En toda la historia de la raza humana hay un fuerte motivo que nunca tomamos en cuenta a la hora de analizar los diferentes actos cometidos por las personas a lo largo de sus vidas, un motivo el cual es casi una fuente primordial de necesidad al punto de ser manejada por el instinto más puro, la fuente que está mas allá de toda intensión sea de beneficio propio o para el beneficio del prójimo, de a quién pueda llegar a afectar y que consecuencias pueda tener en su entorno.
Éste motivo tan omnisciente en nuestras acciones es el instinto de supervivencia, un motivo que ha estado presente en nuestras vidas desde el comienzo de la vida misma, y del cual será mi motivación para el largo camino hacia mi nueva vida tomando como inspiración los últimos capítulos de la raza humana antes de conocer que no estaban solos.
El año 2100 del calendario terreste marcaría el comienzo del quizás el siglo más decisivo para la raza humana y uno de los más agitados desde el siglo 20 contando con dos guerras mundiales a lo largo de éste.
Desde hace poco más de dos siglos atrás de ése año, nuestra raza llevaba acarreando una gran necesidad conforme a su avance, la necesidad de fuentes de energía para mantener a flote su tecnología llena de diferentes fines y usos.
Éstas fuentes energéticas incrementaban en cantidad y alcance con cada nuevo avance tecnológico, pero también en necesidad siendo cada vez más presentes en la vida cotidiana dependiendo de ellas en su totalidad donde sin su acceso nuestra sociedad entera colapsaria.
Combustibles fósiles como la principal fuente energética son solo un ejemplo de las variadas fuentes de energía que el humano usaría a lo largo de los años para alimentar sus máquinas. Pero con cada nueva fuente y los materiales necesarios para su elaboración olvidabamos un importante detalle, el daño colateral que dejábamos en el planeta.
Esto con los años del uso desmedido de las fuentes energéticas, se marcaría mucho más en nuestro entorno, donde las consecuencias eran más que visibles en la tierra, la atmósfera y la vida en el planeta.
El daño pasó rápidamente de ser algo presente en la naturaleza a ser un constante peligro para los humanos y su salud.
Todo ésto tendría un punto de inflexión en el que los pozos más grandes de petróleo conocidos se comenzaban a secar en la década de 2130 y la preocupación de cómo nuestra sociedad se iva a ver afectada sin su mayor fuente de energía nos llevó a buscar tanto nuevos combustibles como nuevos pozos. Éste sería un gran motivo que llevó a la mayoría de gobiernos a comenzar con la intervención y adquisición de tierras en los polos del planeta, los cuales se habían visto afectados por el cambio climático que causaría el derretimiento de la capa glaciar lo que alteraría su temperatura y cambiaría el terreno mostrando nuevos pozos de petróleo y tierra apta para habitar como para sustraer recursos siendo elementos para combustibles a base de metano y elementos radiactivos usados en fusión nuclear. Era casi un nuevo oasis de materiales y petróleo el cual estaba ahora a nuestro alcance. Una aparente solución.
Todos sabían que aunque teníamos un gran problema que nos afectaba a todos por igual no íbamos a cooperar por un bien común. Los conflictos bélicos entre diferentes entidades usando sus fuerzas militares no se hicieron esperar tomando por la fuerza territorios en los polos y anexandolos a sus dominios, cada uno quería la mayor ventaja posible, el mayor territorio y el que fuera más rico en recursos. Esto llevó a la humanidad a las que serían conocidas como las guerras energéticas, que comenzarían en el año 2146. Pasarían dos décadas de conflictos en pequeña y gran escala en diferentes partes del planeta siendo la Antártida el escenario más importante de éste evento donde las mayores potencias tanto países independientes como las formadas Uniones y los países pequeños necesitados de recursos se verían envueltos.
La guerra se convirtió en la principal prioridad de todas las entidades en el planeta en ése momento, olvidando en el proceso el daño ambiental que dejaba sustraer materiales y terminar usándolos en la misma guerra siendo un terrible círculo vicioso de desear tener más a costa de las demás personas, el planeta y sus propios habitantes.
Aunque la mayoría de los conflictos en la guerra fueron en pequeña escala terminando en diplomacia barata e inestable entre sus participantes, los materiales necesarios para armar a sus fuerzas de combate y los usados en batalla como para mantener los nuevos territorios anexados aumentaron seriamente el daño ambiental que ya se llevaba viendo en el planeta. La aparente solución sólo empeoró el problema y con una guerra sin posible solución la cual sólo alimentaba una razón primordial de la misma, el daño causado llegó a un punto insostenible donde no había vuelta atrás.
