Peligroso Ángel

28

Cuando cayó la noche me encaminé junto a Stephie (Lila) al comando. Habían pasado meses desde que no ponía un pie en ese lugar, exactamente desde que asumí la misión de capturar a los Moore. 

Al pasar, algunos colegas me saludaron, unos asentieron y otros solo me veían caminar por el pasillo.  

Crucé el umbral de la oficina de Christian y no fue para menos con lo que me encontré; una pared repleta de múltiples monitores revelando todos los movimientos que se hacían en la mansión Moore. 

–Llegan mis agentes favoritas –Christian se volteó a recibirnos–. Debo admitir que han hecho un buen trabajo. 

–No tendrán escapatoria esta vez –dije–. Llego la hora de rendir cuentas a la justicia. 

Mi jefe me hizo seña para que tomara asiento en la silla que tenía al lado y así lo hice. 

–¿Revistaste la información que proporcionó Esteban y Abigail? 

Ladea la cabeza antes de responder. 

–Afirmativo, ambos dispositivos serán presentados en el juicio que se abrirá en contra de Aníbal y el tal Galen –se acercó–. Tu amigo fue muy astuto al anexar imágenes a los documentos investigados, tendrán más peso en un posible juicio. Me fuera gustado mucho haberlo tenido trabajando para mí.  

contuve el nudo que se me formó en la garganta. 

–En unos minutos empezará el operativo. Te necesito centrada en ello. 

Los siguientes 40 minutos parecí león enjaulado, la ansiedad y el nerviosismo me tenían caminado de un lado a otro comiéndome las uñas. De la nada un dispositivo empezó a pitar dándole entrada a Christian, Lila y dos agentes. 

–La reunión ya va a empezar –Todos ponemos atención en el monitor que está en el centro de la pared–. Eligieron la sala principal para el encuentro. 

Me acerque a ver mejor a las personas que tomaban asiento a lo largo de la gran mesa; Aníbal fue el primero que reconocí al igual que a Luciano de pie a su derecha. Siete personas desconocidas llenaban la mesa junto a un extraño hombre encapuchado que ocupaba la cabecera de la mesa. 

–Suponemos que él que está al frente es el líder, ósea, Galen –hablo Christian–. ¿reconocen a alguno de los otros sujetos? 

Lila y yo nos vimos las caras antes de negar. En mi vida había visto a esas personas. 

–Todos en sus posiciones, si obtenemos lo que buscamos procederemos de inmediato –Christian mueve unos aparatos subiendo el volumen de la conversación que acaba de empezar. 

–¿Ya pensaste como arreglar la cagada que cometiste, Aníbal? –habló uno de los sujetos–. ¡tu imagen tiene que ser intachable, eres quien representa el negocio! Joder. 

–Creo que es momento de suplantar a Aníbal. Alguien con moral, íntegro y respetado tiene que tomar el puesto, por nuestro bien –propone otro. 

–¡Ni lo piensen! –refuta Aníbal, enardecido. 

–Es lo más lógico en estos momentos –El sujeto que está al lado del líder apoya la causa–. Estamos dejando de vender toneladas de mariguanas por tus estúpidas mierdas, dime ¿Qué vas hacer con el próximo cargamento de cocaína?, ¿lo guardaras hasta que se pudra en los almacenes? 

La sala se llena de murmullos y malos comentarios de los unos con los otros. 

–Estamos a punto de perder el negocio si las cosas no toman su rumbo, sin mencionar que tenemos la impresión de que la DEA nos está pisando los talones. No olvidemos que allá fuera hay quienes están esperando un error de nosotros para estrangularnos. 

Estampan la mano contra la mesa callándolos a todos. 

–Eso no ocurrirá –habla el líder, su voz es diferente a la de los demás, no es natural y se podría jurar que estaba usando distorsionador. ¿pero cómo?–. Aníbal, te doy cinco malditos días para que arregles donde nos metiste, si no lo logras te sacamos a patadas del negocio. Dentro de un par de días llegaran grandes cargamentos de cocaína y tienen razón al decir que no la podemos seguir almacenando. Estamos perdiendo un sinfín de dinero por tu culpa. 

Aníbal explotó colocándose de pie. 

–¡Ninguno de ustedes me va a quitar de donde estoy, soy él que más se ha jodido y el que tiene todas las de perder si llegara a…! 

