Peligroso Ángel

11.2

Esteban Ramírez




Cuándo me dí la tarea de revisar- en ausencia del Sr Williams- el balance que sería presentado a la junta directiva, ni remotamente me visualice en una posición así.

El teléfono suena 1, 2, 3, 4...

—Buenos días, almacén Parker & Lee. ¿En qué podemos ayudarlo?

No, no. 

—Disculpe, creo que me confundí. 

Me termino el late y busco en el archivo esperando haber marcado mal el número la primera vez..

Vuelvo a marcar.

Una vez terminado de colocar los mismos números un mal presentimiento (ajeno a mi intolerancia a la lactosa) se aloja en mí. 

—Almacén Parker & Lee. ¿En qué...

Cuelgo de inmediato.

—Carajo.

Tal vez no fue actualizado el número.
Pero con lo puntilloso que es Clayton con los detalles de este tipo no cuadra.

Coloco en el buscador: Fundación Sky

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Todos los meses Murk ha asignado una suma importante de efectivo libre de impuestos a la cuenta de esta fundación, auspiciando premios y becas de única entrega a familias de escasos recursos. Los documentos contienen detalles y fotografías que le confieren cierta medida de credibilidad y simpatía a la causa. 

Sky no existe.

En un marco de alrededor de 10 años ninguna organización ha ejercido en esa ubicación. No hay registro fiscal ni detalles legales intrínsecos. Nunca existió, eso esta claro y sin embargo una transnacional le inyecta capital para funcionar puntualmente. 

Sin sentido.

—Tiene 2 minutos para soltar esos papeles y explicar su atrevimiento. En caso contrario, en 5 espero su renuncia en mi escritorio.

Maldición.

Con su metro 60 el Lic. Robert Clayton es tan amedrentador como un maestro de catecismo enseñando los diez mandamientos. 
Con una mirada eres capaz de ver la sangre, sudor y lágrimas que te costará un error frente él. Si vives para contarlo.

—Sr, usted me...

—...le ordené verificar los datos de la última hoja, no andar de cotilla con información que no le concierne.—el tono conciliador viene acompañado (y contrapuesta) con un semblante sereno y aterrador al mismo tiempo.

En momentos como estos es cuando ves pasar tu vida y sueños frente a tus ojos.

Adiós boda en la playa, hola boda en el jardín trasero de mi casa. 
Una Susan muy enojada me espera.

—Sr Ramírez, paseme eso. Vamos a ver si a mí si me 'concierne'. 

Pero algo absolutamente increíble, como caído del cielo ocurrió.

El color abandonó el rostro del jefe de departamento. 

El mismo Sr Moore.

¿Anibal Moore?, no. Esta de vieje 
¿Miguel Moore?, no. Con alguna vieja, como diría mi madre.

Sin parecer adulador puedo admitir que es mi Moore favorito. Y no, no soy gay.
Al Cesar lo de Cesar, y Luciano Moore es lo más cercano al hombre negocios que aspira cualquier estudiante de Finazas y Derecho. 
Todo eso antes de los 40.
Pese a graduarse con doble título y obtener los posgrados suficientes para ser considera toda una leyenda en el campo no gusta de ostentarlo exigiendo que se le reconozca como Dr., pide al resto de los mortales llamarlo por su nombre de pila. 
Es lógico, nadie le llamaría así. 
Por lo que para todo el mundo es el Sr. Moore alias 'la Mano que mese la cuna' (después del Señor Anibal, hay jerarquías).

Ahora que debato si exponer al Sr Clayton o no, me permito disfrutar de su evidente transpiración en presencia del Gerente.

—Sr Moore, yo-yo- yo creí que...

—¿Creyó que no me interesaba saber de primera mano por que se ha ajustado el presupuesto para los nuevos proyectos sí las filiales nos han producido el doble? No imprimo informes que no voy a leer Clayton.

KÉl es el jefe.

—Necesito limpia su oficina a primera hora mañana. Y que alguien quite ese aroma de canela, aquí se viene a trabajar.

—No-no no puede hacer eso–ignoraba que Clayton tartamudeara de esa manera, creo que no soy el único que encuentra entretenida su desesperación ya que algunos compañeros han sacado sus celulares. Directo al grupo.

Continua suplicando y diciendo cosas sin sentido mientras Luciano lee el uniforme que le pasé. 
Terminando de leer unas líneas en particular se dirige al ascensor despidiéndose de todos menos del pronto y desconsolado desempleado.

Cuándo me despedía mentalmente de mi pequeña oficina y recogía mi cafetera clandestina no alcancé a imaginar este desenlace.

Ni mucho menos lo que me esperaba después.

Un mensaje.

A las 12: 30 lo espera el Gerente en su oficina.

***
No puedo más.
Mis nudillos sangran debido a la pelea con el tipejo. En cualquier momento se cansarán de mi y me sacarán o algo peor.

Otro, el ruido es inconfundible.
Es el segundo y yo puedo ser el siguiente.


En el fondo, Clayton tenía razón.

***

 

PennyMo—MoysesEV. 



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En el texto hay: misterio, mentiras, romance

Editado: 25.06.2021

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