El Pastor De Almas
Dentro de este mundo existen millones y millones de seres vivos y muertos… crecí con la inocencia de que algo más en esta vida existía, no pensaba que solo éramos nosotros los seres vivos. Yo solo era un niño cuando descubrí que las cosas no eran como todos lo pensaban; hasta que hace tres años -cuando tenía doce años- me di cuenta que lo que sucede no es normal y no importa dónde yo esté parado siempre habrá alguien que me acompañe: almas, espíritus, demonios, sombras o entidades muertas del más allá buscando ser curadas o simplemente tomar venganza. Cada que un Pastor de almas muere, otro es elegido y nunca pensé que yo sería el siguiente… "Cuanto más cerca estemos del pastor, más a salvo estaremos de los lobos"
Cuando yo era pequeño las cosas no iban del todo bien en mi familia, a mi padre lo odiaba mucha gente por su forma de ser, egocéntrica y sin escrúpulos, creía de la gente lo peor; a mi madre la criticaban mucho porque ella era muy joven para tener un esposo de tan grande edad –ella tenía 20 años y su esposo 31 años- y un niño, ya que mis abuelos fueron siempre muy responsables y ambos tenían carreras y trabajos muy buenos. Desde pequeño aprendí a cuidarme solo –no le tenía miedo a nada-, desobedeciendo a todo aquel que me tratará de ordenar algo y trajo consecuencias, ya que me regañaban muy seguido y de vez en cuando me daban unas tundas y me regañaban a gritos debido a que era un rebelde y obstinado a todo lo que me dijera, hasta que llegó un punto en el que mis padres se cansaron de mí y me dieron la golpiza de mi vida. Me encerré en mi cuarto, cerré la puerta con seguro, cerré las cortinas (eran totalmente negras y no podía entrar la luz ya que me molestaba) y apagué las luces dejando así, el cuarto completamente oscuro para poder hundirme en mi miseria tranquilamente y a llorar descontroladamente. En ese tiempo yo no tenía a nadie, nadie que estuviera para mí, mis padres y mis abuelos me despreciaban.
Todos los días después de cenar, ellos trataban de hablar conmigo, como si estuvieran arrepentidos de haberme dado una golpiza, todos los días los ignoraba, hacía la misma rutina diariamente: cenar, cerrar cuarto, cerrar ventanas y todo lugar donde pudiera entrar la luz o una persona, para poder deshacerme de las palabras y enseñanzas vacías de mis padres en lágrimas; lloraba a hasta cansarme y así hasta quedarme dormido. Tristemente esa era mi vida de diario e ir al colegio por las mañanas; pero eso me daba igual, solo era una tortura más en mi vida y así siempre se repetía mi rutina. Un día las cosas cambiaron y antes de cenar vi algo fuera de casa, era como una sombra de una persona alta, no le preste la más mínima atención, era extraña (dentro de la casa todo estaba iluminado), estaba en la obscuridad con los ojos brillosos, no me causó ningún conflicto mirarla ahí afuera porque supuse que no era nada del otro mundo. Al terminar de cenar hice la misma rutina de siempre, el mismo ritual de siempre, cerrar todo, acostarme y llorar; pero esta vez fue diferente… algunas de mis lágrimas comenzaron a brillar con un brillo tenue y se notaba por toda la obscuridad que había en el cuarto. Al darme cuenta me levanté de la cama e intenté prender la luz, pero la bombilla explotó e intenté salir del cuarto por el temor de que algo malo pasará, pero estaba bloqueado de alguna forma; la obscuridad comenzó a crecer poco a poco en un punto específico del cuarto como una silueta de un hombre y dos puntos brillosos comenzaron a abrirse como si fueran sus ojos, me miraba fijamente y yo a él, al mirarlo sentí paz y ya no me sentía mal, mis lágrimas desaparecieron y por una noche pude dormir mejor, comencé a sentirme bien y todos los días cambiaron, comencé a ir bien en la escuela, a ver mis padres como algo bueno para mí, ellos se percataron de ello y me felicitaban muy seguido por haber cambiado, yo simplemente sonreía. Ese mismo día me fui a dormir y como de costumbre cerré todo, solo para volver a ver aquel espectro (todo estaba obscuro) y me senté en el medio del cuarto con los ojos abiertos esperando a que emergiera… pero no esperaba lo que pasaría, el cuarto comenzó a tornarse totalmente con una obscuridad muy penetrante y muchísimas luces comenzaron a emerger y todas me miraban… como si tuviera algo que les perteneciera y quisieran que se los entregará; comenzaron a tratar de hablar conmigo y yo no entendía absolutamente nada de lo que estaba sucediendo, todos hablaban y hablaban en mi mente como protestando, yo solo escuchaba largos y profundos suspiros, trataba de entenderlos y hablar con ellos, pero un sentimiento de cansancio y profunda tristeza se apodero de mi tan rápidamente que quedé desmayado en el piso.
