Me quedé observándolo durante un rato en silencio, sin decir nada. No había cambiado mucho desde la última vez que lo había visto. Su piel seguía siendo tan blanca como la de Luis, sus ojos seguían siendo los mismos. Sólo había cambiado el corte de pelo, antes lo tenía ondulado y corto y ahora lo dejaba caer liso, un estilo de corte a lo taza aunque un poco largo por detrás. Lo que no me esperaba es que consiguiera ser el jefe de una revista; siempre había sido un vago al que sólo le gustaba la juerga y no hacer nada. En comparación con Luis, el que parecía ser el hermano mayor era mi amigo y no él. Luis sabía cuidarse sólo desde que era pequeño, en cambio él no era capaz ni de enfrentarse a su propia vida, lo arreglaba con una copa de Bourbon. Habían pasado algunos años desde que se había ido de casa y había dejado a su hermano solo. Luis decía que no sabía nada de él desde hace tiempo.
- ¡Abby! ¿me recuerdas, no? - dijo interrumpiendo mis pensamientos.
- Claro que te recuerdo Iván. Lo que me extraña es que seas el jefe de ésta revista, siempre creí que montarías un bar.
- ¿Cómo Elisa? No, las personas cambian. - sonrió sin emitir ruido alguno lo que empezaba a ponerme nerviosa otra vez esa sonrisa volvía a aparecer en su rostro - Algún día tenía que coger sentido y ser de una vez el hermano responsable ¿no crees?
- Sí, aunque yo creía que ése siempre iba a ser Luis.
- Pues no. Algún día tendría que ejercer de hermano mayor y aquí estoy he montado la redacción de una revista. ¿Qué te parece?
- Bien. - respondí secamente.
- Así me gusta - volvió a sonreír - Bueno ¿tengo que decirte que estás contratada oficialmente o ya lo supones?
- ¿Me vas a contratar porque soy amiga de tu hermano desde niña?
- No, te voy a contratar porque sé que eres buena y éste es tu sueño desde que eras pequeña. No hagas que me arrepienta de mi decisión. ¾ dijo endureciendo su expresión, le había sentado mal mi comentario ¾ Sal de mi despacho y dile a la siguiente que pase. ¾ me miró fijamente ¾ Tengo que deshacerme del resto, te quiero a ti. ¾ dijo bajando el tono de voz.
- Está bien. - asentí.
Salí de su despacho y tal cómo me había dicho le dije a la siguiente que pasara. Hugo y Luis se miraron extrañados. Me limité a agarrar a los dos a la vez del brazo respectivamente y me los llevé conmigo hacia una esquina en dónde nadie nos pudiera oír.
- ¿Por qué no me has dicho que Iván ha vuelto? - les pregunté.
- Yo pensé que lo que te preocupara es que te ocultara de que su hermano era el jefe. - dijo Hugo. - A mí también me lo hizo el día que tuve mi entrevista. - Hugo miró a Luis malhumorado pero éste desvió la mirada cómo si no hablara con él.
- Bueno, eso también me ha molestado pero ¿qué hace aquí? ¿no se había marchado con Andy? - le pregunté a Luis mirándolo fijamente, eso era lo último que me había contado.
- Sabes cómo es Iván. Hoy con una mañana con otra. - relató Luis muy tranquilo - Andy lo dejó y él roto de dolor se dedicó a estudiar y a llegar a dónde está ahora. Es uno de los periodistas más buenos de Estados Unidos por eso volvió y dedicó montar la redacción de esta revista. Hace un tiempo que regresó a casa y nos contó toda su historia.
- ¿Ha estado estudiando en los Estados Unidos de América?
- Sí, se marchó a vivir allí con Andy. Pero al dejarlo sólo pues logró acceder a la universidad. Supongo que se replantearía su vida. - hizo una pausa - Perdona por no decirte que mi hermano había vuelto y que era el jefe de la revista dónde te había conseguido la entrevista. - dijo un poco decepcionado - Pero es que no sabía cómo te tomarías el regreso de Iván, nunca te cayó bien porque siempre te decía algo fuera de lugar.
- Al decirme que me habías conseguido una entrevista supuse que conocerías al jefe pero no esperaba que fuera Iván.
- ¿Sabes que tienes que dirigirte a él cómo señor Soto, no? - dijo Hugo con tono burlón.
- Sí. - le dije sonriendo. Él siempre lograba sacarme una sonrisa, no sé cómo lo hacía. - Tengo que llamar a Elisa le dije que después de la entrevista la llamaría.
Ambos asintieron con la cabeza. Saqué mi móvil del bolsillo de la chaqueta y pude ver que alguien me estaba llamando era un número desconocido. Decidí descolgar porque era demasiado curiosa y quería saber quien me llamaba.