Pequeña Mia.

4.El bosque.

–¡Mikhail, espera! –Grité haciendo que Mikhail parara.

 

–¿Qué pasa pequeña? –Dijo con la voz un poco ronca y dándome la espalda.

 

–No estes así, solo fue un golpe y ya. –Dije en un hilo de voz cuando llegue hasta él.

 

–No, pero el simple hecho de saber que ese idiota te hizo eso porque no quisiste salir con él, me hace enfadar mucho más de lo que ya estaba. –De a poco me fui acercando a él y lo abracé por detrás.

 

–No te pongas así, ya pasó.

 

Él se giró y sus ojos estaban muy oscuros.

 

–Es que no es eso lo que me molesta realmente Mia, lo que me molesta es que ese estúpido te haya pedido salir con él, ¡tú eres mía de nadie más! –Dijo en voz alta haciendo que me asustara.

 

–¿Por qué dices que soy tuya?–Pregunté con temor a que se enojase más.

 

–Porque sí. – Se dio la media vuelta y se fue a la salida de la escuela, ya era hora de irnos y yo tenía que hacer lo mismo.

 

 

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Estaba esperando que Galy viniera para que saliésemos a caminar, al parecer ya no vendría Mikhail y Vladimir.

 

Salí de mis pensamientos cuando tocaron el timbre.

 

Abrí la puerta lentamente y ahí estaba una Galy con ropa deportiva y una pequeña mochila.

 

–Mia! ¿Estás lista? –Preguntó emocionada.

 

–Sí, estoy lista, vamos. –Respondí, tratando de cambiar mi estado de ánimo.

 

Salí de casa y con Galy nos adentramos directamente al bosque, no habían pasado más de 5 minutos que llevábamos caminando cuando el teléfono de Galy comenzó a sonar, al parecer le llego un mensaje. Mi amiga se detuvo para sacar el teléfono y leer lo que sea que le haya llegado.

 

–Mia, es Vladimir, dice que viene camino para tu casa con Mikhail. –Dijo mientras esbozaba una sonrisa.

 

–¿Entonces nos devolvemos? –Pregunté

 

Mi amiga asintió y se dio la vuelta para regresar por donde vinimos y yo simplemente la seguí.

 

Al llegar, vimos a los chicos apoyados en un deportivo color plata, Galy corrió hasta Vladimir para abrazarlo mientras que yo caminaba lo más lento posible, no quería llegar hasta donde estaba Mikhail, se notaba que estaba molesto.

 

Llegué a su lado y el alzó la vista.

 

–Ho..Hola. –murmuré.

 

–Hola pequeña. –Respondió.

 

–Ey chicos! Vamos! –Grito Vladimir mientras sostenía a Galy por la cintura.

 

Ellos comenzaron a caminar y segundos después Mikhail y yo los seguimos.

 

Nos adentramos al bosque y caminamos durante varios minutos en los cuales un silencio un tanto incomodo reino.

 

–Pequeña. –Habló Mikhail rompiendo el silencio.

 

–¿Si?

 

–Perdón por haberte hablado mal en la escuela, hay veces que no puedo controlarme, tengo muy mal carácter y mis instintos son impulsivos, solo quería cuidarte. –Hablo acercándose a mí para abrazarme.

 

–Gracias por decirme de que tienes mal carácter, no me había dado cuenta. –Bromeé

 

–Pero contigo no tengo mal carácter.

 

-Claro. –Respondí con sarcasmo.

 

Tomó de mi mano y sentí como las corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo.

 

Caminamos durante una hora aproximadamente y llegamos hasta una gigante roca y debajo de esta había un lago.

 

–Mia, ¿puedes sostener mis cosas? Vladimir dice que no me atrevo a saltar y quiero demostrarle lo contrario. –Grito Galy mientras se sacaba la ropa y su mochila quedando en ropa interior.

 

–Mira Vladimir! Me lanzare primero que tú. – Y salto como si nada, a los segundos salto Vladimir, quien al llegar abajo abrazo a Galy.

 

–Mia, bajemos, ven. –Dijo Mikhail tirando de mi mano mientras que yo con la otra sostenía las cosas de Galy.

 

Al llegar a bajo, deje las cosas de Galy en césped que había y me senté a observar el paisaje que había, era precioso todo esto.

 

–Mia. –Dijo Mikhail sentándose a mi lado




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