El doctor fue muy claro, lo único que podíamos hacer era pasar tiempo con él, Zayden se lo tomo muy bien, pero eso no quiere decir que el resto lo hicimos, y menos Eduardo que no quería quedarse solo. Estaba enojado, con la vida, con todos, no quería perder a su padre, me sorprendí mucho cuando el único que pudo calmarlo fue Alessio.
Zayden me convención de regresar a casa, dijo que conversaríamos diario, y cuando él sintiera que se iría me llamaría.
Volvimos a casa, no hable mucho en el camino, a pesar de que te dicen que alguien va a morir, no creo que puedas estar preparado.
—Tu abuela nos espera —Mire a Alessio —Quiere hablar con ambos, pero podemos decirle
—Puede estar acabándose el mundo, no le importará
—A mí si, por eso podemos no ir
—Será mejor que no atrasemos esto Alessio créeme
Era como revivir una pesadilla que al parecer era real, ella estaba sentada en el trono, cuando entramos, la cabeza me dolía y supe que aquello que pensé que era una pesadilla era verdad, mi cuerpo tembló por un momento, mire a Alessio, quería tomarlo de la mano y llevármelo lejos, y evitar que ella nos apartara. No entendía lo que quería.
—Es bueno que regresaras Rouses —Me miro —Espero que se lo hayas dicho si no díselo ahora
—Ya le dijiste tú —Ella miró a Alessio —No me lo dijo, el yo lo descubrí
—Entonces te casaras, se anunciara tu boda dentro de dos días, te casaras mañana en secreto
—Espera esta yendo demasiado rápido
—No hay tiempo, no con lo que crece en tu interior
—No puedo casarme mañana así como así
—Sí, puedes, si ibas a casarte cuando tenias diecisiete con ese vestido que está oculto en la doble puerta del armario, puedes casarte ahora —Se puso de pie —Necesitarás un testigo, que sea alguien que no habrá la boca y que no me caiga mal
—No voy a casarme mañana —Me miro —No así de precipitado, y rápido, como tú quieres
Se acercó a mí y me tomo del mentón, me zafé y sonrió.
—Entonces debiste pensar a la hora de hacer lo que hiciste niña —Se alejó —Espero que no le incomode, señor Caruso, es mejor prevenir que lamentar, Rouses puede irse a la Patagonia, y no podríamos volver a verla
—No iré a ningún lado
—Eres muy inestable Rouses, y por esa razón, yo criare a tu hijo como te crie a ti
—No, nunca permitiría que lo hicieras —Me miro —Nunca
—Ni siquiera puedes cuidarte a ti misma, solo mira lo que has hecho, si esto se sabe pondrás a la familia en deshonra y a la corona en riesgo, te dije que cumplieras una cosa, una simple cosa, pero nunca ha sido capas de cumplir con ello, eres un desastre solo mírate
—Tú me criaste, ¿no? Mira lo que creaste
—La Rouses que crie no hubiera hecho esto, sabes por qué, porque esa Rouses sabía sus prioridades. Ella murió en ese lago y tú regresaste, un triste manojo de nervios, incapaz de aplastar a la cucaracha de su prima y a la familia de su madre por completo, incapaz de casarse con quien se le dice, incapaz de seguir las normas
—Nunca fui esa Rouses —Me miro y tomé aire —Sentía, y mucho, que no lo demostrara delante de ti es distinto, ¿No sé cuidarme a mí misma? Cuide de una familia con quince años, puse sus prioridades delante de las mías, y puse mil veces a la corona sobre lo que sentía, pero ya no pienso hacer eso
—El amor no es suficiente Rouses
—Que tu historia de amor no haya terminado bien, no significa que la mía no lo hará, me ves como un desastre porque me parezco a la persona que te quito todo y te dio poder, me parezco a él ¿Verdad? Y mucho al parecer
—Tú eres más fuerte que él, pero sigues siendo la misma niña de aquel cuarto, temblando de miedo, deseosa a que alguien la amara, llorando por mamá y papi, por…
—Es suficiente —Mire a Alessio —Ella cuidará a nuestro hijo y lo hará bien, a menos que quiera que su linda monarquía se vaya por el retrete
—¿Me amenazas?
—No, solo es una advertencia, no quiero escuchar que le vuelve hablar así, o que la amenaza con quitarle nuestro hijo —Puntualizó las dos últimas palabras —¿A qué cree que juega? Primero invita a mí a mi familia a pasar navidad, y luego sale con esto, le dije que me casaría con su nieta, puede ser hoy, puede ser mañana o dentro de un año, si usted interfiere, me la llevaré y no la encontrará nunca, porque ella merece más que una mujer resentida con su pasado
—¿Y tú quien demonios te piensas?
—No me creo nadie, y no tengo las riquezas para darle un palacio o el tag mahal a su nieta, pero me tendrá a mí a su completa disposición, ella ya no está sola, y la protegeré de cualquiera ahí afuera que intente hacerle daño y de usted, no le vuelva hablar así
Mi abuela sonrió y comenzó a aplaudir, la miré con mucho recelo, sentí la mano de Alessio sobre mi brazo y me atrajo hasta él, poniéndome detrás. Nos quedó mirando.
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Editado: 23.05.2023