Perdiéndote

Capítulo VI

Despierto desorientada, siento una inmensa punzada de ardor en el brazo mientras observo cómo este se encuentra conectado a una maquina a mi izquierda. Veo todo mi cuerpo cubierto por una delgada bata de hospital y mi mente trae a colación los últimos eventos sucedidos, durante mi intento de recordar veo ingresar a una enfermera con un registro en brazos.

-Hola, guapa! Veo que ya despertaste- menciona alegre- Solamente vengo a revisar que todo por aquí esté bien y que tu sistema esté recibiendo todo lo necesario para que mejores.- observo cómo se acerca a la maquina y registra algunas cosas en su libreta- Por cierto, tu hermano, tu novio y su amigo están fuera, pasaron la noche preocupados, sé que no me incumbe, pero la verdad su amigo se veía mucho más preocupado que su novio, creo que debería reconsiderar mejor quien es el más apto.- dice recordandome a la vecina “curiosa” que vivía frente a la casa de mis padres.

-Cómo dice? Yo no tengo novio, y dudo que alguno de mis “amigos” se haya interesado lo suficiente como para pasar la noche esperando por mí, a excepción de Aria, y creo que no mencionó a ninguna chica que se encuentre presente, cierto?- niega con la cabeza- Bueno, cambiando de tema, podría mencionarme por qué motivo me internaron ahora?- digo aburrida-

-Ay mi niña, no lo recuerdas?- niego- Ayer por la tarde intentaste suicidarte, si no fuese porque dejaste la puerta abierta y el conductor del taxi en el que ibas no se hubiese devuelto a dejarte la casaca que olvidaste probablemente no estuviesemos aquí hablando- apenas termina de hablar y recuerdo todo lo que ocurrió, siento mi mundo derrumbarse ante la decepción que me embarga al saber que el tormento no acabó, que una vez más mis súplicas no fueron oídas… Sin poder evitarlo, de mis ojos comienzan a brotar lágrimas de dolor, enojo, decepción e ira, me quito los cables conectados a mi cuerpo de un tirón y lanzo todo lo que encuentro a mi alcance al suelo. La enfermera comienza a suplicar que me calme y yo solo puedo pensar en lo cansada que estoy, de cada bajón, de cada ataque de ansiedad, de cada decepción. Veo la navaja para cortar el pan sobre la fuente junto a mi desayuno y sin dudarlo la cojo, la mujer trata de acercarse pero amenazo con cortarme si da un paso más.

-Mi niña, cálmate, por favor, cálmate, deja eso, si? La vida es preciosa y tú aún eres pequeña, tienes mucho por vivir, tienes que conocer nuevas personas, enamorarte, salir de fiesta, estudiar, tener una familia… Triunfar mucho en la vida- dice con una sonrisa nerviosa- No hagas esto, por favor

- Triunfar? Yo triunfé cuando por primera vez fui capaz de juntar el valor y hacer lo que llevaba muchos años deseando, pero sabe qué ocurrió después de eso? Me arrebataron el triunfo. Usted y sus malditos doctores me arrebataron el logro de por fin poder acabar con el tormento que cargaba encima. Yo estoy cansada, cansada de vivir decepción tras decepción, de ver cómo cada maldito sueño que me mantenía con vida, con motivación para vivir se derrumbaba- Acerco más la navaja a mi brazo cuando veo a 2 enfermeras y un doctor cruzar la puerta de la habitación, les grito que se alejen en cuanto veo que tienen la intención de acercarse, pero mi corazón se detiene por completo en cuanto lo veo cruzar el marco. Veo al único ser humano que ha logrado ser mi soporte y consuelo tras cada decepción. El ser por el que daría mi vida sin dudarlo. Y es irónico, puesto que en estas condiciones daría mi vida por cualquier idiotez, sin embargo, creo que él es la única razón por la que valdría la pena morir y vivir. Dejo caer el cuchillo al piso de inmediato, podré ser una persona de mierda, pero no con él, prefiero morir antes que fallarle…

-Hermana, qué pasa? Por qué gritabas?

