Híbridos, no podía ser. Solo los conocía de las historias de terror que les contaban a los cachorros cuando no iban en hora a la cama. Criaturas de gran poder que poseen en su ADN las características de varias razas, aunque no tenían que preocuparse por las debilidades de las mismas, pues en ellos no existía. Su olor era único, al igual que su manera de cazar, lo mismo despedazaban a sus víctimas que les succionaban la sangre dependiendo de las razas implícitas dentro de ellos.
Esto, sin lugar a dudas, presentaba mucho sentido a los acontecimientos de los últimos meses, pero seguía sonando demasiado irreal para creerlo.
—Sé lo que piensas y con gusto te lo contaré todo—comentó Zack mientras deba vueltas por la habitación—Antes de matarlos claro está.
Sus últimas palabras me pusieron en sobre alerta, con el rabillo del ojo observe a Tobías a mis espaldas, estaba débil pero aún era consciente, debía encontrar la manera de desatarlo.
— ¿Por qué has permitido que le hiciesen eso a tu propia manada? —Interrogué molesto—Debiste detenerlos.
—Sigues sin entenderlo ¿verdad? Mira que cuando quieres eres bien lento, hermanito—la palabra hermano la menciono como si tuviese asco de tan solo pronunciarla—Yo fui quien los envió a que mataran, yo los cree, soy su líder.
Continúe callado, algo me decía que el resto de la historia no me iba a gustar, pero era necesario oírla.
—Al principio solo envié a que matasen unos cuantos vampiros, necesitábamos sangre para crear más híbridos y la de ellos era perfecta, no planeaba matar a ningún lobo.
Hizo una breve pausa para observar mi reacción mientras seguía caminando por toda la habitación. En ese momento vi a un joven escondido en la oscuridad, Zack estaba tan concentrado en mí que aún no se percataba de su presencia. Sin embargo, cuando me mire bien tenía los ojos del mismo color sangre que mi hermano, eso me inquieto. Realizo una seña con la mano para que guardase silencio y no lo delatara, luego señalo a Tobías. El chico estaba intentando ayudarme, solo necesitaba una distracción para que no lo atraparan. Moví la cabeza en señal de asentimiento y me dirigí a Zack:
—Entonces, ¿quieres explicar cómo hay tantos lobos muertos?
—Había una vez, el líder lobuno de un pueblo fue al bar de su mejor amigo por unas cervezas, esa noche en particular el local estaba lleno de asquerosos vampiros recién llegados a la zona, pero, el lobo no podía apartar la mirada de uno de ellos es específico. Tenía el pelo por los hombros bien oscuro y vestía completamente de cuero. En ese instante el lobo se dio cuenta de que encontró a su pareja soñada según él y desde ese día no hizo otra cosa que soñar con la rata voladora sin percatarse que desde otra esquina del bar lo miraba otro lobo, uno que siempre lo había amado y se lo hubiese entregado todo en el mundo con tal de que se diera cuenta—su rabia crecía por segundos, no cabía dudas de que hablaba de la primera noche que vi a Tobías en el bar de Michael, aunque nunca imagine que estuviese allí también.
—…No podía permitir esa unión, sabía que si tu preciada manada estaba en peligro la defenderías aunque fuera en contra de tu amado, así que aquella noche aparecieron los primeros lobos muertos con la escena perfectamente arreglada para que pareciese obra de los vampiros. Pero fuiste el único necio que se empeñó en defenderlos por lo que tuve que seguir matando y matando, hasta que me entere que lo declaraste tu pareja, fui a hablar contigo para que supieras de mis sentimientos y recapacitaras por tu propio bien, pero te dio igual, por lo que esa noche decidí matar secuestrar a tu amado.
— ¡Estas demente!
No podía creer lo que escuchaba, era una locura, si me quedaba alguna duda ya estaba aclarada: ESTE NO ERA MI HERMANO.
—Puede que tengas razón, estuve dispuesto a entregártelo todo, a que fueras el líder de los híbridos, pero lo elegiste a él—por instantes vi dolor en sus ojos— Y ahora ambos morirán, esperé pacientemente a que vinieses para destrozarlo ante tus ojos y no creas que el pequeño traidor que esa tratando de liberarlo en estos momentos saldrá vivo de esta.
Mire rápidamente en dirección a Tobías, el chico de antes había logrado moverse junto a él para liberarlo, pero las palabras de Zack lo paralizaron, si no actuaba ahora sería el fin de los tres.
Sin pensarlo dos veces me lancé al ataque contra Zack, tomándolo desprevenido y tirándolo contra el suelo. Ya mis colmillos y garras estaban nuevamente a la vista rasgando y mordiendo todo a su paso. Un gran ruido vino de la parte de afuera del hospital distrayéndonos a los dos de la pelea.
—Vaya parece que han llegado tus refuerzos—se burló— No te preocupes por ellos, mis chicos los tendrán un rato entretenidos.
Esto me daba mala espina, algunos de los rasguños y heridas de Zack comenzaban a desvanecerse y parecía más vital que nunca, sin embargo, yo me sentía en gran medida el peso de sus ataques.
Zack intentó dirigirse a Tobías y al chico pero volví a interponerme en su camino. Un nuevo número de mordidas y arañazos voló entre nosotros, logré arrojarlo contra el suelo y asestarle con el puño cerrado en el rostro pero era demasiado veloz para mí. Al parecer, la sangre de todas las especies le había otorgado nuevos poderes.
Con un solo movimiento de la mano me tiró contra pared dejándome medio aturdido y con dificultad para moverme.
—Creo que habrá un cambio de planes, morirás tú primero.
Alzó los brazos para atacarme ya yo me preparaba para el golpe final, sin embargo, nunca llego. Mire hacía su cabeza y un gran chorro de sangre emanaba de su boca. Sobre su pecho sobresalía un gran tronco de madera astillada que lo atravesaba de lado a lado. Zack callo de rodillas frente a mí y pude observar a Tobías tras el aun agitado por el esfuerzo. Corrí a sostenerlo en mis brazos antes que perdiera el conocimiento, no había rastro del otro chico en toda la estancia.
—Tranquilo cariño, hemos ganado— y con una sonrisa Tobías volvió a desmayarse esta vez sobre mí.
Zack emitió una irónica risa.
— ¿En serio crees que has ganado? He creado a miles y hay instrucciones de que si yo moría alguien tomaría mi lugar—mientras más hablaba más sangre emanaba de su boca y pecho, no lo lograría— Vendrán a buscarte pronto, disfruta la paz mientras te dure.
Con estas últimas palabras callo muerto ante mis pies, sentí un fuerte dolor en mi pecho, después de todo era el cachorrito que criaron como mi hermano, lástima que su sed de poder y obsesión lo segó.
Por la puerta de la habitación entraron Derek, Michael y Marcos corriendo asustados.
— ¿Qué sucede? —exigió saber Michael— Estábamos peleando con esos monstruos y de repente todos se han marchado.
—Lo que tenía que suceder, su líder ha muerto y han huido— me levante con Tobías cargado en brazos y todos vieron el cuerpo inerte de Zack a mis pies, pero comprendieron que no era el momento de preguntar nada.
—Por ahora estamos a salvo—declaré—Volvamos a casa.
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Editado: 19.04.2020