Pensamientos en un encierro

Capítulo 1. La vida y la muerte.

¿Quién debe morir y quién debe vivir? 

Esa es una de las tantas preguntas que pasan por mi cabeza.

Mientras estoy encerrada, tengo más tiempo para reflexionar y pensar sobre mí misma y sobre los demás. De hecho, podría decirse que soy una simple espectadora, sí, de lo que sucede en el mundo... ¿Se han sentido así? Tan impotentes, tan enojados, tan... Tristes consigo mismos. Creo que lo que estoy escribiendo no tiene sentido para ustedes, así que trataré de explicarme con más claridad.

Verán, soy la hija menor de una familia de 4 integrantes: mi hermano mayor, Hugo, mi padre, Manuel, y mi madre, Angela. Al ser la menor, tienes ciertas ventajas como el cariño y protección de todos los integrantes, pero el lado negativo de todo esto es que te acostumbras tanto a ver a tu familia tan unida a ti cuando eres muy pequeño que cuando que llega el momento de volar, te da miedo. Un miedo indescriptible. Y si agregamos la adolescencia, la cual es una etapa de búsqueda de la personalidad propia, entonces verán que tengo una gran confusión. 

De esta manera, busco mi propósito, una razón para vivir, un sueño, algo que me dé una causa para seguir soportando. Muchos encuentran su propósito al encontrar a su pareja, otros al seguir sus sueños, incluso al tener hijos y más cosas. Pero, ¿Sabes cuál es la diferencia de "vivir por vivir" y "vivir por alguien"? Que alguien depende de ti: Un hijo se sentirá vacío si su madre muere, un esposo se sentirá devastado si su esposa cae en coma, un padre sufrirá la ida de su hijo. Pero yo no tengo alguien que dependa de mí, o un sueño qué lograr. Sigo esperando, con paciencia, a un resultado. 

Ahora, en relación al confinamiento que estamos sufriendo, cada vez escucho más y más noticias que me llegan al alma. Personas que ví pasar por la calle, personas que alguna vez fueron mis vecinos, personas que quizás en algún momento hablé con ellas... Ya no están. Se han ido, de la noche a la mañana, dejando a hijos, esposos, esposas, familiares y amigos con un gran pesar. Aún me cuesta aceptar el hecho que no volveré a verlas pasar por mi casa, ni verlas dejar a sus hijos a la primaria, tal como hacían a la misma hora todos los días. No los conocí, puede que tal vez nunca hablé con ellos, pero duele pensar todo lo que dejaron atrás.

Es cuando pienso, desde lo profundo de mi corazón, ¿Por qué? ¿Por qué, entre tantas personas, se van aquellas que más necesitan estar aquí por sus hijos que tienen 4, 5 o 6 años? ¿Por qué esas personas que necesitan estar vivas? Entonces me digo: "Yo podría ser una de las que merecen morir. Yo no tengo alguien que dependa de mí. Si muero, aunque me duela dejar a mi familia, sabría que es porque es necesario. Doy una vida por otra, porque nadie está detrás de mí, esperando que lo cuide. Nadie. ¿Por qué yo tengo que vivir y esas personas deben morir?"

Es un pensar absurdo e infantil, lo sé. A esta edad, no soy lo suficiente inmadura para ser considerada niña, pero tampoco soy lo suficiente madura para ser considerada adulta. Soy sólo un pensar, entre tantos que existen el mundo. Y sigo reflexionando sobre la vida y la muerte, dónde nadie decide, nadie dice quién muere o quién vive. Unos creen que Dios decide, otros que es aleatorio. Yo no lo sé, puedo creer en todo y en nada a la vez. 

Miro por la ventana de mi cuarto por última vez, tratando de que el tiempo pase más rápido... ¿O más lento? Eso parece. Llámame loca, llámame infantil, llámame egoísta, llámame de la forma que quieras: seguiré ahí, pensando. 

Tomo la taza de café, ahora vacío, entre mis manos y la observo cuidadosamente. Tal como yo tengo el destino de esta taza en mis manos, ¿Quién tiene la nuestra? Yo puedo decidir si destruyo la taza o la guardo para usarlo otra vez, pero ¿Quién me dice qué hacer con ella?

"Yo sólo sé que no sé nada"

Negué con mi cabeza, algo cansada, al tiempo que pongo la taza junto a los otros trastos sucios. Eso lo decidiré después, ahora, sólo debo intentar no pensar demasiado el resto del día.

 

 



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En el texto hay: sentimientos, esperanza, sensaciones

Editado: 09.05.2020

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