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No dijo nada, se quedó mirándome un buen rato, mire a Jack y luego a él.

—No es nada

—¿No es nada? Está diciendo que pueden quitarte la licencia de guardaespaldas y que puedes ir preso ¿No es nada? ¿Por qué no me has dicho?

—No quiero que… ; No quiero que te veas involucrada

—¿Involucrada? Creo que estoy muy involucrada —Mire al hombre y este aparto la vista —¿Por qué no me lo dijiste? Puede haberte ayudado, estar aquí contigo, hacer algo 

—Es que no quiero que me ayudes, no entiendes —lo mire en la mesa de lado mío estaba mi billetera, la tome 

—Perfecto, entonces espero que puedas seguir disfrutando hacer el resto solo

Me giré y salí hasta donde estaba el resto, pase por su lado, y camine hasta el auto, ellos venían detrás de mí, cuando subieron, Estaban me miro por el retrovisor.

—¿A dónde vamos?

—Al centro, podemos ver ahí —Hablo Paulina

Estaban arranco y salimos de ahí, abrí mi bolso y saque mi teléfono, me lo quede mirando, un momento. No entendía por qué, no quería que no lo ayudara, ¿Por qué? Solo quería que viera que estaba con él. 

Llegamos a Beverly hills, las chicas se bajaron, Estaban se volteó a verme.

—¿Qué pasa?

—¿Sabías que a Alessio le pueden quitar la licencia? 

—No ¿Por qué?

—Al parecer una chica lo acusa de propasarse con ella, es menor de edad y…

—¿Le crees?

—No, claro que no, Alessio no sería capaz

—¿Y el problema es?

—Él no quiere que me meta —Él asintió 

—¿Van a bajar o qué?

—Ya vamos —Le dijo Estaban —Adelántense

—¿Vas a involucrarte?

—Quiero ayudarlo, quiero que vea que me importa lo que hace, y me preocupo, no entiendo por qué no me deja ayudar, no le estoy diciendo que le daré dinero

—Alessio solo quiere demostrar que puede hacer las cosas solo, eres una princesa Rouses, él solo quiere demostrar que es digno de ti 

—Dejándome fuera

—Quiere ser el caballero, no puedes culparlo, para él aún debe ganarse el puesto que le está dando

—Voy a ayudarlo 

—Bien, ¿Qué quieres que haga?

Llame a Marco y le conté todo lo que escuche, le pedí que me diera más información, quien era la chica, cuando presento la demanda y que quería, y que viera que podía hacer. 

No disfrute de esa salida, no compre nada, íbamos de regreso, cuando llegamos, Los tres hermanos Caruso estaban en el salón.

—Llegamos —Anuncio Paulina —No compramos mucho 

Ellos no parecían muy animados.

—¿Qué pasa? ¿Quién murió?

—Ya está en las noticias —Me miro, pero yo aparté la mirada, estaba enojada, porque no quería mi ayuda, podía ayudarlo, solo ayuda

—¿Qué está en las noticias? —Nicolás le contó a Paulina, ella miró a Alessio, y el ambiente se trenzó —Esa chica debe estar loca, deberías hablar con ella y que diga la verdad 

—No se puede acercar a ella por ley 

—Entonces nosotros, ¿Quién es?

—Yo resolveré esto, no quiero que se metan —Me miro 

—Tu reputación está siendo arruinada

—Paulina 

—Es que no es justo 

—La vida no lo es 

Mi bolso comenzó a vibrar, metí la mano y vi quien era, me sorprendí un rato y luego se apagó. Llego un mensaje y luego otro de mi abuela.

—Debo responder unos papeles, ¿Recibiste los documentos de la firma? —Maritza asintió —mándamelos

Fui hasta la oficina, y entre seguida de Maritza y Esteban, que al entrar puso seguro a la puerta.

—¿Quién era?

—Mi abuela y Regina 

—¿Regina?

—Si no sé por qué —Mi celular volvió a sonar —Es ella 

—Responde —Me alentó Esteban

—Hola querida primita 

—¿En qué te puedo ayudar Regina?

—Es una pena lo que dicen de tu novio en las noticias, qué calamidad, espero que esté bien

—Dime de una vez que quieres

—Es muy raro que justo ahora salga una acusación así ¿No lo crees?

—¿Qué estás tratando de decir? ¿Tienes algo que ver en esto?

—Tal vez, tal vez no, eso depende 

—¿De qué maldición?

—Te dire todo cuando vengas aquí a Grecia y hablemos, es lamentable después de todo o que le costo conseguir la licencia a Alessio para él y su empresa, cuantas personas quedaran sin trabajo, nos vemos primita descansa 

Colgó, cerré los ojos y apreté el aparato, y llamé a mi piloto, debía ir a Grecia, no iba a permitir que esa loca le arruinara la vida a Alessio, Maritza y Esteban me miraron, cuando colgué, me pase la mano por el cabello.

—¿Qué le dirás?

—Aún no sé, pero nos vamos en media hora, así que recojan todo

—Ni siquiera pude estrenar mi traje

—¿Qué te dijo?

—Que está detrás de esto y si quiero que acabe debo ir