Pequeños secretos

Capítulo 2

La primera pregunta que vino a mi cabeza tras leer su nombre en ese libro era si mi amigo trabajaba para Michael, bueno para el ENI. Tampoco comprendía porque sí eso era cierto no nos lo había contado ni a mí ni a Luis. No lograba entenderlo, éramos sus mejores amigos y entre nosotros no había secretos o eso creía yo, hasta ese momento.

 En ese momento las palabras de Michael regresaron a mi cabeza: <<"Tú nunca le puedes contar a nadie para quién trabajas ni qué es lo que haces. Lo tienes prohibido por nuestro código">> Se lo debía de haber prohibido a Hugo también por eso no nos lo había contado, a causa del código que debía cumplir. Tenía que hablar con él, era mi mejor amigo no podía ocultarle nada cómo él había hecho conmigo porque si su nombre figuraba en el libro que Michael me había dado quería decir que ya llevaba tiempo trabajando para él a diferencia de mí que había entrado hace un día.

 Cogí mi móvil y llamé a Hugo:

- Has llamado al móvil de Hugo Espinosa si no llama para que le de mi dirección y me mande comida, deje su mensaje después de la señal...

Colgué, tenía el móvil apagado. Odiaba el contestador de mi amigo, Hugo no paraba de pensar en comida, hasta se apreciaba claramente en su contestador. De repente  me vi vencida por un impulso, me estaba vistiendo para ir a casa de Hugo para hablar con él... Pero de repente me detuve, no podía presentarme en casa de Hugo a estas horas para pedirle explicaciones si había aceptado trabajar para Michael algún día coincidiría con él, eso estaba claro, por lo que decidí volver a ponerme el pijama e irme a dormir. Ese día me habían pasado demasiadas cosas.

 

                                      ********************

 

          Unos rayos de sol hicieron que me despertara, <<Había olvidado bajar la persiana>>  aún era muy temprano pero no era capaz de volver a  dormir. Lo había comprobado tras deshacer la cama por completo por la cantidad de vueltas que había dado...  Me desperecé, me puse mi ropa de deporte, cogí mi Ipod y decidí salir a correr.

 Me dirigí hacia un parque no muy lejano a mi casa, pero sí lo suficientemente amplio para hacer un buen recorrido y quemar calorías. Me encantaba ir a hacer running a esas horas de la mañana en las que casi no había gente por la calle. Aún no había salido del todo de la calle de las Huertas cuando pude notar qué alguien me seguía, no sabía cómo explicarlo, pero notaba una cierta presencia detrás de mí. Decidí girar la esquina y así despistarlo pero al girar la cabeza vi que un chico un poco más alto que yo cubierto con una capucha me seguía y que aunque había torcido hacia la derecha continuaba siguiéndome.

Empecé a correr con todas mis fuerzas, un poco asustada, no sabía qué hacer, pero... de repente tropecé.

- Siento haberte asustado, Abby. ¾ dijo una voz que ya había escuchado antes. El negro de su vestimenta y la sombra de la farola me impedía verlo con nitidez. No entendía como el desconocido de la capucha sabía mi nombre.

- Suéltame.-  le dije deshaciéndome de su brazo, decidí darle una patada, pero fue más rápido que yo y me sujetaba con el otro brazo.

- ¡Tranquila! - me dijo - No hacía falta que me dieras esa patada, soy Michael. - dijo sacándose la capucha.

- Lo siento. -  le dije un poco nerviosa y avergonzada por lo que acababa de hacer.  

- No pasa nada, me lo tenía merecido por seguirte, pero quería ver cómo reaccionabas, nada más. - me miró a los ojos - ¿A qué hora terminas hoy tu jornada laboral?

- No lo sé, en principio salgo a las siete de la tarde, sino tengo mucho que hacer.

- Vale pues a y cuarto en la calle del Príncipe. No seas impuntual, te presentaré a tu compañero. -  tan pronto como dijo eso siguió corriendo y se fue por dónde había venido.

Quería preguntarle por qué Hugo figuraba en el libro que me había dado ayer, pero ya se había alejado. Tenía que reaccionar más rápido y soltar todo rápidamente sino no me respondería a nada y estaría muy perdida. Esperaba aprender con el tiempo.

 Decidí regresar a mi apartamento, no quería que me volviera a dar uno de esos sustos. No me gustaba ser perseguida, es que me sentía acosada y no reaccionaba de una manera coherente sino todo lo contrario.



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En el texto hay: misterio, romace, amor

Editado: 23.10.2018

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