Ésto terminaría siendo lo que marcaría el final de las guerras energéticas en el año 2168, donde el instinto de supervivencia de nuestra humanidad una vez más se haría presente y buscariamos una solución radical a nuestros problemas. La tecnología en viaje espacial sería la nueva tendencia en el desarrollo humano, tecnología que varias entidades corporativas y naciones uniéndose verían su enorme potencial y la posible solución a los problemas tanto energeticos como de recursos pero más que cualquier otra cosa su potencial económico.
Después de años de desarrollo durante la guerra llevarían el avance tecnológico en el área espacial al siguiente nivel siendo 2164 el año cúspide, con la fabricación del motor a escala de fusión de hidrógeno el que su potencia y uso reducido de combustibles fósiles permitirían aumentar tanto las capacidades de viaje como de tamaño y almacenamiento en cruceros espaciales de fácil producción y manejo.
Pronto se masificarian transbordadores de viaje y minería con destino a diferentes puntos del Sistema Solar. En cuatro años la humanidad logró desplegar bases mineras en los planetas y asteroides cercanos a la tierra terminando en gran parte la necesidad de recursos y explotación en nuestro mundo, esto pondría punto final a la guerra en el año 2168 en el Acuerdo de Limitación Antártica, en el que se delimitada definitamente los territorios en los polos y se regulariza la explotación de recursos en éstos y el planeta.
En las siguientes tres décadas la raza humana alcanzaría una nueva revolución industrial, el cielo ya no era un límite y podíamos pensar en visitar las estrellas. La tecnología espacial se convirtió en la mejor fuente de ingresos y un nuevo campo de posibilidades nunca antes vistas, minería en asteroides, turismo en planetas, ciudades en lunas, teniendo todo el Sistema Solar a nuestra disposición siendo el exterior de éste el límite en su momento para los transbordadores.
Conforme a todo este avance en el espacio, las distintas ramas de la ciencia también crecieron encontrando nuevos retos y avances, geologos exploraban las composiciones rocosas en distintas superficies de los planetas, los químicos encontraban nuevos compuestos ajenos a la tierra, toda una nueva gama de descubrimientos a nuestro alcance.
Con éste desarrollo tan grande en nuestro entendimiento del universo hubieron dos campos en la ciencia que tuvieron hallazgos los cuales nunca nos hubiéramos imaginado que encontraríamos en el espacio. Dos hallazgos que marcarían un punto muy grande en el fin de nuestro prometedor futuro.
En el año 2197 en la superficie de Marte, la Unión Norte Europea en conjunto con la mega minera espacial BlueStar hallarían dos estructuras de origen artificial desconocidas para el hombre, dos elementos que se camuflaban en medio de la tundra marciana debido a su estructura superficial en apariencia rocosa del mismo color que su entorno. Ambas tenían una forma que recordaba ligeramente a las piramides escalonadas mayas en Guatemala. Su interior es casi inexplorable debido a las zonas internas cerradas a punto de colapsar y las pocas partes accesibles han sido poco expuestas al público. Hoy en día conozco poco más que las inscripciones precursoras en la entrada y el salón principal de las estructuras mostradas en fotografías.
Este hallazgo hizo un revuelo total en la tierra y las colonias en el Sistema Solar, de forma inesperada habíamos encontrado las primeras señales de alguna forma de vida inteligente y todas las organizaciones arqueológicas querían poder acceder a la zona del hallazgo y sus alrededores. Sorpresivamente la arqueología espacial ya era un hecho.
Como si fuera obra del destino sólo dos años después en Titán, se encontrarían microscópicas formas de vida nadando en los lagos de metano de la luna. En cuestión de días todas las entidades gubernamentales y corporativas especializadas en biología se encontraban en la zona queriendo analizar a éstas criaturas y su estructura. El revuelo causado cuando se hizo público el hallazgo fue de proporciones nunca antes vistas. Quién diría que unas criaturas tan pequeñas flotando en lagos y océanos de metano indiferentes a nuestras vidas podrían cambiar a una civilización entera.
En solo dos años sabíamos que había vida más allá de la tierra. Ya no estábamos solos y no eramos únicos en éste universo. Éstas dos noticias no fueron del agrado de muchas personas las cuales por razones dogmáticas de carácter social, político, religioso e incluso económico, veían estos hallazgos como amenazas a sus estilos de vida, ideales y creencias.
