Perfectamente imperfectos

20: Graduación


 

Dos semanas después


 

  Estoy en mi cuarto buscando que carajos ponerme y no encuentro nada, todo me está empezando a quedar más apretado y odio como me queda todo, no sé si después de que todo el mundo sabe de mi embarazo o porque me he estado alimentando muy bien estos días, guala mi vientre se empezó a notar, el bebé dijo ya me vale, todo el mundo sabe de mi existencia, pues me voy a dejar ver, lo cual es un poco extraño para mi verme al espejo y tener un pequeño bulto un poco más grande de la cuenta, casi tengo 4 meses y todavía el mini fenómeno no se quiere dejar ver, ya está empezando a dar problemas no me quiero ni imaginar a Olivia Hampson como madre y al princeso como padre, si lo sé, todo un desastre. Al final optó por un vestido corto verde con algunas pequeñas flores blancas, dejó mi pelo suelto al natural y me pongo unas zapatillas blancas.  Ya ni siquiera tengo ánimos de maquillarme ni arreglarme lo poco que lo hacía, ya se lo pueden imaginar. Tengo que esperar a Morgan porque tenemos que ir a buscar nuestras togas, porque nos graduamos mañana, adiós escuela, hola vida cruel. Así es que básicamente los adultos definen que es la vida, para algunos es color de rosa, para otros es la cosa más horrible del mundo y para otros ya les da igual, en el camino me daré cuanta cuál será mi definición de vida. Cuando estoy a punto de bajar las escaleras escucho que mis padres están hablando cerca del pasillo, así que me dirijo hacia donde están para decirles que voy a salir un rato, cuando me paro en seco a escuchar lo que mi madre le está diciendo a mi padre.


 

—¿Y si lo hizo a propósito?, es algo que no me he perdonado, pensar que ella mismo se lo provoco, que tomó el camino fácil, eso me dolió mucho—se a lo que mi madre se refiere con esas palabras, no está de más decir que todos en la escuela pensaron que yo misma me había provocado el aborto, que tomé alguna pastilla y todo quedaría en el pasado, hice oídos sordos y esos comentarios no me importaron. Pero escuchar a la persona que más quieres en este mundo que también lo creyó es un disparo más al corazón.


 

—Oli—mi padre es el primero en notar mi presencia, mi madre gira su rostro y me mira con cara de culpa.


 

—Yo solamente venía a decirles que voy a salir un rato—es lo único que puedo decir.

 

—Cariño.


 

—No, mamá, no me tienes que dar explicaciones de nada, ya sé lo que piensas de mí—doy la vuelta dispuesta a irme.


 

—Es que cómo quieres que no pensara eso cuando tú estabas muy decidida a hacerlo y de pronto recibo una llamada que estás en un hospital, me dicen las causas por las que estás ahí, ¿qué querías que pensara?—mi madre tiene un punto y es válido, pero lo que me duele es que no lo haya hablado conmigo, que no se haya sincerado y que se lo guardo para ella.


 

—Por lo menos pudiste haberme dado el beneficio de la duda, mamá—esto último lo digo en forma sarcástica. Escucho la bocina del auto de Morgan y me voy sin más nada que decir.


 

 

—Esa cara que traes de espanto, no se nota que ya estamos a punto de salir del infierno llamado escuela—Morgan está feliz porque podrá irse a la universidad de su sueño, tiene a un novio que es maravilloso y aparte es su mejor amigo así quien no estaría feliz, no me malinterpreten estoy muy feliz por ella. Me quise ahorrar el melodrama y no le conté lo de mi madre, creo que ya es suficiente de mis desgracias, por lo tanto, es hora de usar al mini fenómeno de excusa de mi mal humor.


 

—No es nada, simplemente que este bebé no me deja ser feliz—hago un llanto falso.


 

—Pero que le pasa al bebé de tía—le habla a mi vientre en forma de bebé.


 

—No hagas eso, me avergüenzas—me saca la lengua en respuesta y nos ponemos en marcha.


 


 

Graduación


 

La ceremonia fue lo normal, las fotos de despedidas, algunos llorando, otros muy felices, algunos padres mirando mi barriga con asombro, otras señoras me daban tips para cuando nazca el bebé, sin duda las mejores. Ya estoy en casa buscando que ponerme para él baila, ya que no me Interesaba ir, pero mis amigos me convencieron de que lo hiciera por ellos. Me tiro en mi cama cansada, pues me canso más de lo normal. Cuando siento algo en mi espalda, me levanto y veo una caja blanca con un moño dorado, lo abro y me quede maravillado con que lo veo, es un hermoso vestido plateado corto de mangas largas, abierto de los senos, bastante sexy. Como me gusta, tomo la tarjeta y dice "para que te la pases genial" y es la letra de mi madre. Me pongo el vestido y está Justo a mi medida, es precioso, me arreglo, me maquillo y me peino y lista para la fiesta.


 


 

En el lugar están todos los de la escuela luciendo sus mejorares vestidos y los chicos sus mejores trajes.


 

—Mi mejor amiga si es perra—ese es Caleb luciendo un lindo traje y su sonrisa de coqueto.


 

—Vaya, pero qué guapo estás, ¿acaso estás soltero?—le coqueteo en broma.


 

—Claro que no, tiene una fabulosa novia y esa soy yo—dice entrando en la conversación Morgan luciendo espectacular.


 

—Basta de charla y vamos a lo que venimos que es a mover nuestros traseros.


 

—Concuerdo contigo amigo—y así entramos todos al salón de baile y nos ponemos a bailar, la música está al tope y todos estamos gritando y bailando hasta más no poder, cuando de repente ponen nuestra canción favorita del momento que es de Billie Eilish, nos miramos y empezamos a cantar nuestra parte favorita.


 

I don't relate to you, I don't relate to you, no 'Cause I'd never treat me this shitty You made me hate this city—toda la escuela canto la canción a todo pulmón, grite tanto cantando esa parte que se me secó la garganta así que dejo a los tortolitos un rato y voy por un poco de ponche sin alcohol.



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En el texto hay: romace, polosopuestos, novela juvenil 18

Editado: 13.11.2024

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