Perenne

Capítulo 6: Raw meat

"Dime, ¿aún crees que los monstruos se esconden debajo de tu cama?"

La mañana del 01 de noviembre del 2023, una llamada alertó a la comisaría principal del estado de California. Esta denunciaba a gritos como a las afuera de la ciudad de Calistoga, en una zona muy cercana a sus playas, había ocurrido una masacre tan brutal que no tenía comparación.

Alex llegó una hora después al lugar de los hechos, siendo exactamente las 5:24am. Camino por el lugar, siempre acompañado por aquel tabaco marca Camel que tanto le gustaba; más cuando sabía que lo que se venía, era digno de una película de terror. El detective observó cada rincón del hogar, notando que tal y como se lo habían contado por teléfono, dicho caso contaba con el perfecto nombre de la "Gran masacre".

El ambiente era tétrico, dejando a su vista una enorme casa de dos pisos totalmente consumida por las llamas; luego se encontraban los miles de cuerpos calcinados, que más que dar pena, llamaban mucho la atención por estar unos encima de otros; sin embargo, la atracción principal se llevó el patio trasero de la residencia, que nada más y nada menos contaban con un particular árbol en donde yacían alrededor de ochenta cuerpos colgados...todos en pésimo estado.

—Detective Alex. —Una delicada voz lo llamó de repente.

—Detective Chantal...

—Es impresionante esto... en todos mis años de experiencia, admito que jamás había visto nada igual.

—Concuerdo contigo... ¿Qué han dicho los reportes?

Chantal no tardó en entregar una carpeta amarilla y tan pronto como lo hizo, volvió a mirar hacia el árbol para después hablar:

—El informe reveló que la puerta fue sellada, por lo que probablemente los culpables encerraron a las víctimas y prendieron fuego.

— ¿Y eso? —Alex señaló el árbol—. Hay como ochenta cuerpos aproximadamente.

—En efecto, sin embargo, tenemos un problema. —dijo la mujer con notorio amargo—. Aquí solo hay 100 cuerpos, pero tras una serie de investigaciones pudimos comprobar que a esta fiesta, fueron alrededor de 300 personas.

De repente, Alex volteó a mirarla con una expresión totalmente descabellada.

— ¿Dónde está el resto?

✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠

Martes 31 de octubre del 2023. Hora: 6:34 pm. A cinco horas antes de la masacre.

Izaro se miró por última vez en el enorme espejo, sintiéndose el ser más patético de la Tierra por no haber elegido un disfraz mejor. Vestía con una camisa de tiras color negra al igual que su short, el cual, estaba siendo acompañado por unas mallas que le cubría toda la pierna. Ella rodó los ojos y en seguida se colocó unas botas negras junto con un cintillo que tenía dos cuernos... en conclusión, era una diabla.

— ¿Opinión? —Volteo para que Sirius la viera—. Si es una que me ayude a escapar de la fiesta, mejor

El chico se encontraba tumbado en la cama de su hermana jugando Outlast 2. «Espera dejo esto en pausa... ¡Ah! ¡Muere!», respondió sin despegar su vista de la pantalla. Izaro exhaló cansada y como buena hermana menor, corrió hasta la cama lanzándose de forma repentina encima de él.

— ¡¡¡Ah!!!... Mis...futuros... hijos —El mayor hablo entrecortado mientras que con una mano hacía la señal de la cruz—. Descanses en paz...

Izaro se rio a carcajadas. No había duda que tenía el mejor hermano.

—Yo no he cometido ningún crimen; pero bueno, ahora sí, dime —pregunto parándose—. ¿Cómo me veo?

Él giró su vista hacia ella y por breves segundos la observó de pies a cabeza; después simplemente se le quedó mirando a los ojos con curiosidad.

—No entiendo.

— ¿Qué no entiendes?

— ¿Eres un demonio que va a una fiesta de Halloween o una novena que está a punto de entrar a una cacería? —Puso sus manos en defensiva—. Desde ya te advierto que no seré tu presa.

Ella dejó caer su cabeza hacia atrás en son de rendición, aunque en otro sentido estaba consciente de que en verdad no parecía un demonio. Segundos después volvió a poner sus ojos encima de Sirius y cuando estaba dispuesta a lanzarse nuevamente encima de él para golpearlo, su teléfono vibró.

—Me voy —anunció y por último lo señaló para darle una advertencia—: Cuando vuelva, tendremos una larga charla sobre "no meterse en la cuenta de otros"

— ¡Claro! Y con ello también va el que "no leas historias yaoi" —replicó mientras comenzaba a agitar su mano en son de despedida—. Bye, hermanita; me llamas cualquier cosa y por favor, no te vuelvas loca en esa fiesta.

Ella abrió la puerta de su cuarto y lo miró divertida.

— ¡Bye! No metas chicas en la casa. —Alzó sus cejas—. Nos vemos.

Él la vio cerrar la puerta y rápidamente se paró de la cama para verificar tras la ventana que, en efecto, Izaro estaba fuera de la casa. Entonces tomó su móvil y marcó un número en específico. Se quedó quieto esperando a que contestara, aunque muy en el fondo, pensaba que tal vez no lo haría...hasta que escuchó una voz detrás de la línea.

—Ella ya se fue.

✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠✠

La vía se encontraba casi despejada a excepción de unos cuantos carros que transitaban a la par del Hatchback gris que, ciertamente, era conducido con algo de velocidad por una pelirroja. Los tres chicos iban por el camino hablando de tonterías de ¿cómo sería la gran fiesta? Izaro, que estaba de copiloto, se mantenía incrédula ante las grandes maravillas que contaban; por otra parte, Darien se mantenía concentrado en su teléfono, aunque de vez en cuando paseaba su mirada por Izaro. La música de fondo también hacía lo suyo, cargando aquel ambiente de diversión en donde Layla cantaba Say my name de David Guetta a todo pulmón mientras que su amiga reía al verla.

— ¡Nada tiene por qué importar! ¡Déjalo atrás!, ¡¡¡estás conmigo!!! —Cantó para luego reírse a carcajadas. Miró a Izaro y con leve gesto la animó a que siguiera la canción.



#8125 en Thriller

En el texto hay: amor, suspenso, thirller

Editado: 22.05.2021

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