Un Perdón

Hinata llegó hasta el lugar donde estaba por comenzar el enfrentamiento, Yahiko se encontraba en posición de ataque mientras daba la espalda a la ojiperla, Kakashi quien se encontraba frente a Yahiko pudo visualizar perfectamente a la peliazul, —Hinata— salió en un susurro de su boca, ella lo observó con las manos sobre su pecho, dejó escapar una lagrima, sus ojos trataban de decirle a Kakashi que desistiera del enfrentamiento pero ya era demasiado tarde, Yahiko fue tan rápido que apareció de tras del distraído peliplateado para colocarle un golpe que casi partiría su espalda en dos, el Hokage cayó al suelo, también sacó un poco de sangre por su boca cuando trató de hablar, 
—Hinata— dijo Kakashi a duras penas.

—Hinata, ¿Que haces aquí?— Yahiko se acercó a ella pero la ojiperla dio un par de pasos atrás, 
—¿Porque me miras así?— finalmente la tomó por la cintura y la acercó para besarla, ella solo evadió su cercanía volteando su rostro, —Ve con nuestro hijo a la mansión, tengo que...—

Fue interrumpido por la voz de Kakashi muy cerca de él, —¡No es tu hijo!— el peliplata le dio un golpe certero justo sobre el cuello que lo hizo caer un par de metros lejos, —No te voy a permitir que me quites lo que me pertenece— Yahiko se puso de pie rápidamente y ambos corrieron hacia el otro dispuestos a matarse, de pronto un rubio en modo sabio se hizo presente deteniendo el ataque, Hinata en sus adentros agradeció su precencia, 
—No interfieras Naruto—

—Kakashi, sentí unas ganas inmensas de destruirte cuando descubrí la traición con Sakura, pero eso no es lo correcto, no es la forma de recuperar a Hinata y a tu hijo, no voy a permitirlo— Hinata se acercaba corriendo a los tres hombres, en ves de ir hacia Yahiko, ella se acercaba al Hokage, el se preparó para recibirla en sus brazos pero Yahiko no lo iba a permitir, así que lanzó un gran chorro de agua con tal fuerza como para mandar lejos a Kakashi de la ojiperla, pero Naruto al percatarse lo empujó y el ataque fue desviado de su objetivo principal, golpeando así con gran fuerza a Hinata, ella cayó unos cuantos metros lejos, —¡Hinata!— gritó el rubio quien detuvo a Yahiko antes de que se acercara más a ella, —¡Eres un maldito imbecil!—

Kakashi de inmediato se acercó a la Hyuga y la tomó entre sus brazos, —Hinata, ¿Estas bien?— ella abrió sus ojos al tiempo que sobó su cabeza, 
—Hinata...— ella lo miró y por un momento sintió ganas de abrazarlo fuertemente, pero luego recordó aquella carta, ¡Maldita sea! No podía perdonarlo, era algo que no le nacía del corazón hacer.

—Aléjate de mi— poco a poco se reincorporó, —Solo quería decirte que nos dejes en paz, mi hijo y yo no existimos más para ti, si estoy aquí es por mi padre, así que no intentes acercarte, te odio Kakashi— Hinata se alejó y Yahiko fue tras de ella, —Yahiko— Se volvió hasta el cuando detuvo su andar, —Tampoco te quiero en mi vida, ¡déjame en paz!— no dijo mas y se marchó, de igual forma el pelinaranja tomó una dirección distinta.

Un par de horas más tarde, en la mansión Hyuga, un Hokage al borde de la locura entró gritando por toda la casa, —¡Hinata, no pienso irme de aquí sin conocer a mi hijo!— Hiashi y Hanabi llegaron de inmediato tras escuchar los gritos, —¡Hinata Hatake, no pe pienso ir de aquí!— Kakashi tomó asiento y se puso cómodo, claramente estaría allí hasta que ella decidiera salir.

—Hokage-Sama, creo que es una falta de respeto que...— Kakashi camino hasta el y estaba furioso.

—¿Falta de respeto?, ¡Yo solo quiero conocer a mi hijo, amo a Hinata y puedo llegar a comprender si no quiere estar conmigo, pero... ese niño también es mio, lleva mi maldita sangre y tengo derecho de estar con el!— Hiashi salió del recibidor y fue directo a la habitación de su hija mayor, abrió la puerta y la encontró llorando mientras abrazaba a su hijo con fuerza, claramente lo había escuchado gritar y le dolía.

—Tienes que salir Hinata, el tiene razón en querer ver a su hijo, además está haciendo un escándalo por toda la mansión—  ella negó con la cabeza, —¿Que pasa Hinata?—

—Padre, no quiero que mi hijo conviva con un desgraciado como el, no quiero que bebé se vuelva como el, yo lo odio padre, no lo quiero ver—

Hiashi se acercó y levantó su rostro por la barbilla, —Hija, tu no tienes el corazón para odiar a nadie, no te engañes más, Hanabi puede llegar a odiar, yo puedo hacerlo, cualquier Hyuga puede albergar ese sentimiento dentro, pero tu... tu no hija, tienes que salir y enfrentarlo— Hinata limpió sus lágrimas y le entregó al bebé.

—Iré a hablar con él— el asintió y se llevó a su nieto al jardín, cuando Hinata llegó al recibidor pudo ver como Hanabi y el discutían, alcanzó escuchar a su hermana maldecir a alguien, —Kakashi— dijo luego de aclarar su garganta un poco, —Hanabi, déjanos solos— su hermana asintió y se marchó.

—Hinata, quiero conocer a mi hijo, Porfavor— Se acercó lo suficiente como para que ella pusiera su mano entre los dos y marcara una distancia, 
—¿Donde está?—

Hinata caminó cómo toda una Hyuga, el pecho algo inflado y su mirada en alto, —¿Porque piensas que te dejaré verlo?, ¿Acaso crees que lo mereces sabiendo el daño que me causaste?— Hinata no acostumbraba a sonar fría, siempre tuvo problema con esa firma de proceder de su padre, pero ahora era necesario ser así, —Contestame—

—Si... Si lo merezco por el simple hecho de ser mío, por llevar mi sangre y porque te aseguro que es producto del amor que siento por ti Hinata y tu por mi—

—¿Amor?, ¿Realmente conoces el significado de esa palabra?— lo miró de una manera acusadora, aunque en el fondo seguro le dolía más a ella que a él, —No me amaste Kakashi, solo fui una ingenua, una tonta para ti y a tu disposición, ya me imagino como te burlabas de mi después de "hacerme el amor" cada noche, ¿Creíste que nunca me daría cuenta de lo miserable que eres?, Porfavor, no digas que me amas... En fin, yo ya cambié y creeme que no tengo intención de perdonarte nunca, en cuanto a mi hijo... No quiero que este cerca de ti, no quiero que crezca siendo un desgraciado y pervertido como tu, así que olvidalo, no voy a permitir que lo veas... Además, Sakura puede darte muchos hijos, pobre Naruto, también se equivoco al confiar en su Sensei— Hinata se dirigió a la puerta pero el la detuvo con fuerza, —Sueltame—