Gia estaba riéndose, de algo de Tomás, Alessio estaba sentado a lado de Rachel, yo tomé mi plato y me senté en uno de los sillones, Maritza se sentó junto a mi lado.
—mañana el último y de ahí…
—la coronación y a celebrar la navidad
—Aceptarás celebrarla con ellos, Nicolás dijo que si no se colaría en tu casa para hacerlo —Me reí
—No lo sé, ¿tú qué dices?
—Son más regalos —Mencionó emocionada —Claro que eso significa soportar a Rachel y Elara
—Elara no es mala
—Lo es créeme — dijo mirándola —Solo que lo oculta bien —Las mire —Por eso se llevan bien
—¿Ustedes siguen juntos? Es que es raro su relación si siguen juntos —Mire a Elara
—¿A ti qué te importa? —Respondió Gia
—Solo es una pregunta, es que es muy tóxico
—Su problema no el tuyo
—Considero que…
—Elara —La reprendió Tomás
—Solo digo que podrían no sé, considerar alejarse
—Y tu callarte
—Les duro muy poco la aventura ¿No? —Mire a Rachel
—Señor
Uno de los hombres de Nicolás apareció, no se los veía mucho, es más, eran muy sigilosos.
—¡Cállense! —Demando —Que quieres
—Este paquete acaba de llegar, es para la princesa de la mafia italiana
—¿De quién?
—No dice —Lo tomé, dejando todo de lado
Cuando lo abrí el aire se me fue de los pulmones, quede en blanco, había fotos mías caminando, hablando, haciendo un sin fin de cosas, como Rouses y como Abby. Y una nota.
Voy por ti.
—¿Quién la trajo?
—No lo sé, Estaba sobre la mesa en recepción, pensaron que se le olvidó
—Mañana es último día, después no deberás preocuparte por esto
—No es la primera que recibo —Me queje, la caja se me cayó, y al hacerlo revelo algo más perturbador, un mechón de mi cabello
—Carajo
—No dejes pasar la correspondencia sin revisar, si ves otra así, primero la veremos nosotros —Decreto Alessio —No debemos dejarla sola
—¿La cuidarás de nuevo?
—Y espero que no tengas ningún problema —Le respondió a Rachel quien agacho la cabeza
—A mí no me gusta la idea
—No te lo pregunte
—Yo no voy a aceptar eso
—Acostúmbrate, es mi trabajo
—Que está por terminar
—Sabes que has lo que se te dé la gana, ve y lánzate de un puente o apúntate con un arma cargada. Me exasperas carajo, quien sea que este detrás de esto, lo a estado haciendo por años no es solo hoy
—No me puedo esconder como una cobarde
—Vasta, veremos como resolver esto, pero Alessio tiene razón, debes tener más cuidado, lo tendremos, hay que estar alertas, el enfermo que está haciendo esto, nos ha seguido todo este tiempo
El lugar quedo en silencio, solo susurros mientras a mí se me fue el apetito, quería despertarme y que todo fuera un sueño.
—No has pensado en operarte para que no se te vean así, es que realmente se ven feas
—No, son como mis medallas de batalla
—Me desagradan
Alessio me miro, mientras Rachel le señalaba sus cicatrices, Maritza se llevó mi plato. Él se puso de pie sentándose a mi lado, no lo regrese a ver.
—Dime una mentira
—Te odio —Lo miré
—Yo también
—Bien, el último Edmundo Prior
No había podido dormir bien, estaba más paranoica, pero lo último que quería era un loco siguiéndome ahora que me iba.
—Hay no, le prestaste dinero a un estafador, sabes lo difícil que será cobrarle —Mencione
—Paga o se muere —Me miro
—Debes haber estado muy desesperado
—Todo el mundo lo estaba en tu ausencia —Lo miré y bien
—Esta vez que te parece si lo hacemos nosotros
—Me llevo bien con él, yo hablo y después tú —Aclare, él me miro
—Bien, pero si te golpea…
—Bien
Al llegar al sitio me dejaron pasar fácilmente.
—Vaya, vaya, la hermosa y dulce Achilles, que haces lejos de casa, amor —Lo miré y me senté frente a él
—Dicen que debes una cantidad descomunal a Santino
—Tu querido Santino, puede irse al carajo, no me encontrará —Hablo, grave error —Estoy a punto de largarme, puedo darte algo a ti, será divertido, imagínate
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Editado: 23.05.2023