Las dos noticias solo se sumaron a varias de las causas de una tensión tan grande que ya había en el Sistema Solar, Varias corporaciones y gobiernos en el espacio luchaban entre si por el derecho de la mayor cantidad de espacio y terrenos, algunas veces terminando en conflictos armados. Esto dejaba a las colonias y cuidades de los planetas y lunas en sus dominios con un inestable control superior donde muchas empezaron a reclamar mayor independencia, esto por parte tanto de sus gobiernos como sus habitantes los cuales en algunos casos se radicalizaron por completo creando grupos terroristas atacando a otras cuidades y zonas controladas en la tierra y en el espacio.
Estos grupos solo se sumaron a muchos de las organizaciones criminales que operaban en el espacio por diferentes motivos desde terroristas ambientales atacando zonas mineras hasta piratas asaltando colonias y complejos corporativos.
Pronto los diferentes conflictos en el espacio hicieron que éste dejara de ser un lugar seguro para habitar. El humano no había aprendido de su anterior error y parecía dispuesto a cometerlo de nuevo. En unos pocos años el futuro prometedor que habíamos creado había desaparecido.
Comenzado el nuevo siglo en el año 2200 la humanidad se encontraba en una gran disputa entre si, todo apuntaba a una nueva guerra que en teoría ya estaba siendo efectuada pero siendo silenciada en la tierra para evitar peores repecursiones y el temor de los habitantes. Era lo más cercano a una segunda guerra fría entre corporaciones y gobiernos con guerrillas producidas por grupos terroristas.
Cuando nos encontrábamos ante el ocaso de nuestra civilización, para el año 2206 ocurriría el mayor evento en la historia de la humanidad y talvez la solución definitiva al caos que estábamos viviendo en ése momento. Lo más cercano a una intervención divina que he visto.
En la plataforma central de la Coalición de Seguridad Espacial Humana, ubicada en el Océano Atlántico cercana al estado de Florida, a las 12:35 a.m. una sombra gigante se posaría sobre la instalación, se trataría de una gigante nave de forma ovalada y de desgastado color gris metálico. Esta nave tanto en estructura como símbolos era completamente ajena a la mente humana, no se encontraba en ningún registro ni identificación.
Tardó otros 5 minutos en bajar unos cuantos metros cuando desde la sede central los mayores dirigentes de la Coalición en la instalación empezarían a reclamar una respuesta de la nave.
En instantes todos los medios de comunicación, noticieros y redes sociales tendrían a la base en la mira esperando alguna reacción de la nave, nadie era indiferente ante un momento de tal magnitud.
De ésta gigantesca nave unos pocos minutos después bajaría una mucho menor de su interior, con un sistema de propulsión y una simbologia completamente diferentes a las vistas en el sistema, portando dos banderas de diferente diseño. Todas las fuerzas de combate tanto en la instalación como de los alrededores le apuntaban con su armamento esperando una respuesta negativa de sus tripulantes.
Todas las personas presentes y todo espectador sintonizando algún medio para ver lo que ocurría sólo podían imaginar qué aspecto tendrían, que intensiones los motivaria a venir y qué pasaría cuando la compuerta de la nave se abriera al bajar.
Toda suposición llegaría a derrumbarse en segundos.
A pocos metros de bajar a la plataforma de aterrizaje una inesperada pero familiar voz hablando en idioma inglés ordenaba por un aparente altavoz a las fuerzas militares que bajaran la guardia. Al aterrizar para la sorpresa de cualquier persona se encontraba el presidente de los Estados Unidos de América en ése momento, Richard S. Collins, quien sería la persona de la voz en la nave, acompañado de la joven presidente de la Coalición, Mia Xan.
Detrás de ellos se encontraban 3 personas, sus rasgos y cuerpos eran prácticamente humanos, eran una mujer de rasgos ligeramente asiáticos con casi imperceptibles líneas faciales saliendo de los extremos de sus ojos y boca, un hombre alto, delgado, de tez pálida y cabello blanco siendo su ropa del mismo color y por último una mujer alta y fornida de cabello rojo como el fuego con una alegre mirada.
En todo ése largo día de conferencias que dieron las diferentes entidades involucradas, pronto la raza humana conocería su nuevo y sorpresivo futuro.
En la llamada en ése entonces Vía Láctea, compartíamos nuestro hogar con 64 diferentes razas extraterrestres repartidas por toda la galaxia. Éstas razas estaban bajo el liderazgo de una organización principal a la que todas las entidades que formaban parte en la galaxia debían responder de forma diplomática, la Alianza de Orden Galáctico. Esta se divide en la galaxia en 5 brazos correspondiendo los 5 brazos de la galaxia siendo el nuestro el cuarto brazo, Orion, el que compartimos con otras 18 razas.
En el cuarto brazo había un detalle importante que era único en su tipo, 12 razas contándonos eran en teoría humanas, compartimos prácticamente el mismo código genético y algunas costumbres y factores biológicos correspondientes a nuestros planetas.
