Pequeña Leona

Capítulo 7

Al día siguiente, Leonora estaba impaciente por llegar a su trabajo, estaba segura que había muchas cosas acumuladas, por suerte se sentía bastante recuperada y lo que más la asustaba era dejar a su jefe sin supervisión. Para variar, él no había llegado a la oficina.

Leo protestó por lo bajo y una de las secretarias que trabajaba en otra de las oficinas del edificio intentó consolarla.

-Si estuviera en tu lugar estaría feliz , ojala mi jefe fuera menos estricto...

-Irresponsable , diría yo...

-Bueno, es normal, ya sabes lo que se dice por ahí...-dijo la mujer en tono cómplice y Leonora la miró interrogante , no tenía idea a qué se refería.

-¿Eh?

-¿No lo sabes? ¿En serio no escuchaste nada? Todo el mundo lo sabe...tu jefe no es hijo de la misma madre que sus hermanos mayores, es un hijo ilegitimo, y su padre se lo llevó a vivir con ellos después de enviudar, cuando ya era un niño crecido. Así que nunca se llevó bien con los otros, tienen una pésima relación, de hecho era bastante problemático, así que se crió en un internado o algo así...luego fue a estudiar al extranjero. Pero según escuché se dedicó sólo a gastar dinero y vivir una vida fácil, así que finalmente su padre se cansó y lo obligó a volver. Es decir, nadie espera nada de él, sólo intentan que no cause más escándalos a la familia ...-contó la mujer y Leo quedó sorprendida. Por lo visto la situación de Bastian era más compleja de lo que ella pensaba. Ahora entendía que no sólo había diferencias con su hermano mayor, sino que se despreciaban mutuamente.

Y también podía darse cuenta que el obligarlo a trabajar en la empresa había sido una mala idea, porque era obvio que él estaba decidido a ser el fracaso que esperaban que fuera, pero ella no iba a dejarlo.

Una hora más tarde, cuando su jefe llegó, Leo lo miró preocupada. ¿Acaso intentaba hacer todo mal para que lo dejaran marcharse y seguir viviendo despreocupadamente en el extranjero?

- Buenos días , Leoncito. ¿Ya te mejoraste?

-Sí...

-Si me sigues mirando así me harás un agujero – le dijo provocador y ella se dio cuenta que lo había mirando fijo mientras pensaba en lo que se acababa de enterar.

-¿Recuperó sus horas de sueño? – le preguntó para cambiar de tema.

-Sí, pero luego me entretuve en otras cosas y volví a perderlas...así que un poco de café no estaría mal.

-Ahora se lo llevó, junto a los documentos del día de hoy.

-Sólo quería café...-se quejó él y ella frunció el ceño.

-Esto es una oficina, no una cafetería...

-Lo sé, créeme que lo sé, está bien tráeme esos papeles...- dijo resignado.

Leo le llevó el café y los  documentos, le señaló cuales eran prioritarios y le hizo un montón de preguntas para asegurarse que él sabía qué hacer.

-Leoncito...- la interrumpió mientras le señalaba unos gráficos.

-¿Sí? ¿No entendió algo de lo que le dije?

-No, sólo que tengo una duda...¿no tienes novio?

-¿Qué tiene que ver eso? – preguntó sonrojándose.

-Nada, sólo curiosidad, te alteraste tanto cuando te mencioné lo de pasar la noche afuera y no quisiste que te acompañara...me dio curiosidad.

-No, no tengo novio – respondió ella.

-¿Y por qué?

-No necesito alguien más a quien cuidar...ya tengo demasiado con mi familia y ...

-¿Y conmigo? Eso ibas a decir, ¿verdad? Pero no necesariamente tiene que ser alguien a quien debas cuidar, podrías buscar alguien que cuide de ti, aunque tendrías que hacer algo con ese carácter tuyo y fingir que eres un poco más delicada, y...

- No necesito fingir nada, ni nadie que me cuide. Y mucho menos un novio que me haga perder tiempo, dinero y me de malos momentos...estoy bien como estoy- lo interrumpió ella.

-¿Y alguien que te ame, Leoncito? – le preguntó y los ojos de Leo se abrieron  expresivamente antes de que pudiera ocultar la emoción que se asomó a su mirada. Todas las mujeres deseaban ser amadas y ella no era la excepción, pero su vida ya era demasiado complicada como para empeorarla. Y con la suerte que tenía, un enamoramiento podía acabar en catástrofe.

-¿Podemos volver al trabajo? Yo no ando metiéndome en su vida privada...

-Eso es mentira, te entrometes todo el tiempo- la contradijo Bastian.

-No le pregunto si tiene novia, ni nada de eso.

-Pregunta si quieres,  te contestaré.

-Olvídelo, y siga con esto usted solo ...-le dijo ella y se marchó dando un portazo, pudo escucharlo reír a sus espaldas.

Era totalmente comprensible que su familia lo hubiera enviado lejos, Bastian Cavendish era insoportable.

 

 

Leo entró a la oficina y se encontró a su jefe leyendo una revista.

-Salí bien, ¿verdad?- dijo mostrándole la doble página donde aparecía junto a una bella actriz de moda. La verdad que se veían deslumbrantes, ambos con ropa de fiesta, sonrientes y atractivos.



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En el texto hay: jefe, jefe secretaria, humor amor

Editado: 29.03.2020

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