Pase lo que pase, siempre te querré ©

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Helena Smith

Acabo de bajar del coche cuando una llamada me saca de mis pensamientos. –¿Diga?-. Mi voz sonó lo mas inocente que pude. –Cara, llegas tarde, date prisa o se me acabará la aciencia-. Mi interlocutor colgó dando por sentado que no me quedaba mucho trayecto.

 

Llegué cansada, Carmona estaba sentado en un borde mientras que Cara y Dueñas permanecían callados y sumisos, estaban drogados.

-Buenas tardes Cara, llegas tarde-. Sonrió socarronamente enseñándome su perfecta dentadura para acto seguido lanzarme a Cara. Mi hermana cayó al suelo con un golpe seco y Josh se limitó a empujarla hacia mí con un leve puntapié. -¿Qué le has dado?-. Mi voz sonó un poco mas fuerte de lo que hubiese deseado, él lo notó y pude intuir como deducía que algo estaba pasando. –Es que ha tu hermanita le ha entrado sueño creo que hoy dormirá como toda una cenicienta-. Hizó una pausa dramática que acabo en risa.  Ese capullo había tenido los huevos de drogar a mi hermana con la droga conocida por los violadores, un compuesto químico.

Me lancé a su cuello con una mano llevandomela al cinturón, Carmona se hechó para atras y yo casi caí encima de el; intenté no luchas tan bien como sabia o Carmona me mataria. Aunque arecio leerme la mente y dijo con voz queda -Helena, no voy a matarte, la ultima voluntad de tu madre antes de morir fué que te protegiera-. Este cabron no tenia ningún derecho a meter a mi madre en esto. -Tu no la conocias-. Demasiado bien, era tansolo un crio cuando comencé a ser el amante de tu madre...-. -Mientes-.

Oí un disparo. Luego no había nada.




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