A la mañana siguiente mi alarma sonó para ir al colegio y no desperté… Mi madre acudió al cuarto para verme tirado en el suelo con la piel con un tono gris como si estuviera muerto, los ojos totalmente blancos y sin signos vitales; mi madre me cargó rápidamente, le grito a mi padre para que prendiera el auto rápidamente. Salieron de la casa y me metieron al coche con extrema precaución –ellos decían que estaba caliente, pero mi aspecto era frío- y arrancaron el auto a una velocidad muy alta rumbo al hospital. Al llegar me trasladaron a urgencias y todos los doctores ya me daban por muerto, mis padres lloraban ríos de lágrimas. Anocheció y mis padres decidieron no perder la esperanza y le rogaron al doctor que intentará algo y al final lo hizo; pero al entrar a mi habitación (todo estaba obscuro) su piel se helo tanto que se desmayó, -supongo que estaba ahí la sombra- mis signos vitales subieron y al doctor lo llevaron a urgencias por igual y estaba igual que yo… Al día siguiente estaba como si nada hubiera pasado; pero algo en mi había cambiado, parecía ser otra persona, me sentía mucho más inteligente y astuto. El doctor despertó, pero tenía los ojos blancos y la piel con un tono grisáceo; mis padres le agradecieron y sin respuesta alguna me miró fijamente y soltó varias lágrimas; nos retiramos y el doctor no paraba de mirarme.
Mi padre un día se cortó parte del dedo con un cuchillo y supe perfectamente que hacer para ayudarlo y rápidamente el dolor de mi padre cesó. Se quedaron impresionados ya que era un niño de siete años y se preguntaran que donde aprendí eso y yo lo pensé y simplemente no lo sabía, no sabía cómo lo había hecho y no dije nada a su pregunta porque no sabía cómo. En ese tiempo mis dudas comenzaron a crecer porque me empecé a darme cuenta que no sentía que fuera yo en realidad, como si algo en mi hubiera cambiado, sentía que mi esencia no había cambiado, pero mis conocimientos si lo habían hecho, me sentía más seguro de mí mismo y más fuerte mentalmente y físicamente y me sentía feliz con las cosas que hacía, no era una persona común y así estuve semanas explorando mis habilidades, ayudando a gente de la calle, de la escuela y de mi casa. Ya no tuve ningún contacto con ese espectro porque mis rutinas cambiaron y era más responsable e hice cambios en mi habitación, hasta que un día me enteré… que aquel doctor que me había atendido se suicidó colgándose de una cuerda… después de ver a la sombra, su piel era gris y sus ojos blancos como el día en que ingresé al hospital y su piel ya no ardía cuando murió, cuenta que le hicieron estudios y todos decían que él cuerpo no tenía vida, eso lo contó mi padre en la cena. Ese mismo día hice mi propia rutina de siempre, apagué todo, cerré todo y me senté en el medio del cuarto, pero el espectro no hizo presencia, así que comencé a llamarlo a gritos para que me diera alguna respuesta, pero me ignoro toda la noche, hasta que quedé dormido y al despertar la mitad de mi dedo índice estaba con un tono algo gris y ahí entendí que el espíritu si hizo presencia.
Al principio yo podía mover mi dedo, pero no lo sentía, ere como si estuviera ahí pero como si en realidad no existiera. Intente bloquear el flujo de sangre en mi dedo y no lo sentía, no sentía que mi dedo reaccionará o que diera señales de vida, una parte de mi estaba muerta y en mi desesperación trate de picarlo con un alfiler, golpearlo; pero no sentí nada y para nada sangro, hasta que decidí tomar un cuchillo y cortar parte de la yema de mi dedo y simplemente no sangro, ni dio señales de dolor; veía mis venas ligeramente cortadas y sin un rastro de sangre. Continué mi rutina normalmente con el miedo de que mi dedo no volviera de nueva cuenta y de nuevo aplique mis conocimientos –para nada aprendidos por mi propia cuenta- de doctor y lo cure y vende para evitar que en algún punto me doliera.
