Somos jóvenes, tenemos una vida por delante.
El mundo no tiene piedad, se lleva aquello que más nos importa en nuestras vidas para jamás volverlo a ver. El tiempo es un asesino, nos persigue durante toda nuestra vida y, aun así, al final le rogamos por tener un último segundo.
La vida da sorpresas y en muchas ocasiones nos da alertas, varias veces lo grabamos todo y lo compartimos, y otras veces las dejamos pasar para enfocarnos en aquello que nos hace miserables.
¿De qué sirvió hacer todo lo posible poder ser aceptados en la sociedad, si al fin y al cabo eso logró quebrar la humanidad que nos quedaba?