—Espero que me pueda explicar esto, Señor Caruso
Mi abuela estaba enojada, no solo enojada, estaba que desprendía rabia por cada poro de su piel.
—Si su alteza, en este momento ya están revisando todo el lugar y yo personalmente lo supervisaré
—Sé que mi nieta y usted firmaron un acuerdo de tres meses, pero no estoy de acuerdo, considero que no hay nadie mejor para cuidarla que usted. Así que le pido que reconsidere y plantemos un nuevo acuerdo y que también usted personalmente cuida a mi nieta
—No —Me escuché decir
—¿Qué dijiste?
—Que no —Ella me miro enojada —A ti no te importa él, pero a mí si, esto es muy peligroso
—Ya no eres una princesa, eres la reina, crees que pienso en otra cosa más, si mueres ahora, el caos será peor, y esta vez no creo que puedas escapar
—Crees que dejaré que intenten matarme, ya no tengo diecisiete años, tengo una buena razón para no morir, pero no le pidas a él que me cuide, uno porque no puedes obligarlo a quedarse y dos porque no podría soportar la muerte de alguien más
—Tu debilidad…
—No es debilidad, nunca lo a sido, amar no te hace débil, no puedo ver a alguien más morir, o perderé la cabeza
—Rouses a donde vas —No le hice caso y salí —Regresa aquí Rouses
—Ya no soy una niña abuela
Zayden estaba sentado a mi lado, mirando el acantilado, el viento no era mucho, se veía más débil, después de esto iría a Sussex, a pasar lo que le restaba.
—Es su decisión ¿No?
—¿Y si le pasa algo?
—No le pasará nada, es muy ágil, y no es tonto
—Supongo que no —Sonrió
—Vamos a pasar las fiestas y después podemos pensar en eso, estoy seguro de que quien sea que esté haciendo esto, lo encontraran
Me puse la pijama, la puerta se abrió y mi abuela entro, Máximo venía con ella, se lanzó a sobre mí, lo miré, estaba mejor, me sonrió.
—No dormirás aquí, no es seguro, y Máximo dormirá con su amigo
—Dormiré con Erick, vienes a costarme
—Voy ¿Dónde voy a dormir yo?
Los tapé bien a ambos, cuando salí mi abuela, miro y señalo al frente, la mire y se volteó, alejándose por el pasillo.
Entre, estaba vacío, camine, está la cama y subí, la luna se podía ver desde ahí, cuando la otra puerta se abrió, y salió Alessio; aparte la mirada, lo había estado evitando desde que salí de la oficina.
Lo escuchaba moverse por la habitación, yo solo me dediqué a mirarme las manos, cuando sentí que la cama se hundió, y su mano sujeto las mías, no lo mire.
—Rouses
—¿Quién es el que está detrás de esto?
—No lo sé, pero lo descubriré —Levanto el mentón acomodando algunos de mis cabellos —Te entregaré su corazón
Junto su frente con la mía, y nos quedamos mirando.
—No quiero que te pase nada —Sonrió
—Puedes vivir sin mí, yo no, no otra vez —Acaricio mi mejilla —Te cuidaré hasta mi último aliento
—No quiero que mueras
—Eso no pasará, ángel, eres una chillona
—Y tu un insensible —Sonrió
Nuestros labios sé unieron, me aferré a su cuello, mientras nos tumbamos sobre la cama, el contacto de nuestros cuerpos produjo una descarga que me hizo estremecer, sus labios bajaron por mi cuello; mientras mis manos acariciaban su espalda. Levanto la cabeza y lo miré.
—Podemos parar ahora —asentí
—Abriste tu regalo —Agachó la cabeza —¿Qué pasa?
—Solo te di una carta
—Me gusto el enano bailarín —Rodó al otro lado de la cama, y me subí sobre él —Alessio
—Estaba tan molesto que…
—Porque no abres el mío, vamos
Me too de la cadera y me puso a su lado mientras se levantaba y me dejaba a su lado, fue hasta el armario donde saco la caja que la di, se sentó en filo de la cama dándome la espalda, dejo la nota que escribí de lado, y luego se quedó estático.
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Editado: 23.05.2023