Ese mismo día, pasando la noche, alguien llamo al teléfono y no podía dormir porque sentía que alguien me miraba. Escuche a mi madre contestar el teléfono y contestó desconcertada y con miedo "Hola, ¿quién habla? ¿papá?"… "¿Cómo? ¿Qué tiene mi mamá?"… "¿Cómo? ¿Qué? ¿está bien?"… pasaron 5 minutos de silencio "!¿Sí o no?¡" "!Responde¡"… *cuelgan la llamada*… "!Responde maldita sea¡"… Después de eso mi madre dejo colgando el teléfono y comenzó a llorar. Yo seguía sintiendo que alguien me miraba, especteante, esperando a que algo me sucediera y de repente mi dedo comenzó a sangrar y un dolor enorme que lo acompañaba con un dolor punzante horrible, comencé a gritar de dolor y mi madre rápidamente acudió a mi cuarto que estaba cerrado con seguro y de repente la obscuridad predomino en los espacios de mi habitación y muchas luces parpadeantes de sombras comenzaron a bloquear mi mente y mi sentir, el dolor se había esfumado y mi dedo dejo de sangrar; mi madre logró entrar con una llave de repuesto y el dolor de nueva cuenta se hizo presente y prendió las luces y revisó parte de mi cuerpo (sobre todo mi dedo), tomo algunas cosas para curarme, me quito la venda y me trato el dedo y lo vendo de nueva cuenta y ahora solo era el dolor punzante. Mi piel estaba un poco descolorida y tenía pequeñas marcas en la piel como si fueran mordidas y le decía a mi madre que las tenía, ella no las veía, no sabía que existían y simplemente yo era el que podía ver esas marcas. Esa noche el dedo no fue mi dolor principal, sino que sentí que las sombras otra vez intentaron matarme de nueva cuenta, pero esta vez no lo lograron por la interrupción de mi madre, fue un milagro que la llamaran en la noche o nadie me escucharía.
A la mañana siguiente, acostado en mi cama desperté antes de que mi alarma sonará y me percaté de que las manchas habían desaparecido y mi dedo volvió a su estado natural; pero sentía cansancio y pesadumbre, como si algo en mí hubiera envejecido, sentía como si hubiera vivido bastante de mi vida, me sentía cansado, me sentía solo. Sonó la alarma y mi madre me recibió en el comedor con lágrimas en los ojos y le pregunté qué pasaba y solo me dijo que alistara mis cosas para irme al colegio y me preguntó sobre el dedo, obviamente sabía lo que pasaba y simplemente continué con mi vida.
Una semana después de todo por fin me dijeron que la abuela había muerto y su funeral ya estaba preparado e iban a ir a enterrarla en unos días. Tenía miedo de estar en mi habitación y ya no entraba casi, pero afuera entre la obscuridad veía a mi acompañante siempre vigilándome y cuidando de mí entre las sombras observándome o a veces se colocaba en mi sombra, ahí no veía sus ojos, pero mi sombra era más obscura de lo habitual, no sabía si cuidaba de mi o simplemente quería matarme, pero siempre estaba conmigo y yo no podía desaparecerlo o que respondiera mis preguntas, era un amor odio. Siempre estaba ahí esperando mi salida y mi llegada de todo lugar, era como mi sombra, pero apartada de mí.
