La tercera vez que sucedió estábamos en una reunión del grupo en su casa. A mi llegada pensé encontrarla; pero no estaba allí y preferí no preguntar por ella. Hacía mucho calor y preferimos sentarnos en el portal de la casa a conversar y tomar un poco. Al poco rato se escuchó un vehículo acercarse y todos dirigimos nuestras miradas a ese punto, y pude ver como se detenía el mismo coche que semanas atrás había visto cerca del semáforo. La presión conocida comenzó; pero esta vez con una fuerza que no había sentido antes, era como si tres o cuatro martillos hidráulicos trataran de abrir mi cabeza para ver que había dentro de ella, mire mis manos y ante el asombro de todos los presentes y de mí mismo se formó una mini ametralladora UZI, de esas que caben en tu mano y casi no se ven; pero que son absolutamente letales. El mundo de repente se congelo ante mí, no se oia nada, la brisa se detuvo y sentía como si el calor desapareciera de repente, algo viscoso comenzó a emanar de mi nariz, y poco a poco caía sobre mi camisa manchándola con un rojo escarlata que escandalizaría a cualquiera y nosotros no éramos la excepción. Me levante y dirigiéndome hacia los recién llegados cargué el arma y apunté hacia el lado del conductor, presione el gatillo. La noche se convirtió en un extraño coro de gritos y detonaciones, los segundos parecían eternos y solo cuando el sonido delato la falta de balas, todo volvió al silencio. Me acerqué lentamente hacia mi obra maestra y abrí la puerta de conductor para admirar lo que había hecho; pero para mi asombro no cayó un solo cuerpo bañado en sangre sino dos, en la desesperación del momento ella se había abrazado al cuerpo de su nuevo amor quedando en medio del blanco, su cuerpo y el de mi victima ahora solo eran pedazos de carne y sangre que se confundían, separé los cuerpos y mire sus ojos, los cuales solo mostraban espanto y sorpresa, en ese momento sentí el mundo caer completamente sobre mí, solté al arma pero no llegó a tocar el suelo, dirigí mi mirada hacia el grupo y solo vi cuerpos blancos como el papel y con caras de asombro y pánico, salí corriendo del sitio rápidamente... ... ahora estoy en mi casa, frente al televisor viendo las noticias y con una pistola 9 milímetros apuntándome la sien... y no creo que tenga problemas en apretar el gatillo.