Flashback unos instantes antes del crimen con Lis...
¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó?
Fui despertando de a poco y pude darme cuenta que tenía mis ojos vendados y mis manos atadas. Comencé a inquietarme y tratar de zafarme, pero evidentemente no pude. Me sentía demasiado débil para seguir intentando, cuando de pronto una voz bastante conocida dijo algo:
- Veo que ya estás despierta. Hola querida –me sacó la venda y pude visualizar a la señora Ross frente a mí - ¿me recuerdas?
- ¿Señora Ross? ¿Qué sucede? ¿Por qué me hace esto?
- Sigues igual de ingenua que siempre Beth ¿En serio no recuerdas a la persona que le arruinaste la vida? -tomó mi mandíbula y la apretó bruscamente haciendo que un quejido saliera de mis labios.
- ¿Quién eres? -comenté con mi rostro totalmente serio –supongo que no eres la amable anciana que aparentas.
- ¡Vaya!, pero que inteligente –el sarcasmo se notó en su tono de voz.
- ¿Qué quieres de mí? No te he hecho nada. Ni siquiera sé quién eres.
- Vamos, sé que me recuerdas. ¿O acaso es qué olvidaste ya a tu querida amiga Deva? Creí que éramos cercanas. Cada vez conozco más aspectos estúpidos de ti. No dejas de asombrarme.
- ¿Deva? -pregunté con asombro.
De pronto se quitó la peluca de color gris, dejando ver su castaño cabello lacio caer. Procedió a quitarse el rastro de maquillaje que la hacía ver totalmente diferente y mayor de lo que era realmente.
- Asombroso ¿no? -dijo para continuar -Aprendí bastante bien de lo que me enseñaste hace unos años.
- Creí que estabas muerta... -estaba en shock de lo que estaba viendo.
- Pues creíste mal. Tal vez debiste empujarme más fuerte ese día en el río -dijo y cambió totalmente su rostro. Detonaba odio y rencor.
- Sabes que no fue intencional. Y si me hubieses escuchado, entenderías qué fue lo que pasó ese día y porqué estabas ahí.
- ¿Y lo de Richard también fue sin intención? -preguntó alzando la voz -¿Marcus? ¿Sigo?
- Yo no tuve nada que ver en eso y lo sabes. Ni siquiera estaba en la ciudad cuando todo sucedió ¿cómo puedes culparme?
- ¿Y qué hay de lo de... Sara? -dijo con una voz muy débil y entrecortada - ¿Eso tampoco fue tu culpa? -las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.
- Deva, yo...
- No quiero escucharte. No quiero escuchar tus excusas. ¡Tus palabras no devolverán a mi hermana!
- ¡Que tú no hayas resuelto tus problemas con tu hermana antes de que ese conductor ebrio la arrollara no es mi problema! ¡Yo también traté de explicarle que debían conversar las cosas! –le grité. La impotencia me estaba ganando.
- Pero si no le hubieras dicho, ella no hubiera corrido sin mirar las calles.
- Que excusa más estúpida y sin sentido me estás dando solo para culparme de algo que no tengo nada que ver conmigo. Acéptalo, tu rencor es tan grande que no eres capaz de perdonarte a ti misma por no haber dejado tu orgullo de lado y conversar con tu hermana.
Ambas estábamos con lágrimas en nuestros ojos. Una lluvia de emociones en la habitación nos envolvía. Rencor, orgullo, tristeza, nostalgia, enojo, y todo eso por parte de las dos. Yo quería mucho a Deva y Sara. Eran como las hermanas que jamás tuve. Siempre estaban para mí y yo para ellas. Eran las hermanas perfectas, para todos lados juntas y se apoyaban sin importar que. Hasta el día en que el chico que le gustaba a Deva, confesó que le agradaba su hermana. Ese día Deva se puso muy triste y no quiso hablar con Sara. La ignoraba a toda costa, pero ¿qué culpa tenía ella si uno no maneja el corazón? Si pudiéramos escoger, esta vida no sería tan jodida.
- No debiste hablar con ella. No debiste convencerla, así ella estaría aquí...
Luego de eso, Sara se sintió tan mal. A ella no le gustaba Marcus, sus sentimientos no eran correspondidos hacia él. Y eso coincidió con el hecho de que la persona que gustaba de él, era nada más y nada menos que su hermana. Recuerdo que Sara me contó que conversó con Deva y todo salió bien... hasta el día siguiente. Marcus se acercó a Deva y la insultó de mil maneras por alejar a Sara de él. Deva creyó que Sara le había dicho atrocidades sobre ella al chico que le gustaba, pero nunca fue así. Ese mismo día, Deva buscó a Sara y al encontrarla, pudo ver cómo el joven que le quitaba el aliento y alteraba sus sentidos, estaba besando a su hermana a la vista de los demás, incluyéndola.
- No debiste acercarte a ella en primer lugar...
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Editado: 03.04.2022