Pasado en los corazones

.45.

Hace siete años

(Elián Davis)

Como todos los días termino el entreno de fútbol a las ocho de la noche, suelo irme con Jared a casa pero esta vez el a quedado con una chica, chica que casualmente es mi hermana pequeña aunque él crea que no me he dado cuenta.

Camino bajo la noche estrellada pensando en que dentro de unas horas me colaré por la ventana de la chica que hace que mi mundo se vuelva patas arriba, desde que la vi con sus dos trenzas y sus zapatos rojos supe que esa chica iba a significar un antes y un después en mi vida y para nada me equivocaba.

Sonrió al pensar en Emory que ahora mismo debe de tener su nariz enterrada en un libro sobre botánica, es tan loco que seamos mejores amigos siendo ella el día y yo la noche.

Me refiero a ella como mi mejor amiga porque es lo único en lo que me siento preparado todavía para referirme a ella pero nuestra relación va mucho más lejos y aunque me asuste reconocerlo esa chica me gusta, aunque sepa que lo nuestro es una jodida locura no puedo evitar pensar que quizás algún día dejemos de ser solo amigos.

-Pues eso cien dólares a que no consigues ni quitarle el sujetador *escucho de fondo*

Miro hacia las gradas del campo de fútbol, creía que había sido el último en salir pero estaba equivocado, reconozco las voces de varios compañeros del equipo así que me desvío de mi ruta para ir hacia ellos.

-Vamos eso está chapado, las calladitas luego son las peores *contesta otro*

El bello de la nuca comienza a erizárseme por instinto, no se porque pero algo me dice que se de que chica están hablando y eso no me está gustando nada.

-Bueno pues entonces doscientos si consigues desvirgarla *dice el primer tío*

Aceleró el paso justo a tiempo para ver cómo Michael Jones y Adam Johnson se estrechan la mano sellando el pacto.

-Doscientos cincuenta a que consigo desvirgarla en menos de una semana *digo*

Todos me miran con los ojos y la boca abiertos como platos, algunos de los chicos comienzan a irse al darse cuenta de lo que está apunto de suceder.

-Vaya Davis ni siquiera quieres saber de que chica hablamos? *me responde Adam*

Ahora mismo solo quedamos nosotros tres los demás han desaparecido, eso me causa un poco de gracia.

-Eso, Davis no quieres saber que es de tu puta de la que estamos hablando *me dice Michael*

Estoy apunto de tirarme contra él cuando unos brazos me agarran por detrás, me giro extrañado para encontrarme con mi mejor amigo.

-Que cojones pasa aquí? *maldice Jared*

Los dos chicos intercambian una mirada antes de sonreír de oreja a oreja, quiero borrarles ese gesto de un puñetazo.

-Nada solo estábamos haciendo una apuesta entre amigos, cierto Davis?  *dice Michael*

-Que apuesta? *susurra Jane*

Quiero que ella se marche de aquí, ella no debería estar escuchando esto y mucho menos debería contarle a Emory que estos desgraciados han apostado su virginidad.

-Oh dulce Jane deja que te ponga al corriente...

-Cállate Jones *le grito*

Le hago un gesto a Jared para que se lleve a mi hermana pero esta no parece querer moverse del sitio, parece que tiene los pies clavados en el suelo.

-Vamos bonita, te llevo a casa *dice Jared*

Paso por alto el apodo ñoño por el que se refiere a mi hermana porque ahora mismo tengo un problema peor entre manos.

-No Jared quiero escuchar en que está metido mi hermano.

-Tú hermano mayor acaba de apostar con nosotros que se meterá en las bragas de tu tonta amiga *dice Adam*

Me tiro sobre él y consigo darle un sonoro puñetazo haciéndolo retroceder unos pasos, parece que quiere devolvérmelo pero su amigo lo frena.

-Bueno Davis que me dices aceptas? Si no lo haces yo mismo me ofrezco voluntario para meterme entre las piernas de la tonta Emory.

Y que iba hacer? Decir que no y que ese capullo se acostara con la chica de la que estoy enamorado?

Pues no, hice algo que no sabía que me causaría el mayor dolor de mi vida.

-Acepto *le tiendo la mano*

Michael sonríe con una sonrisa digna de un psicópata.

-No hermano no lo hagas *lloriquea Jane*

No me giro a mirarla porque eso solo hará que me desmorone, y ahora mismo no puedo dejar que estos tíos sepan que esa chica tonta como la suelen llamar ellos es mi maldito punto débil.

-Antes de aceptar quiero que sepas que querremos pruebas *asiento*

Michael vuelve a sonreír antes de estrecharme la mano.

Y así queda el pacto sellado.

Tendría que arrebatarle la virginidad a mi mejor amiga para evitar que un mal nacido lo haga...

Así queda muy bonito, parece que soy un héroe pero nada más lejos de la realidad solo soy la misma escoria que el resto de chicos de mi instituto.

Lo siento tanto florecilla espero que algún día puedas perdonarme.

De camino a casa pude lograr que Jane me guardara el secreto haciéndola creer que solo tendría algunas citas con Emory y que jamás me acostaría con ella, fue fácil que me creyera ella sabía lo especial que era esa chica para mi....




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