-¿Ella o yo?-le pregunté.
El silencio invadió cada rincón de la habitación.
Baje la mirada mientras las lágrimas se deslizaban por mis mejillas.
-Lo siento-dijo.
Volví a levantar la mirada.
-No me duele que la elijas a ella-dije entre sollozos- lo que me duele es haber estado viendo día tras día como lo que sentías por mi lo ibas sintiendo por ella. Pero sabes lo que duele más? Que como te quiero yo no te va a querer ella, por eso, yo también lo siento por ti.
Salí de la habitación mientras sentía sus ojos clavado en mí y por un momento quise darme la vuelta,pero me obligué a seguir caminando a pesar de ir dejando por el camino los pedacitos de un corazón roto.