Rouses Alessandretti y Alessio Caruso se iban a casar después del cumpleaños número dieciocho de la princesa, la noticia llega de fuentes confiables, quien aseguran que, la princesa pensaba fugase con el magnate, después de su cumpleaños número dieciocho. Dichos planes debieron frustrados tras el accidente que la llevaría desaparecer dos años y medio.
—Deberíamos aprender a sobrellevar la resaca
—Les dije que no bebieran tanto —Caminábamos hasta el salón, donde provenían gritos
—¿No parece bueno? —Abrimos la puerta
—Maldita zorra roba maridos
—Yo no te robe nada, Regina —Las dos rubias se gritaban mientras los demás miraban divertidos, claro que Elara estaba intentando parar la discusión, la morena no sabía como detener a esas dos —Tú no sabes cuidar lo que tienes —Mire a Regina ¿Qué hacía aquí?
—Guao —dijo Maritza —Es lo que creo que es
—Si —dijo Esteban —Está embarazada —Me cayó como un balde de agua fría
—Deberíamos irnos y que Alessio se encargue —Él parecía furioso, Nicolás y Gia divertido y Tomás no entendía nada
—Eres una puta barata que se conforma con pequeñeces, al final él volverá conmigo
—¿Y como estás tan segura? En todo este tiempo ni te a mencionado
Los gritos se incrementaron, y mi dolor de cabeza empezó a menguar. En una esquina vi a la acompañante de Nicolás mirándolas con cierto interés.
—Hagan que las saquen de aquí —dije a uno de los guardias este asintió
—Suficiente —Grito Alessio —¿Qué haces aquí Regina?
—Bueno, tu hijo y yo queríamos verte —Él no se inmutó
—Seremos tíos otra vez —dijo Gia divertida —Ojalá salga normal —Maritza se rio al igual que Esteban
—No se puede tener paz en esta casa —Murmuré
—Esto es tu culpa —dijo Rachel mirándome —Tú debes haberla llamado, vaya, pero puedo preguntar ¿con qué derecho es que decides lo que se debe o no hacer en esta familia? Porque cariño hace mucho que no eres parte de ella. —Sonreí —Te crees que tienes voz y voto solo porque Nicolás está loco por ti, solo por el hecho de que te has revolcado con la mitad de los hombres —Me reí
—Jajá —dijo Regina cruzándose de brazos
—Ja, yo no me revuelco, eso se lo dejo a las amantes, es lo que mejor hacen —La mire — Vamos Rachel, dime de frente lo que quieres decirme y ya déjate de ir por las ramas que la cara de niña santa que te cargas no me la creo y me pone de mal humor. O se te olvida lo que sé, porque a mí se me ha refrescado la memoria. No Regina.
—Yo se la refresqué —Sonreí
—Yo no tengo que decirte lo que eres porque tu bien lo sabes
—Si lo sé —dije, sonriendo —Y soy muy distinta a lo que tú eres, mírame Rachel y mírame bien porque estoy harta de que vengan a mi propia casa pensando que tienen el poder de insultarme y salir impunes. —Mire a Regina y después a Rachel —Yo soy una mujer segura de mi misma, elegante, respetuosa, que sabe lo que tiene y como usarlo, jamás le hice una escena —Mire a Alessio —Porque como dije y lo repito eso se lo dejo amantes a las mujeres ordinarias, además nunca me dio razones para hacerlo
—Maldita —Nicolás se puso en medio —Atrevida, vienes y metes a esta otra puta aquí, ¿con qué derecho? Respeta mi lugar
—¿Tu lugar?, pues eso pídeselo a él —Señalé a Alessio —Pídeselo a él, exígele que te dé tu lugar sobre el mío, o sobre el de Regina, y quieras o no tú y ella deberán aprender a vivir conmigo en esa familia. Si no lo quieres, pues habla con tu novio, con tus cuñados y tu cuñada y diles que me dejen de lado, porque si hace mucho debí haber salido, pero ellos no me quieren dejar ir —Me volteé a Regina — No recuerdo haberte invitado
—Yo me invité sola —Me miro —¿Quería saber si realmente estaba contigo?
—Ya viste que no
—Solo quería tener una razón y verte muriendo en tu propia miseria
—Que no es más grande que la tuya —dije —Vete de aquí Regina y la próxima procura hacer una cita y me evitas problemas
—Rouses, mi mayor logro será siempre haberte arrebatado todo
—Y el mío haberte hundido en el lodo del cual créeme, nunca te dejaré salir
—Bruja maldita —Sonreí —Te odio —Comenzó a salir —No sabes cuanto disfruto verte sangrar y cuidado porque aunque no lo parezca puede quitarles a sus novios, te reto a vengarte —La mire y sonrió —Pero no tienes el corazón de hacer lo que yo te hice
—Creo que lo que yo te hice te dolió más —Aclare —O crees que no lo sé, te duele, no haberte casado con él ¿Por qué lo hiciste? ¿Tu amor no fue suficiente?
—Maldita desgraciada —Se giró mirándome —El hecho que te haya propuesto matrimonio antes que a mí no significa nada
Salió empujando a Estaban y Maritza
—Eres una…
—Dilo y te corto la lengua —dijo Nicolás, me di la vuelta
—¿Por qué no lo dejas en paz? O esto será siempre así, una guerra interminable —Me reí, me volteé —Ya sacaste en televisión, lo de su boda fallida, ¿Qué más vas a utilizar?
—Crees que yo me pelearía por él —Ella me miro —Mira te diré esto una vez como se lo dije a las demás —Sonreí —Alessio no me interesa en lo absoluto, puedes quedártelo, es más, puedes envolverlo en un pañuelo y guárdate en el bolsillo, por mis manos ya paso —Gia rio —Yo no lo quiero ni lo necesito, yo no me voy a rebajar a una pelea insignificante —Me di la vuelta —Espero que tú lo entiendas —Salí de ahí
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Editado: 23.05.2023