ayuda para nada, estamos los dos sumidos en un silencio incómodo y aunque me cueste admitirlo en voz alta me arrepiento de haber soltado ese comentario porque muy en el fondo sigo recordado a ese chico que trepaba hasta mi ventana cada noche.
-Esto.... *voy a hablar pero me interrumpe*
-Está es la décima visita desde su alumno desde que se inscribió en colegio municipal
Ahogó un jadeo cuando termino de asimilar lo que eso significa...
No puede ser....
Un niño tan dulce como Gael no se merece sufrir abuso y muchos menos por parte de sus compañeros, siento como los ojos se me humedecen así que me apresuro en cubrir mi rostro con mis manos lo que menos quiero es que Elián me vea llorar.
Intento recobrar la respiración concentrándome en uno de los ejercicios que me enseñó la psicóloga del internado, he hecho esto demasiadas veces con Helen pero para nada pensaba tener un ataque de pánico delante del causante de ellos.
Noto una fuerte mano posarse en mi hombro y como otra me acaricia la espalda mientras la persona me susurra palabras de ánimo, escucho la voz del causante de mi mayor dolor a lo lejos casi como si fuera un eco.
Imágenes de mi infancia y parte de mi adolescencia vuelven a mi en forma del flashes, imágenes sueltas en las que mis compañeros se burlaban de mi, me tiraban mis pertenencias a la basura o los miles de empujones que me dieron durante tantos años.
-Tranquila Florecilla estoy aquí...contigo
Doy un respingo al escucharlo decir eso, de repente toda la angustia que sentía por mi alumno se transforma en ira, retiro las manos de mi rostro para enfrentarme cara a cara con Elián.
-No vuelvas a decir eso jamás!! *le grito*
Sus hombros se tensan y su mirada se vuelve más oscura, creo que durante toda mi vida solo le he gritado dos veces, debe ser sorprenderte para el darse cuenta que ya no soy la niña débil que tenía todo el día pegado a él.
-Tú solito conseguiste te apartarte de mi, así que no digas que estás conmigo
Tomo la mayor distancia que puedo en la pequeña consulta y ando hasta la puerta para evitar que sus manos vuelvan a posarse en mi cuerpo, mi estúpido cuerpo que todavía siente hormigueo en las partes que el a acariciado.
-Florecilla por favor...déjame explicarte *dice con la voz rota*
Noto que las piernas me flaquean cuando escucho como su voz segura se rompe...
Odio sentirme de esta manera porque los más fácil sería odiarlo pero mi corazón no me lo permite, siento unas ganas enormes de abrazarlo y decirle que todo va a estar bien pero debo recordar que él no tuvo ningún tipo de remordimiento a la hora de romperme el corazón.
-Hablaré con tú madre sobre Gael, por ahora te pido por favor que le comuniques a ella todo lo relacionado con este tema. *le digo*
Elián avanza dos pasos hacia mi, muy lentamente como esperando a ver mi reacción, quiero salir corriendo pero a la vez quiero consolarlo.
-Se que la cague Florecilla pero si me dejarás explicarte... *dos pasos más cerca de mi*
-A partir de ahora todo lo que quieras decirme se lo puedes comunicar a otra persona porque no quiero estar nunca más cerca de ti *le digo *
Noto como una lágrima caliente desciende por mi rostro pero me apresuro a limpiarla antes de abandonar la consulta.
En la sala de espera están sentados Gael y la enfermera cañón así que fuerzo una sonrisa y agarro de la mano al pequeño niño.
-Campeón ¿estás listo para que nos marchemos?
En niño asiente mientras levanta los brazos señal de que quiere que le cargue en brazos, lo hago porque así podré abandonar el hospital más rápido.
Llegamos al aparcamiento casi a la carrera, el niño se ríe divertido mientras juguetea con mi cabello, él piensa que estamos en una especie de competición.
-Florecilla... por favor *escucho a lo lejos*
Abro la puerta del conductor y me subo sin mirar a atrás justo como hice hace siete años, me fui de este pueblo sin mirar atrás porque sabía que si lo hacía no me marcharía esta vez no pienso huir pero si pienso borrar a Elián Davis de mi vida de una vez por todas.
Dejo a Gael en la cafetería de su madre la pobre mujer tiene la cara pálida cuando nos ve entrar, le explico que dentro de unos días me reuniré con ella para hablar sobre este tema, la mujer se queda más tranquila cuando le explico que todo se va a solucionar. Porque eso lo tengo claro Gael necesita a alguien que luche por él y yo pienso ser esa persona.
Llego a casa después del ajetreado día y me encuentro con las dos nuevas mejores amigas sentadas en el sofá del salón mientras conversan tranquilamente, paso por delante de ellas sin ni siquiera saludar, sé que Holland nota mi malestar pero no dice nada solo me dedica una media sonrisa.
-Ha tardado más de lo que esperaba *susurra Holland*
Parece molesta aunque no entiendo a qué ser refiere con esa frase pero no estoy de ánimo para preguntarle solo quiero tumbarme en mi cama y olvidarme del mundo.
-Hablare con él, prometió darle espacio *dice Jane*
Mi mente empieza a tar cabos sé que ahora se están refiriendo al causante de mi dolor de pecho, me doy media vuelva para llegar a donde están ellas.
-Os agradezco que os preocupéis por mi, pero el tema ya está zanjado *les digo*
Las dos asienten y parecen de verdad avergonzadas porque las mejillas se les tiñen de rojo, nunca había visto a mi prima así parece realmente molesta con Elián y eso aunque suene egoísta me alegra un poco al fin y al cabo él era uno de sus mejores amigos que me haya puesto a mi por encima de él me causa de nuevo ese sentimiento de unión de familia que había perdido.