Al llegar a mi casa mi madre me dijo que se irían a enterrar a la abuela (nunca supieron cómo cuidar a un niño y me decían cosas horribles que no debía saber un niño de mi edad) e iban vestidos de negro y yo no quise quedarme y les dije que iba con ellos, por obvias razones no me iban a dejar solo, pero planeaban dejarme con alguien, pero no quise y sabían que si no quería me iba a escapar de ese lugar y me llevaron con ellos. Íbamos camino al panteón y comencé a ver mucha gente -como transparente- en cada tumba y le dije a mis padres, me dijeron que eran los señores que trabajaban ahí, pero ellos no sabían que veía gente como un día cualquiera en un centro comercial y todos me miraban fijamente. Llegamos al punto de encuentro donde la familia se reuniría, pero el punto donde la enterrarían estaba algo lejano, ellos salieron y me dijeron que me quedará en el auto y cerraron el auto con seguro para que no saliera. Yo tenía miedo porque todas las almas de las personas comenzaron a caminar hacia mí y eso logré notarlo muy fácilmente porque todos me miraban… rápidamente intenté salir del auto y para mi suerte tenía el seguro, pero la sombra está vez me ayudó y saco el seguro de la puerta; Salí del auto y corrí con la esperanza de encontrar a mis padres y veía como todas las almas me veían correr. No sabía dónde estaban mis padres y tenía miedo y de repente no vi a ningún alma cerca, hasta que un señor viejo y gordo me paro en seco y se presentó a mí y me dijo:
-Tu tranquilo, ellas solo quieren que las escuchen y buscan almas puras y de buen corazón, no son malas personas o en este caso almas, deliciosas almas... Solo simples representaciones de las personas que alguna vez existieron, no son nada, ni significan nada
Mientras caminaba aquel hombre las almas se dispersaban, aquel hombre llevaba un sombrero negro que le cubría los ojos y un suéter de lana con un cuello largo, pantalones algo desgastados y un bastón. Aquel hombre se percató de que me di cuenta como las almas se iban y como si no fuera muy obvio me preguntó que si yo también las veía mientras caminábamos sin dirección alguna (me inspiraba confianza) y le respondí: "Sí, pero era la primera vez que las veía de esa forma y sobre todo en la luz" A lo que él me respondió:
-Oh hijo, personas como tu sabrán que el mundo no es como lo pensamos y que siempre estamos acompañados, ellos son almas incautas y sin ningún motivo aparente, pero los que tú conoces son sombras, ellas se alimentan de tu alma, de tus miedos y de tu tristeza y veo que tienes una contigo, ella no puedo acercarse a mí, pero la veo a lo lejos. No te preocupes por ella, solo quiere ayudarte y esperemos lo logré porque son inútiles, solo te hace sentir mejor, como si eso fuera una gran ayuda, desearía ser como ellas, comen tan fácil y no necesitan malditos tratos para poder ¡comer almas!
Estás últimas palabras del hombre me dejaron helado y le tuve miedo, por primera vez la sombra no me veía a mí, sino al hombre, miré a los ojos al hombre y me di cuenta que sus ojos eran totalmente blancos y la piel se me erizo completamente y me dijo:
-Preferiría que no me vieras a los ojos, hijo, no soy lo que tú piensas
A lo que respondí que debía irme y el señor me respondió moviendo la mano izquierda a modo de despedida con una sonrisa tenebrosa de oreja a oreja y finalizó con unas palabras:
-Te veré pronto pastor de almas, te veré pronto, llámame el extractor de almas, gusto en conocerte niño.
Rápidamente corrí con miedo y cuando estaba lo bastante lejos de él, volteé hacia atrás y ahí estaba parado viéndome. Mis padres por fin me encontraron, mi mamá me tomo del brazo y me reviso para ver si estaba bien y me cargo para llevarme al coche nuevamente, volteé y el hombre se despidió de mí y de repente apareció enfrente de mí y salté de los brazos de mi madre y me arrastré lentamente pidiendo ayuda y todo se volvió obscuro y mis padres y mi familia eran completamente negros y tenían una sonrisa con dientes blancos de oreja a oreja y los ojos brillosos y el señor apareció junto a ellas y dijo "Buena suerte pastor" finalizó con risas escalofriantes y desperté en el auto, ya no veía a las personas, solo a mi sombra en medio de unos árboles, pero le tenía pavor, ya no la quería cerca y grite con tanto miedo que los cuervos salieron de los árboles…
Después de seguir mi vida normalmente me fui dando cuenta que mi mundo no sería como antes, principalmente no soy el mismo, no soy quien debería ser y nunca lo pensé, nunca fui nadie y ahora una sombra domina mi vida y aunque toda mi vida he pensado que no hay males en el mundo y no hay humano o ser vivo… o muerto que al hacerte daño no te haga un bien, no te haga mejor persona de lo que ya eres y aunque haya perdido parte de mí, si no es que todo de mí, por algo fue y debo entender que el mundo no es como todos lo pensaban y mucho menos como planeaban; pero ahora sé que nunca estaré solo y aunque pelee mis batallas siempre solo, nunca sabré si una sombra estará ahí apoyándome y con todo el dolor del mundo, yo seguiré mi rumbo sin dar un paso atrás…