Al día siguiente del viaje la noticia de que el Hokage se encontraba en el hospital se corrió por toda la aldea, llegando así a oídos del líder del Clan Hyuga, -Hinata, quiero que vayas a ver al Hokage y de parte del Clan te pongas a sus
ordenes-
-Esta bien, padre- Hinata luego de ducharse muy temprano salió con rumbo al hospital, pero al llegar se encontró con la noticia de que Kakashi decidió irse a su casa hace un momento, el había dicho que ya se sentía mucho mejor, así que Hinata salió con dirección a la enorme casa del Hokage, cuando llamó a la puerta solo se escuchaban varios perros ladrar y después de un rato el hombre de cabello plateado abrió la puerta,
-Hola Hinata, ¿Que haces por aquí?- Dijo Kakashi con poca fuerza en su voz.
Hinata se encontraba sonrojada ya que el Hokage de nuevo se presentaba a su vista con el torso desnudo pero eso no era tan importante ahora, ella pudo notar que Kakashi no se encontraba bien, -Yo vengo de parte de mi padre y el Clan Hyuga para ponernos a sus ordenes, si necesita algo no dude en acudir a nosotros- El peliplata sonrió Y tocó uno de los largos mechones que caía por los hombros de la ojiperla.
-Gracias Hinata, estoy bien, ahora creo que es mejor que te vayas, no es correcto que una princesa como tu esté en la casa de un hombre semidesnudo- luego de sonreír un poco Kakashi cerró la puerta y ella dio la media vuelta para marcharse cuando de repente escucha la voz de un pequeño perro llamarla por la ventana, -Señorita Hinata, ¡tsss!-
Hinata se encaminó hasta la ventana y saludo al pequeño perro, -Hola Pakkun-
-Entre a la casa, Kakashi se ha desplomado sobre el suelo cuando cerró la puerta, por favor señorita, entre a la casa- Hinata sin pensarlo dos veces entró como toda una delincuente por la ventana en la que se estaba pakkun y corrió hasta donde se encontraba el cuerpo del Hokage, de inmediato se arrodilló y tomó su cabeza entre sus brazos mientras daba ligerod golpes en su rostro intentando despertarlo, al ver que era inútilnarrastro al hombre al sofá más cercano tanto como sus fuerzas se lo permitieron, el a comparación de ella era enorme, -Está ardiendo en fiebre, lo mejor es que vaya por Sakura o Lady Tsunade-
-No lo haga señorita Hinata, el no quiere volver al hospital, por eso se salió muy temprano-
-Pero el necesita...-
De pronto la débil voz de Kakashi empezó a escucharse, -Hinata, yo... no quiero ir al hospital... solo dejame aquí y ve... vete- Instantáneamente el volvió a desmayarse, Hinata se acercó y puso su mano sobre el rostro hirviendo de Kakashi, -Esta bien, yo le quitaré la fiebre-
-Necesito trapos y agua a temperatura hambiente, ¿Me pueden ayudar a conseguir las cosas?- Pregunto Hinata a la jauría que estaba alrededor del peliplateado, -Yo prepararé té y voy a ver si en esta casa hay un botiquín con
medicinas- Entonces Hinata y los perros se movieron rápidamente para hacer cada quien lo suyo, al cabo de un rato Hinata se encontraba arrodillada a un lado del Hokage, mojando los trapos y pasándolos por su torso desnudo, su rostro, manos y brazos, en ese momento se olvidó de la pena, sólo le interesaba bajarle la temperatura, ya pasaba de la una de la tarde, Hinata había llegado por la mañana muy temprano, sin darse cuenta ya lleva a más de siete horas atendiendo a Kakashi, gracias al esfuerzo y trabajo en equipo de Hinata y los canes, la temperatura del peliplata comenzó a normalizarse, tambien la peliazul se encargó de imentar a sus ayudantes que estaban Cansados y preocupados, pasaron algunas horas y Hinata cayó rendida por el cansancio, sin querer se quedó dormida sobre el pecho de él mientras se encontraba incada sobre el suelo, al pasar unos minutos la hicieron despertar unas manos que le acariciaban lenta y cálidamente el rostro, cuando abrió los ojos se encontró con un par de ojos negros que la miraban fijamente, -Por fin despertaste- tardó en reaccionar porque por unos segundos se perdió en el rostro tan perfecto del hombre que lo ocultaba bajo su máscara, estuvo tan concentrada en curarlo que no se percató cuando le quitó la máscara al peliplateado, al analizarlo se levantó rápidamente, -Lo... Lo siento no debí quitar su máscara, pero yo tenía que... que hacerlo para...-
El hombre sin dejar de sonreír se incorporó para quedar sentado en el sofá, -Hinata ven- Kakashi extendió su mano invitándola a acercarse a él, Hinata la tomó y el la jaló a su lado, ella tomó asiento a unos centímetros de él a su costado derecho, -Hinata, eres la primera persona que ve mi rostro, no se lo digas a nadie y además me curaste, ya está por oscurecer y te quedaste todo el día conmigo y te lo agradezco infinitamente- El hombre se giró unos centimetros para mirarla fijamente de nuevo y tomando su mentón la hizo girar, -Hinata- dijo mientras acercaba lento su rostro al suyo y ella aunque estaba nerviosa no intentó persuadir tal acción, -Hinata, yo...-
-Usted que...- La verdad era que Hinata había quedado plasmada por el atractivo rostro de él y por supuesto su voz que en ese momento le parecía tan seductora, muy dentro de ella en verdad quería sentirlo cerca, no se lo podía explicar pero lo necesitaba.
-Hinata, yo... yo creo que debes de marcharte, ya es muy tarde- Esas palabras hicieron reaccionar a Hinata y se puso de pie nuevamente, -Gracias por curarme Hinata-
-Antes de irme yo le quiero hacer una pregunta-
-Esta bien Hinata-
-¿Porque se salió del hospital si aún no estaba completamente recuperado?-
-Verás Hinata, me dijeron que el veneno ya no representaba un peligro para mi organismo así que decidí salirme aunque no querían dejar que lo hiciera, además odio los hospitales Hinata-
-Ya veo, bueno me iré, en la estufa le deje una sopa caliente y te-
Kakashi agradeció y se levantó para acompañarla hasta la puerta, -Hinata, gracias- El trataba de controlar sus ganas por arrancar un beso de sus labios antes de que se marchara y afortunadamente así lo hizo.
Editado: 21.01.2021