Esto de forma casi discreta fortaleció el vínculo entre las 12 razas y permitió crear la Alianza de Sistemas Humanos, la cual velaba por la seguridad e intereses de las 12 razas y a su vez se encargaba de recibir a las próximas razas humanas en ser descubiertas, siendo nosotros la segunda formando parte de ese proceso desde su fundación.
Éste detalle claramente a las demás razas en la galaxia y en especial el cuarto brazo les parecía más que curioso y para algunos motivo de exclusión o rechazo por obvias razones, pero no pasó a mayores debido a los lazos de las razas humanas con otras razas en sus sistemas.
De la misma forma para los humanos muchos paradigmas nuevos surgieron y ver ésta realidad sin explicación alguna traería problemas para sus creencias y sociedades.
Pronto en los próximos años la raza humana terreste fue incorporándose cada vez más al Orden, como se le llama popularmente, de la alianza y ayuda entre las razas la mayoría de problemas sociales que teníamos en el Sistema Solar fueron desapareciendo viendo a nuevos horizontes más allá de éste con nuestros nuevos vecinos en el espacio.
Conocimos sus estructuras sociales, sus formas de vivir, sus tecnologías y creencias, pronto nos dimos cuenta que no eramos tan ajenos al Orden y a nuestra nueva realidad. De la misma forma que nosotros, las razas humanas y alienígenas tenían estructuras sociales tanto democráticas como imperiales y monárquicos a lo largo de la galaxia, infinidad de creencias espirituales y Dioses, modas y formas de arte de todo tipo y principalmente bases económicas como dinero y mega corporaciones que dirigían grandes sectores de la sociedad en el Orden. No todo era tan diferente como pensábamos y al final sería esto lo que nos haría adaptarnos tan bien a la nueva realidad.
Pasarian los años con los humanos terrestres entrando cada vez más en el Orden, uniendo sus industrias a mega corporaciones galácticas de otras razas, colonizando nuevos planetas y lunas gracias a las tecnologías extraterrestres que eran superiores en muchos aspectos pero de las cuales pudimos aportar mucho de nuestro ingenio en posteriores años y uniendo personal al ejército de Alianza Humana que sólo respondía a ésta y era la mayor fuerza en tener control sobre los territorios humanos. Descubrir nuestro sitio en la galaxia fue relativamente fácil debido a nuestra forma tan fácil de adaptarnos a cada situación y por supuesto nuestro instinto de supervivencia.
El mayor cambio a lo largo de los años sería en nuestra adaptación a la tecnología corporal, un campo muy desarrollado en la galaxia y uno de los más cotizados. Gracias a los avances en medicamentos, compuestos médicos y salud los humanos podemos vivir en la actualidad hasta 150 años mas de la edad promedio con las condiciones correctas y por supuesto el dinero para pagarlas. El amplio mercado que manejaba éste campo con el tiempo se dividiría en diferentes ramas; nano teconlogia, mutaciones e implantes que en la era del primer contacto estaban en fases tempranas pero hoy en día están muy avanzadas en las partes más desarrolladas del Orden.
Y después de tanto tiempo ahora me encuentro aquí, 400 años en el calendario terrestre después del primer contacto con una humanidad que ha sido asimilada por completo en el Orden, en una nave de transporte mediana camino a Iden 5, planeta que cuenta con una de las mayores bases de la Alianza en el territorio de la tercera raza y donde comenzaré mi nueva vida en la división arqueológica de su ejército. Espero tener el mismo instinto de supervivencia que mis antepasados y poder enfrentar lo que se me viene adelante.
Ésta nueva oportunidad que me presenta el destino es quizá la única salida que tengo a terminar mis estudios y completar mi formación. Nunca me vi en algún ejército y mucho menos tan lejos de mi hogar a mi edad pero no tengo otra opción disponible.
La única ventaja de todo esto es poder tener contacto directo con las ruinas de las olvidadas razas precursoras, ventaja que solo me permite la Alianza durante mi entrenamiento tanto académico como militar.
Llegando a la estación del espacio puerto de Iden solo puedo pensar en mis padres al mirar el cielo azul del planeta. Desearía vieran donde me encuentro ahora mismo y me dijeran que todo saldrá bien. Pero es por ellos que me encuentro aquí, nunca hubieran aprobado que dejara que sus partidas de ésta galaxia me hundieran por más repentinas y lamentables que fueran, ahora no puedo pensar en ello, la salida económica que me proporcionó la Alianza no se va a repetir si fallo las pruebas iniciales. Es ahora o nunca.