XXXI

Do Hyun no termina de estacionar el carro cuando ya me estoy bajando, azoto la puerta y camino a paso firme al interior de la estación, voy como alma que lleva el diablo y con la ira plasmada en mi cara.

-Nat espera, solo escúchame antes de entrar a hablar con tu padre- Do Hyun corre atrás de mi para alcanzarme – Nat por favor – hago como si no lo escuchara – Dios mío, Kim Natasha escúchame – me detengo y doy la vuelta para encararlo.

-Ustedes me mantuvieron oculta esa información por más de 15 días – le doy golpes en el pecho con la palma de la mano mientras el solo se queda parado viéndome – Saben que este caso me ha quitado el sueño – tengo tanta rabia que estoy temblando – oni solgoni mne, oni spryatali vse eto (me mintieron, me ocultaron todo esto) – su expresión muestra tristeza, sabe que el hecho que no me contaran nada me lastima – Me dejaron de lado –

-Pequeña solo te queríamos cuidar estos días, queríamos que te recuperaras – vuelvo a verlo con rabia.

-NO ME DIGAS PEQUEÑA LEE, NO AHORA CUANDO TE QUIERO MATAR – lo empujo y la rabia vuelve a hervir en mi sangre – LOS QUIERO MATAR A TODOS POR DEJARME DE LADO, POR MENTIRME, POR NO CONFIAR EN MI – sé que los oficiales de la estación y algunos civiles me están viendo, pero me importa un pepino.

-Nat por favor calmante, por favor peque...- levanto la mano deteniendo su discurso.

-Me lastimaron con esto que hicieron Lee Do Hyun, mi padre y tú –

-Detective Kim, entienda que esto lo perdí yo, por seguridad y... - cierra los labios y los deja herméticos dejando así su charla a mitad, lo apunto con el dedo y le respondo.

-Usted a mí no me dirija la palabra, quédese callado y hable solo cuando se le ordene – me doy la vuelta y retomo mi marcha a el despacho de mi padre, sé que ellos me siguen y están hablando entre ellos.

-Tiene un carácter fuerte- hago como si no estuviera escuchándolos.

-Por eso es mi jefe y mi mejor amiga – esas palabras me dan ganas de voltearle la cara en este momento.

-¿No es tu novia?- me arte, me doy la vuelta y los dos quedan blancos como el papel, camino hasta donde está el señor Lee y lo agarro de su perfecto traje negro que tiene bajo su abrigo abierto y lo inclino hacia el frente.

-No se meta en mi vida, no quiera saber más de lo poco que ya sabe, mi vida no es de su incumbencia, Ponyal? (¿entendido?) - el solo asiente, lo suelto y camino lo poco que me faltaba para llegar a la oficina de mi padre, ni me moleste en tocar, abro la puerta de un solo golpe.

-Pero qué demo...- sus palabras quedan en el aire al ver mi cara de completa rabia y la de los dos idiotas que vienen atrás con cara de perro regañado. – ¿Hija? ¿Qué paso? – se levanta de su asiento, deja su celular en la mesa y camina hasta donde estamos nosotros.

-Me mentiste – es lo único que puedo decir a través del dolor en mi garganta – No confiaste en mi para decirme la verdad de este hombre- señalo a el señor Lee, mi padre niega mientras me ve con dolor con los ojos.

-Hija por Dios, primero hablemos ¿sí?, no saques conclusiones que no son – camina hasta mí y me toma en sus brazos, me quiero alejar pero él me da un abrazo fuerte y protector de esos que me vuelven una niña de 7 años, una niña que estuvo asustada de perder el amor de familia que ellos le estaban dando – Vamos mi pequeña leona, hablemos – donde algún oficial entrara a la oficina de la manera en que yo lo hice seria castigado de manera inmediata, es una falta de respeto y falta a la autoridad, y no digo que por ser su hija puedo hacer lo que se me dé la gana, por no, no lo puedo hacer y sé que también recibiré un castigo o una amonestación por lo que acabo de hacer pero también sé que en este momento no me dirán que es; mi padre no me suelta los hombros y me empieza a dirigir a las sillas hasta que escucho a el señor Lee preguntarle algo a Do Hyun.

-Son realmente unidos ¿verdad? ¿Cómo es que termino siendo su hija?- mi padre no se da cuenta en qué momento me suelto de su agarre y termino tacleando al señor Lee, esta tirado en el piso y yo estoy sobre el agarrándolo del cuello, aprieto mi agarre y el me ve asustado.

-Le dije que no se metiera en mi vida, que no preguntara cosas que no le incumben, no se meta donde no lo han llamado o créame terminara con un tiro entre ceja y ceja si no para de preguntar, no se crea con el derecho de saber algo sobre mí solo porque es un conocido de mi padre, porque no lo tiene – siento que por mis venas corre veneno en vez de sangre, le tengo rabia a este hombre, por su culpa he tenido pesadillas durante todos estos días creyendo que va a regresar para arrebatarme a mi familia. Siento que alguien pasa un brazo por mi abdomen para poderme levantar y quitar de encima de él.

-Por Dios, ¡¿Kim Natasha Qué te está pasando, te volviste loca?! – mi padre en quien me ha levantado y Do Hyun es quien me hablo y si no se queda callado en este momento a quien le voy a meter el tiro es a él, mi padre me deja sobre mis pies y me guía hasta la silla, hasta que no estoy sentada y respirando con normalidad no me suelta, yo llevo la mano a mi hombro izquierdo y hago un poco de presión, lo que acabo de hacer me está causando puntadas de dolor, ¡DIOS! Definitivamente si me volví loca y no me recuperare de mi brazo si sigo así, inclino mi cuerpo hacia el frente apoyando mi codo derecho en mi rodilla y colocando la cabeza en mi mano, siento que todo se me sale de control, que todas las hipótesis de la muerte del hijo del señor Kim no me sirven de nada, el hombre a quien metió preso no tiene ni la más mínima culpa de esa muerte, Kim tiene negocio con mafia pero no es la de Lee, el desgraciado está sucio y no sé cómo tener todas esas pruebas en mi mano, no sé cómo confirmar que los hombres de la fiesta eran mafiosos, solo tengo la palabra de un hombre que se supone seguía los negocios de su padre y resulto siendo alguien de la ley.