Penumbra ©

Omake

Wendell apretaba con fuerza el brazo de su hija mientras la conducía por las escaleras y pasillos de la torre más alta de Ares, la Torre de Ares Alpha. No podía creer que ella le hubiera mentido, en el mejor de los casos, que le hubiera ocultado algo tan grande y grave como que ella era el complemento de ese chico, de ese maldito infeliz.

Anahia sollozaba y a él parecía no importarle, lo único que quería era encerrarla, alejarla de todo y tenerla a su disposición para cuando llegara el momento. Era todo en lo que pensaba.

Estaba un tramo de escaleras más cerca del lugar y sintió alivio cuando por fin llegó. Abrió la reja y la empujó con violencia.

Estaba decepcionado de su hija, creía que ella estaba de lleno en la causa, pero se equivocaba y lo sabía ¡Maldición! Era el maldito complemento del nieto de Xean Blacket, Xander Blacket. Ese chico y esa familia lo odiaban y con justa razón, pero nunca se arrepentiría de ello, gozo y sigue gozando con su pequeña victoria, con ese pequeño pozo que dejó en esa maldita familia. Y ahora haría otro.

No media sus palabras, simplemente quería que sus enormes ojos blancos y asustados lo mirarán con más temor del que sentía, que aprendiera a temerle para que obedeciera sus órdenes.

-¿Quieres un cuento? -La joven sorbió por la nariz y lo miro con genuino desprecio. No espero su respuesta y continuo- Hace cinco años, hace cinco malditos años, había una niña de aura azul klein, con su cabello largo y mirada soñadora, nieta de Xean Blacket -Anahia tembló al ir al nombre- esa niña se metió en mi camino y fue eliminada, asesinada ante los ojos impotentes de su padre y su hermano, Xandler y Xander Blacket -Observo la expresión de horror de su hija y supo que había logrado lo que quería. Ella le temería y permanecería encerrada hasta el último de sus días- Morirás ante los ojos impotentes de tu hermano y tu madre su vuelves a desobedecerme, hija -Ella lo observo marcharse mientras unía las piezas del rompecabezas en su mente.

La niña de ojos klein. La hermana de Xander.

Gimió con pesar al darse cuenta de que su padre era un asesino, era el asesino que le causaba dolor al hombre que amaba y eso solo hacia que lo odiara un poco más. Ahora entendía con claridad la mirada de Xander y Jeremy, lo sólidos y decepcionados que parecían. Ellos creían que ella era igual a su padre, que estaba con él. Nada más incierto.

Ella también era una víctima de su padre y ahora estaba encerrada, esperando la disposición del hombre que había destrozado su vida y la del hombre que amaba. Solo esperaba que no destruyera la vida de sus amigos y de su hermano, eso no se lo perdonaría.

Nunca.



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En el texto hay: union, magia, primer amor

Editado: 18.06.2018

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