Pasiones Ocultas [serie Ice Daggers 4]

Capítulo 16

 

 

Complot explosivo

 

Al abandonar el edificio, toda su frustración y angustia abandonaron su ser, pues en plena calle se congregaban cientos de humanos divididos por una brecha del ancho de la misma entrada. 

 

—¿Qué demonios sucede aquí?— exclamó confundida. 

 

Aiden estaba a unos pasos por delante, mirando a los ruidosos humanos protestar. Pronto se dio cuenta que eran dos manifestaciones opuestas, ya que, en los carteles y pancartas que elevaban al cielo como banderas se veían mensajes tanto de apoyo como en contra de los cambiantes, del Congreso y de las leyes. 

 

Algunos escritos eran tan ofensivos que ella sentía ganas de destrozarlos con sus garras. 

 

Y antes de seguir leyendo cosas que oprimían su corazón como puños de hierro, Riley buscó entre todos los que salían a Joey. 

 

Al parecer, el puma era un maestro del camuflaje, pues en toda la sesión no hizo nada más que quedarse en su posición y hablar sólo durante la sesión. Al final no encontraron nada, era realmente frustrante, pero ella no quería rendirse, porque reconocía con cada parte de su cerebro el juego al que estaba jugando aquel siniestro puma, Joey acechaba desde las sombras, fingía hacer su trabajo, mantenía un perfil bajo. 

 

Riley sabía que tarde o temprano haría su jugada. Sólo quedaba una sesión en donde se aprobaría o no la ley cambiante. 

 

"¿Qué clase de cambiante en su sano juicio querría oponerse a algo que podría ser tan beneficioso"

 

No entendía. 

 

—Quédate cerca— le dijo Alexei detrás de ella— los humanos son algo sensibles e inestables cuando protestan. 

 

—No son una amenaza— respondió dándose vuelta y poniendo distancia, su nuevo aroma le resultaba algo incómodo. 

 

Aunque adoraba a su compañera, Ashley, la presencia de su aroma le causaba cierta repulsión, como consecuencia su leopardo replegaba las orejas y mostraba sus dientes. Era algo estúpido de su parte, Alexei era el hombre más leal y amable que conocía, pero el instinto muchas veces era más fuerte que la razón. 

 

Riley tarde o temprano se acostumbraría. 

 

—Ten cuidado, cuando forman grupos así pueden ser peligrosos. 

 

Ella lo miró un fugaz momento a los ojos, el azul pálido brillaba a la luz del día, estaban repletos de comprensión, Alexei nunca la presionaba, ni le exigía nada más allá de lo que quería y podía hacer, nunca intentaba usar su dominio sobre ella. Él era el unico que comprendía su necesidad de hacer las cosas por su cuenta, pero jamás dejaba de hablarle con cariño y dulzura, haciendole sentir protegida. 

 

Riley sonrió, agradeciendo que no la bombardeara con órdenes como lo hacía Aiden. 

 

"Aiden..."

 

Con sólo pensar su nombre su corazón latió con fuerza. 

 

—Iré con Aiden— le dijo. 

 

—Tranquila— respondió Alexei con una sonrisa pícara— sólo no se metan en problemas ¿De acuerdo? 

 

—De acuerdo— lo abrazó con fuerza. 

 

Por detrás vio a Liam acompañado de Aria, antes de buscar a Aiden, Riley buscó su mirada y sonrió ampliamente. Pero lo único que recibió de él como respuesta fue una seca inclinación de cabeza antes de desviar su vista a las manifestaciones. 

 

Eso fue deprimente, y triste. Ya lo había confirmado, Liam se había hecho de hielo. 

 

Dejando de lado la repentina aflicción, fue hacia donde estaba Aiden, tenía su espalda apoyada sobre el muro de un edificio de departamentos, sus brazos cruzados sobre su pecho y una de sus piernas flexionadas, estaba mirando con gran interés las multitudes que gritaban frases cargadas de apoyo y odio. 

 

Era como ver al día luchar contra la noche. 

 

—¿Tenemos problemas?— le preguntó cuando la detuvo con su mirada. 

 

—No, todo está bien. 

 

—Pensé que Alexei sospechaba de algo— negó con la cabeza— esto me vuelve paranoico. 

 

Ella sintió la culpa atenazar su estómago, un sentimiento que se fué cuando volvió a verlo, en el instante en que sus ojos se encontraron con los suyos, no sintió nada más que la abrumadora atracción impulsando cada latido de su corazón. Aiden era una tentación para ella, ya no negaba su atractivo, mucho menos lo que él le hacía sentir. 

 

"Lo que siento es tan descabellado como ver a un humano volar" 

 

—Lo que dijo el humano era cierto— él habló, su mirada había regresado a la multitud— Esto se ha convertido en un evento mundial. 




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