Perfecta Combinación [terminada]

Capítulo 6

Ay que bonitas son las mañanas, las aves cantando y los rayos del sol.

Pero no cuando una persona te levanta con un vaso de agua.

- ¡¿Por qué?! - chillé enojada.

El condenado del amargado me lanzó un vaso de agua en la cara haciéndome despertar sobresaltada.

Harold ya estaba caminando en el suelo observando los movimientos del chico Dragón.

El chico se encaminó hacia la ventana para abrir las cortinas. Cerré los ojos por la gran iluminación.

- ¿Duermes con las ventanas abiertas? -preguntó.

- No -dije extrañada porque no recuerdo que las dejara abiertas.

- Lo están -dijo estudiándome.

- Supongo que si lo hice pero no recuerdo porque estaba muy cansada -le resté importancia.

Resopló.

- Ya es hora de que te levantes -tan amargado como siempre, se paró enfrente de la cama mirándome- Ademas eso es porque me mandaron a mi a levantarte -se refiere a lo del vaso con agua.

- ¿Y por qué te desquitas conmigo? -mascullé enojada y este sólo levantó los hombros- ¿Cómo rayos te llamas?

- Para tí seré solo un guardián -dijo sin demostrar ningún sentimiento.

Serio hasta los huesos.

- Uis, pero que serio, pero no hay problema -dije mirándolo- Ya se lo preguntaré al anciano -claramente puse mi risa más inocente *tose* rara *tose*.

- Más respeto a Su Majestad niña -espetó enojado.

- Ah, ahora sí es Su Majestad -bufé- Ayer lo trataste mal don cara amargada.

Pf, se atreve a regañarme a mí, cuando en realidad él fue el malo.

- Es mi abuelo, así que no te metas -lo miré enojado.

Alguien más se asomo a la puerta.

- ¡Howard! -levante la mano, al menos alguien se presentó a tiempo antes de que me tirara encima del Dragón- ¡Hola!

Él sonrió -Buenos días Safra...Ragnar.

Sonreí triunfante y miré a mi buen amigo Ragnar que rodó los ojos.

- Su Majestad esta esperando -avisó Howard.

- Bien, dejemos a la señorita que se cambie -se dio la vuelta y se marchó.

- Que maleducado -dije con la mano en el pecho actuando ofendida.

Él me miró de reojo.

- Se llevarán bien dentro de poco -dijo Howard divertido- Te dejaron la tina preparada, te espero afuera de la habitación.

- Esta bien, gracias.

Me levanté de la cama y fuí con Harold para acariciarlo.

- Buen chico mañanero.

Me levanté del suelo de madera y observé el lugar, una habitación no tan grande, pero justa para una persona y sus invitados, las paredes eran de piedra caliza bien colocadas, la cama era grande como la de una princesa.

Estamos en un castillo Safra.
Me dije a mí misma dándome una palmada en la frente.

Había una gran alfombra que cubría la parte de los pies delanteros de la cama, candelabros iluminaban la habitación en la noche, el calendabro del techo era de cristal con velas al rededor del hierro.

Por cierto, las velas se encendían en la noche y se apagaban en el día solas, la magia de aquí es sorprendente.

Había una estantería de libros al lado izquierdo de mi cama y una mesita de noche en el lado derecho con un candelabro encima de la mesita, delante de la cama osea en el medio de la habitación había una pequeña sala, dos sofas de cuero rojo largos y una mesita en medio de estos dos, unos cuadros decoraban la habitación dandole un aspecto rudo y amable a la vez.

La ventana me daba la vista de una parte del exterior del jardín.

- A bañarme -terminé de observar la habitación y me dirijí a la puerta que estaba en la pared derecha por la cama.

Abrí la puerta y el baño era grande y espacioso, había una tina en una esquina de adentro, el retrete estaba al lado de esta y había un lavamanos de piedra con un gran espejo pegado a la pared. Un armario se encontraba enfrete del lavamanos y los candelabros iluminaban la habitación.

- Y en mi casa sólo una cama y mi estante de libros tenía -dije recordando.

Mi hogar no era grande a comparación de esta.
Decidí darme un baño y luego opte por revisar la ropa del armario.

Creo que mi cara estaba desconpuesta al ver los vestidos y los tacones dentro del armario, los vestidos era algo que nunca he usado, porque no tenía y porque no me gustaban.

Suspiré - Ya hablaré de esto con el anciano.

Escogí un vestido rojo vino que contrastaba con mi piel morena pálida, era largo que llegaba hasta los tobillos, la tela era tan delicada, era de manga larga y tenía lazos cruzados en la parte de enfrente donde se podía ajustar a mi figura que no era tan escultural que digamos pero era bonito.

Me coloqué ropa interior y me puse el vestido, opte por usar mis botas que tenía porque tacones no sabía usar.

Salí de la habitación e hice la cama y ordené mi ropa que traía puesta y la deje dentro del baño.

Agarré a Harold y salí de la habitación encontrándonos con Howard afuera.

- Vamos -me ofreció el brazo y lo agarré.

- Vamos.

Caminamos hasta las escaleras para bajar en la parte de abajo y empezar el recorrido por el pasillo que conducía al comedor.

- ¿Y los demas?

- Algunos de nuestro escuadrón están entrenando y otros se encuentran en el comedor con Su Majestad y su familia.

- Ahh.

Despues de caminar tanto nos paramos enfrente de una gran puerta donde se encontraban dos guardias custodiandola.
Howard les hizo una seña y nos abrieron la puerta dándonos paso a un gran comedor con platos ya puestos.

Al entrar ví que habían más personas sentadas en la mesa aparte del anciano Yair, de Ragnar y de los chicos de ayer que se encontraban de guardia o algo así .

Eran tres parejas, tres jóvenes de mi casi misma edad y niños que estaban en la mesa observandome.

Saludé con la mano a los chico de ayer y ellos solo me dieron una asentimiento.

- ¡Niña! -reconocí la voz del anciano y aparte que solo él me dice hací- ¡Por aquí! -él se encontraba en una de la punta de la mesa y al lado de él estaba Ragnar.



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En el texto hay: romance, accion, criaturas miticas

Editado: 16.07.2021

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