-Niko, nada, no pasa nada, grité porque estos señores querían volver a conectarme sus cables y tú sabes muy bien que detesto que me toquen demasiado.- veo la expresión de Nikolai cambiar y eso me aterra de sobremanera, porque eso solo significa una cosa… El lo sabe.

-Pueden dejarme a solas con mi hermana por favor?- se dirige al personal médico-

-Qué sucede, Niko? Tengo que ducharme, si? Hablamos luego- digo tratando de evitar la conversación

-Lo ibas a hacer, cierto?- parece responderse a sí mismo porque solo sonríe cansado y niega con la cabeza- Claro que lo ibas a hacer, lo llevas haciendo desde hace más de 5 años…

-Qué? De qué hablas, Niko? No tengo ni idea de lo que hablas…

-No tienes idea? En serio Eiri? Hablo de que he visto cómo te cortas desde que tengo 10 años, he oído cada una de tus excusas y mentiras creyendo que en realidad eran los clavos o gatos los que marcaban tu piel, pero bueno… Así se les llama ahora? Gatos? Clavos? Navajas es lo que son, así se llaman. Ya no soy un niño, hermana. Háblame, dime por qué lo haces? Creo que me has educado demasiado bien como para saber que no debo juzgar a alguien por su accionar sin antes conocer los motivos, y aunque los conozca, no tengo ningún derecho para criticar a alguien, así que… Te lo suplico hermana, habla conmigo, no me hagas esto por favor. No permitas que vea el cuerpo inerte de la única persona que nunca en la vida me ha dejado solo ni por un instante, te lo pido, Eiri… No lo hagas, no lo soportaría- dice esto último en medio de lágrimas y no puedo evitar sentirme culpable, Nikolai ha sido la única persona que nunca quise dañar, no quería que supiera todo el infierno por el que yo pasaba, que supiera la cantidad de veces que intenté irme de este mundo, de irme de su lado…Ese pequeño ser humano ha logrado sacarme sonrisas incluso cuando los libros no podían…

 

-Niko… Lo siento, perdóname por favor, escúchame, tú recuerdas todo lo que yo te he enseñado siempre, cierto?-digo en medio de sollozos, asiente- Nunca lo olvides ni dejes de ponerlo en práctica, hermanito. Nunca quise que fueras consciente de todo mi dolor o del martirio por el que pasaba, pero bueno… creo que no hice un buen trabajo, y soy consciente de que ya no puedo evitar más el tema… Lo siento, lo siento, hermanito, pero no puedo más, desde que soy pequeña he tenido que lidiar con la carga de ser lo que todos esperan, el “ejemplo a seguir”, y la verdad no me importaba, nunca me importó, hasta que ingresaste a mi habitación en medio de una de mis crisis y me dijiste “hermanita, ya no llores, no me gusta que llores”, ahí Niko, ahí comprendí que yo podría soportar lo que sea mientras tú estuvieras a mi lado, y que haría de todo para evitar que en algún momento tú te sientas de la misma manera. Decidí cambiar, hacerme fuerte, por ti, por Eli, por mí… Pero muchas veces me hundo, peque, veces como esta en las que siento que el mundo se me viene encima, sobretodo después de lo que pasó… Incluso habiendo vivido la mierda que viví, aún me sigue sorprendiendo la crueldad  de la gente… Quisieron ahogarme, Niko, quisieron humillarme, y traté de no derrumbarme frente a ellos pero… No pude, sigo preguntandome quién fue la persona que me aventó, tengo recuerdos pero en ellos no logro ver su rostro, y sé lo que pasa, claro que sí, está sucediendo la misma mierda de siempre, cada maldita vez que alguien que me importa me daña, suelo bloquear los recuerdos, bloqueo todo para evitar el dolor… Niko…  Lo siento, perdóname, peque- digo desesperada- Responde, dime algo, por favor



#3721 en Joven Adulto
#19823 en Novela romántica

En el texto hay: amor, metas, saludmental

Editado: 29.05.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.