Peón de la Calamidad

Búsqueda de testigos

Buscar un trabajo es algo difícil en cualquier mundo, sobre todo para los jóvenes que no sabemos ni donde estamos parados. De suerte siempre tenemos el apoyo de nuestros familiares que nos instruyen en ese basto mundo del capitalismo.
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Mi madre me mira con una cara horrorizada al cuestionar sobre el medio para ingresar en la guardia del pueblo. —Liv, ¿Puedes repetir tu pregunta?

—¿Como hago para ser una guardia y que me enseñen magia? —Repito mi pregunta al pie de la letra para hacer entender a mi madre de mi deseo.

—¿Tu hermana mayor te está chantajeando con algo? Porque si es así solo debes decirme y la regañaré enfrente de todo el pueblo.

Al escuchar a mi madre, solo puedo pensar que tales actos sólo podrían ser cometidos por Søster, pero es obvio que heredó toda su cordura de estos momentos de mi madre. Respiro profundamente para poder controlar la conversación en un sentido que pueda mantener sobre mi ingreso en la guardia. —No es nada de eso, desde hace tiempo quiero ser una maga en la guardia.

—Qué triste, yo quería que fueras una costurera como yo o una escribana en la biblioteca... —Mi madre parece afligida al decir los trabajos que ya había decidido para mi propia manutención. —Nunca debí dejar que Søster se fuera a la guardia, después le siguió tu hermano siendo posadero y ahora tú también siendo una soldado; ¿es que ningún hijo mío quiere una vida tranquila como sus padres?

Lo siento madre, pero tengo una deuda que no puedo ignorar. Yo quería ser una Granjera cultivando, alimentando las extrañas aves de corral y a lo que consideraría cabras; aunque luchar con espadas y revolver como mi padre contra los animales salvajes, no es tan tentador para llamarse una vida tranquila de Granjero.

Incluso, ¿porque los jabalís de este mundo son tan grandes y escupen fuego por todas partes? La primera vez que vi uno casi me oriné del susto y ni que decir de esos lobos que botan relámpagos.

—¿Entonces me ayudarás? —Pregunto un poco cohibida ante la desilusión de mi madre.

—Ves preguntarle a Søster, yo no tengo ni idea de cómo lo hizo ella. —Me da su único medio conocido para ingresar en la guardia del pueblo.

Agradezco a mi madre por su tiempo y me dirijo hacia la entrada del pueblo, después de diez minutos caminando alcanzó mi destino y estoy frente al puesto de avanzada de los guardias en la entrada del pueblo. Hay dos guardias, uno es un chico de unos veinte años y otro parece un hombre musculoso de casi cuarenta años.

—Buenos días, ¿alguno sabe dónde está Søster? —Pregunto de inmediato a los compañeros de mi hermana.

—Si, ella debe estar ahora mismo castigada limpiando el cuartel por no llegar a trabajar en dos días por estar en la fiesta de tu hermano. —Dice el joven un poco entre risas.

Su descripción solo me recuerda a la tonta de mi hermana en sus momentos más normales. Ante ese destino poco deseable para alguien que busca una referencia para un trabajo, dirijo mi andar a los cuarteles después de agradecer a ambos guardias. En mi andar paso cerca a la posada de mi hermano el cual no dude en saludar y comentar sobre mi decisión de ingresar en la guardia, lo cual al igual que mi madre también levanto su pregunta por el truco que usaba mi hermana mayor para convencerme de entrar en esa peligrosa labor conocida como guardia del pueblo, me aconsejo sobre cómo debería cambiar de parecer. Tuve una comida invitada por mi cuñada la cual se asomó en mi salida y obligó a consumir un plato de almuerzo que estaba finalizando mi hermano.
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Mi hermana guarda silencio al notar mi presencia frente a ella en este lúgubre escenario.

—¿Qué haces en el cementerio llevando un ataúd? —Pregunto a mi hermana quien bajo la luna llena carga un pesado féretro de color chocolate, del cual se puede apreciar la tierra pegada al mismo por todo el tiempo que ha pasado bajo el suelo.

—No sé qué te sorprende, un ataúd es para usarse en un cementerio. —Dice mi hermana como si fuera algo completamente natural. Si ignoramos el sentido común de este mundo, donde las personas muertas siempre se convierten en zombis después de morir y que lo normal es decapitar a todos después de muertos o quemarlos hasta las cenizas, en cualquier mundo encontrar esta escena sólo puede ser sospechosa. —Más bien, ¿qué haces tú aquí?

—Vine buscando a mi hermana quien según todos decían estaba castigada limpiando el cuartel. Pero no estabas allí así que pregunté a todos, pero nadie daba respuesta hasta que un soldado me dijo que algunas veces te veía de camino a la iglesia, por lo cual vine aquí, que al preguntar me dijeron que de vez en cuando te observan caminar por las noches con tus armas en mano. Por lo tanto, decidí preguntar en la iglesia que hacías aquí y solo me dijeron que tenías autorización de tomar un trabajo nocturno de la guardia bastante problemático y poco deseado, así que decidí esperar cerca y te observe como cogías una pala, sacabas un féretro y lo cargabas hasta este lugar donde por casualidad me vistes. —Recito un largo monólogo de lo que hice las últimas horas para encontrar el paradero desconocido de mi hermana mayor quien encontré profanando tumbas.



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En el texto hay: mundo magico, comedia y misterio, reencarnación

Editado: 05.06.2018

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