Alex
Siempre tengo planes en mente, y el de esta noche no se va a quedar atrás, lo raro es que Helena no haya planeado un plan en el que alguno no saliera herido.
-Qué te parece si yo hago como si fuera un chavala que está allí por casualidad, llevaré mi arma en caso excepcional, como supongo que tenga la zona vigilada, yo no entraré en acción en ningún momento, pero si se requiere mi ayuda, soy buena en el franco. Tú le exiges a Carmona la devolución de “Helena”, osea de Cara, y hechas a Dueñas a los leones, eso tipo no me preocupa, la vida de mi hermana si-. Tenía las ideas claras, tan sólo añadí un par de detalles. –Me pondré la cadena de oro, la que tiene un micro, tu llevaras un auricular y te situarás en una habitación de un motel, cercano con vistas a la fuente del Ángel Caído, si escuchas la frase, “Por todos los demonios, Josh…” No dudes en disparar y menos aún en acertar-. Helena asentí seria.
Me gusta el plan. Todo parecía ir bien hasta que el semblante de Helena cambió.
-¿Sabes? A veces en bueno romperse-. Eran las palabras que necesitaba oír. Sus lágrimas empezaron a brotar, me acerqué a ella y le limpié las lágrimas, no sabía si era el momento correcto pero la besé, un beso lento, suave, la mordí el labio, ella sonrió, nuestras lenguas se juntaron, nuestras bocas bebían desesperadamente. –Te quiero-. Susurré.
Helena
Me ahogo, mi hermana, mi novio, todo se ha ido a la mierda en cuestión de instantes, sólo me queda Alex. Le quiero, pero no sé si me quiere de la misma manera, lo dudo.
Separo mi boca de la suya y hundo mi cara en su pecho, lloro sin fuerza. Intento calmarme, pronto será la hora de ir a por Cara.
-Debería ducharme y prepararme-. Mis palabras hirieron a Alex, me abrazó con más fuerza y beso mi frente. –De acuerdo, voy a prepararlo todo, a las siete y diez paso a buscarte, dile a tu padre que Cara se ha ido a la biblioteca, que no tiene cobertura y se le han acabado los datos-. Me despedí de el con un fugaz beso.
Subí a mi habitación, me metí en la ducha y dejé que el agua caliente callera sobre mi cuerpo, me enjaboné la cabeza cuando oí la puerta principal abriéndose, era papá, mierda. Piensa, piensa, piensa… Salí de la ducha aún con el pelo enjabonado y me apresuré a correr el pestillo de mi habitación. Mi padre llamo en repetidas ocasiones y el ruido del agua de la ducha caer, le dio un pista de porqué se encontraba cerrada.
Me apresuré y salí envuelta en la toalla de mamá. Alguien llamaba a mi móvil, era papá. –Helena ¿Eres tú la que está en la ducha?-. Su voz sonaba preocupado. –Sí, ¿has llamado a la puerta? Es que no te he oído-. No te preocupes, supongo que vas a salir. ¿Oye sabes donde se ha metido tu hermana? No me coge las llamadas-. Parece mas bien enfadado que preocupado. –Sí, está en la biblioteca papá, ¿recuerdas que no hay cobertura? Ahora termino y bajo al salón-. No lo pensé dos veces y colgué la llamada.
Me puse unas mallas de licra negras, un top cuello de tortuga también negro, me calcé las botas militares, como no, negras. Entré el cuarto de baño con la intención de secarme el pelo, no estaba la cosa para poner a planchármelo, los que antaño habían sido tirabuzones, hoy solo eran un recuerdo, me recogí el pelo en una coleta básica y dejé que el pelo me cayese por la espalda, me maquillé los ojos y pinté mis labios de granate, cogí mis auriculares inalámbricos, mi móvil, las llaves de casa y mi chupa de cuero.
Me disponía a bajar las escaleras cuando la llamada entrante de mi móvil me llamó la atención.
“Mierda” Era como tenía agregado a Carmona. –¿Sí?-. La voz de mie hermana era demasiado similar a la mía. –Hola Cara, soy Carmona, el asesino de tu madre, y próximo asesino de tu hermana-. –¡No! ¡Helena! ¿Estás ahí? ¿Puedes oírme?-. –Claro que puede oírte, pero está demasiado enfadada como para responderte… Esta noche si una colega de tu hermana hace las cosas bien, la tendrás de vuelta para la cena. No sé si lo conoces, pero en caso afirmativo, recuérdale que valla limpio y solo, en caso contrario Helena acabara muerta ¿Has entendido?-. No me dio tiempo a responder, simplemente colgó.
Lo único bueno que pude sacar el que Carmona o se había dado ni cuenta de que tenía a la hermana equivocada.
Cara Smith
No sé qué coño está pasando. Salía de mi casa esta mañana para ir al instituto cundo un pavo que dice llamarse Carmona se planta en mitad de mi puerta y me dice que hoy será él, el que me lleve al instituto, que Travis está malo. Luego ese pavo no deja de llamarme Helena (Es demasiado típico confundirnos) lo de cambiarnos lo nombres en el móvil tampoco ayuda. Por lo que a mí respecta no me ha preguntado quién soy, solo ha amenazado con matarme, nada grave…
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Editado: 11.10.2019