—Achilles, mucho tiempo
—Suficiente para olvidarme de tu horrible cara
—Tan linda como siempre, pero no vienes sola —Lo mire
—Crees que vienen conmigo —Sonrió
—La soledad es tu única amiga, pero dime ¿Qué es de tu vida? —Le di una botella
—Para que lo entiendas, mi vida es una mezcla entre canciones de Adele, Taylor Swift, Katty Perry, Miley Cyrus y otras canciones tristes que han sonado aquí —Sabía que era fan de la música, era lo único que recordaba, ni siquiera recordaba su nombre —Lo de siempre, ya sabes
—Te iras de vacaciones, es lo que todos dicen
—Si algo así —Aclare —¿Y tú?
—Ya sabes, sufriendo porque me dejaste —Me reí —Es broma —Sonrió —Tengo que trabajar
—¿Trabajas aquí? —Asintió —Pues, puedes traerme más y tendrás la mejor propina —Aclare dándole un gran fajo de billetes
—A sus órdenes mi reina —Sonreí y se fue
—¿Canciones tristes? —Negué
—No puedo decirle que, hace unos meses, he tenido que escuchar la misma canción empalagosa y por más empalagosa que sea, no quiero volver a las otras —Alce los hombros —No es lo que dices siempre Maritza
—Sí, pero compararlo con una canción, eso fue raro —Bebí más
—Todo lo es ahora
—Te vas a intoxicar —Hablo Nicolás quitándome la botella —Deja de tomar
—Déjame en paz, Nicolás, o no respondo —Me miro —Sé cuál es límite, y tengo otras formas de obtener el autocontrol, pero no estoy de ánimos ni con ganas de realizarlas
—Hola —Alguien toco mi hombro —¿Te gustaría bailar? —Miré al sujeto, no estaba mal, tenía una sonrisa en el rostro —Eres la chica más bella de este lugar
—Y supongo que debo caer verdad
—La mayoría cae —Sonrió —Pero apuesto que tú no —Alce las cejas
—Ella está bien —Menciono Esteban —Tal vez después —Lo mire
—Se fue, mire a Esteban
—Jugar con él no es buena idea
—No quería jugar —Mencione mirando a la barra —No estoy de ánimos para arrancarle el corazón a nadie más que a mí misma
—Has estado con mal genio desde que salimos de París
—Es el maldito dolor de cabeza que no me deja vivir
Alessio
Tenía la mirada perdida como si quisiera olvidar algo o recordar, a veces parecía que sufría, pero no decía nada, solo tomaba más y más como si quisiera ahogarse en licor y nadie decía nada, antes de que pudiera tomar la siguiente sostuve su mano ella la aparto y solo nos miramos
—Déjalo ya —Ella solo me miro —Rouses sé que me escuchas, ya deja de tomar
Miro a otro lado, de repente la música se hizo más fuerte, las chicas de antes se acercaron a Rouses y la levantaron de la silla, sorprendentemente se podía parar y se la llevaron, se subió a la parte principal y comenzó a bailar con las demás.
—Dios no —Se lamentó Maritza, dos chicas aparecieron y se los llevaron
—Debes detenerla —Hablo Tomás a Nicolás —Va a hacer que nos maten
—Solo es un baile, como solo es un beso, disfruta hermano —Expreso Nicolás, cuando una chica se sentó en sus piernas y comenzó a besarlo.
Todo el mundo la veía y la forma de mover las caderas en el estribillo me estaban dejando sin respiración, fue ahí cuando beso a Esteban, pero a este no pareció importarle, estaba descontrolada, demasiado, me lanzo un beso bolado, le sonreí, pero ella no me hizo caso, después se subió a una mesa a bailar la otra canción. Algunos comenzaron a acercarse, codee a Nicolás, pero este estaba más que entretenido, la perdí de mi campo de visión y después apareció en la mesa, se acomodó el cabello y suspiro, tomo una botella y se la bebió de golpe.
Rouses
—¿Qué? —Pregunte mirando a Maritza, quien estaba a mi lado
—Nada —Asentí y mire a la pista, Esteban estaba bailando con una chica, qué bruta, lo bese, fue como besar a un hermano —¿Lo besaste?
—Estará bien, no es la primera vez —Pero ella no me hizo caso porque estaba mirando a la barra a una chica de ahí
—Sabes que es lo peor de las relaciones abiertas —Negué —Que terminas enamorándote de alguien que solo te quiere por el momento o no acepta sus verdaderos gustos.
Maritza salía con una chica universitaria de padres ricos que solo la veía en fines de semana, no conocía a sus padres porque eran conservadores y si se enteraban de que su perfecta hija era lesbiana pondrían el grito en el cielo
—No está nada mal —Hable —Porque no vas
—No te quedarás sola
—No me voy a morir Maritza —La miré —Ve y háblale, tal vez sea el amor de tu vida —Sonrió
—No me tardo
—Más vale que si lo hagas
Se acercó a la chica y comenzaron hablar, de tanto en tanto, regrese a ver a Esteban que había desaparecido, sacudí la cabeza, después de un rato ninguno de los dos dio señales de vida, me puse de pie y comencé a caminar a la salida sin importar él restó. No decían nada, y yo tampoco, además la situación se estaba poniendo incómoda con la chica en las piernas de Nicolás, el aire me pego fuerte a la cara, metí las manos en la chaqueta y camine hasta llegar al acantilado cerca de un árbol, el viento soplando, las ramas y pisadas, me gire y había una tropa de hombres armados.
#17926 en Otros
#2924 en Acción
#28348 en Novela romántica
mafia italiana y amor, mafia erotica amor secuestro, mafia italiana embarazo
Editado: 23.05.2023