Se calló de golpe, el cañón de la pistola de Galen le apuntó entre ceja y ceja. Nadie en la sala dijo ni hizo nada, ni su hijo quien solo acribillaba a Galen con la vista sin mover un solo musculo. El líder le hace señas con el arma para que vuelva a sentarse y así lo hace sin refutar. 

–Otro maldito arrebato de este tipo y te vuelo los sesos –advirtió–. Ya la decisión está tomada, si en cinco días no solucionas tus mierdas estas fuera –sentencio. Aníbal esta vez ni se atrevió a verlo a la cara.  

–Todos en sus posiciones avisa Christian–. Témenos material suficiente para la captura, procedan con el operativo. ¡y no quero fallas! 

Junto a un escuadrón de 20 hombres abordamos los vehículos con dirección a la mansión Moore. 

Cuando llegamos nos desplegamos alrededor de la mansión, un paso en falso nos podía costar la misión hasta inclusive la vida; avanzase junto a cinco hombres arremetiendo contra los sujetos armados que cuidaban el perímetro. 

En cuestión de nada se enciendio una lluvia de balacera que evité escabulléndome en una de las tantas estatuas del jardín. La parte trasera de la mansión también esta incendiada con el otro grupo de soldados entre ellos lila quien no deja de profanar obscenidades cada vez que derriba a uno. 

Eliminé a cuatro que nos disparaban dándome paso a entrar a la casa junto a mis compañeros, el recibidor estaba vuelto un desastre; todo estaba quebrado y esparcido en el suelo, los agujeros de balas estaban en paredes y mesas junto a unos cuantos cuerpos ensangrentados tirados en el piso. 

–Aníbal y cuatro hombres fueron capturados, Luciano huyó y Galen subió al segundo piso–. Avisó Lila por el intercomunicador–. Tres soldados subieron a capturarlo y no responden a mis llamados.
En ese momento no pensé en nada más que capturar al imbécil que me había quitado tanto. Las escaleras se cernían frente a mí y cuando quise darme cuenta ya estaba arriba.
Con arma al frente lista para disparar al mínimo movimiento, volé todas y cada una de las puertas. Los tres soldados que habían subido antes yacían muertos en el pasillo que comunicaba a la habitación de Aníbal. Me acerque abrir la última puerta cuando…
Me sujetaron con fuerza por la nuca tirándome al suelo desarmándome en el acto. Le arroje una patada a mi agresor que lo hizo tambalearse dándome la oportunidad de tomar el arma, pero el intento quedó a medias cuando me tomó del tobillo estrellándome con fuerza contra la pared. 

Me retorcí de dolor en el suelo. 

El sujeto no me dio ni tiempo de abrir los ojos porque cuando lo hice ya lo tenía sobre mí apretando con fuerza mi cuello quitándome el aire. 

En el forcejeo traté de ver quién era el personaje que había estado persiguiendo los últimos meses, pero una máscara apareció frente a mi impidiéndome ver su rostro «este maldito». 

Su mano cada vez ejercía más fuerza como si disfrutara el estar matándome poco a poco. 

A continuación, sentí el fuerte golpe de una patada en mis costillas retorciéndome del dolor, a esa le siguieron dos más y cuando quise incorporarme para defenderme ya estaba sola. 

«el maldito huyó» 

Bajé para reunirme con los demás conteniendo el dolor que  avasallaba en mis costillas. Lila me esperaba en el vestíbulo con un grupo de soldados que inspeccionaban la zona y al cruzar miradas le deje en claro que el imbécil había huido. 

–Al menos logramos capturar a Aníbal y algunos de sus socios –Me habló parándose a mi lado–. Ya capturamos al resto. 

Eso no me daba muchos ánimos que digamos. Yo quería al pez gordo y lo dejamos escapar. 

–¿Dónde están? –pregunté. 

–Los soldados los llevaron al auto, ahora están bajo la vigilancia de Christian. 

Asentí y salimos de la mansión que dejamos en ruinas. Nunca me imaginé que las cosas fueran a salir así; mi plan fue capturar a todos en el primer intento y hacerlos pagar.
Me detuve en seco cuando Lila se lanzó sobre mi evitando que el auto que salió de la nada como una bala nos arroyara. Justo antes de caer al suelo y por unos cuantos segundos mis ojos se encontraron con los de Miguel quien conducía el vehículo y no se detuvo a pesar de los disparos que le propinaban al auto, al contrario, se llevó las rejas por delante perdiéndose en la vía. 



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En el texto hay: misterio, mentiras, romance

Editado: 25.06.2021

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