¿Cuántas veces nos hemos hundido? ¿Cuántas veces nos comparamos con aquellos que fingen tenerlo todo?
De eso no se trata la vida, no necesitamos que las demás personas nos digan qué hacer, a quién amar o cómo vivir. Debemos de tomar nuestras decisiones, caernos y levantarnos, siempre pensar en lo que queremos conseguir y el saber que va a costar.
Tener a alguien que nos quite las dudas, que te ame con todo su ser y que también te diga las cosas cuando te equivoques. Porque eso es lo que nos hace más fuertes, que pueda ser un ancla para ti en los momentos que sientas que el barco se hunde.