Perfectamente imperfectos

24: ilusión

 

5 años después

 

¡Sofia!—esta soy yo despertando a mi hija de 4 años para llevarla a la escuela y que no se le haga tarde, tal parece que mi amada bebe heredó la pereza de su madre. Por donde empiezo, ah si, lo loca que ha sido mi vida durante todo este tiempo, me gradué hace un año de arquitectura fui a la universidad estatal, la verdad no me fue para nada mal, obviando algunos detalles, los primeros meses viví con mis padres, ya que no podía dejar a la pequeña sofi sola y mis padres encantados se quedaron con ella, mientras yo iba a la universidad, después de un año ya era hora independizarme, por lo tanto, mis padres me regalaron un departamento, no me hice la digna y les dije que no que yo podía pagármelo, cuando era obvio que eso sería mentira.


 

Lo cierto es que no quería vivir de ellos, así que me puse a trabajar en una empresa de secretaría, los tiempos que tenía libre de la universidad. Que si fue difícil, aún lo es, pero vale la pena cuando veo la sonrisa de mi hija que es toda una traviesa, los primeros días de nacida todavía no había asimilado que esa pequeñita era mi hija y que yo era la encargada de alimentarla, por lo tanto, cuando lloraba por su comida, yo pensaba que estaba soñando y me quedaba dormida, mi madre entro una noche a mi cuarto echándome agua fría para recordármelo, después de eso yo solita me despertaba.

 

—Mami, es muy temprano—dice mi pequeña pasándose sus manitas por su hermosa cara.


 

—No, no lo es cielo, ¿no quieres llegar tarde como la última vez, no?—ella oculta su sonrisa debajo de las sábanas, mi querido director de la secundaria, ahora director de mi hija, se puso de todos los colores cuando supo que tendrá que seguir viéndome la cara por un largo tiempo.


 

—El director te tiene miedo siempre que te ve se va corriendo, entonces podemos llegar tarde, por eso—me hace ojitos para que caiga, pero no voy a caer.


 

—No podrás conmigo, así que arriba señorita—la levanto de la cama, le doy un baño, la visto y la llevo hacia la cocina para darle su desayuno.


 

—Papá ya te dijo a qué hora estará aquí—veo en sus ojos la emocionada que está porque Ansel llega hoy.


 

Con Ansel las cosas han sido difíciles, después de nuestra ruptura, se fue a estudiar a la universidad una semana después, fue bastante doloroso no verlo tan seguido e imaginarlo todos los días que llegara a la casa hacerme algunas de sus bromas, pero tuve que hacerme la fuerte por nuestra hija, lo que no puedo negar es lo buen padre que es, ama con locura a Sofía, siempre viene cada vez que puede, como en navidad y verano, definitivamente vernos al principio era bastante incómodo porque nuestro amor seguía intacto, y no queríamos confundir las cosas, aunque cuando lo vi después de meses me puse tan nerviosa que cuando fue a la casa a ver a Sofía le pregunté que a quien buscaba.


 

Esta vez no viene solo de vacaciones, sino a mudarse, por lo que escuche, le ofrecieron un buen trabajo aquí y viene para quedarse, no negaré que en el fondo de mi corazón tengo la esperanza de que lo nuestro pueda ser.


 

—Dijo que estará aquí como a las 5, por eso tienes que ir a la escuela y pórtate bien para que vayamos a buscarlo.


 

—¡Sí!—grita toda emocionada.


 

****


 

Pasó a dejar a Sofi a la escuela, me pongo a ver todo lo que ha cambiado esta escuela y todo lo vivido detrás de esas paredes, siempre que vengo nos imagino a todos aquí, molestando y haciendo de las nuestras. A lo lejos veo al director y para fastidiarlo le tiro un beso al verme, entra enseguida como si lo estuviera persiguiendo algún demonio, no puedo evitarlo y lanzo una carcajada.


 

—Ves mami, él te tiene miedo y no sé por qué si eres una princesa amorosa y dulce—me mira con sus lindos ojos idénticos a los de su padre. Me agacho y le doy un beso en la frente.


 

—No le hagas caso amor, lo qué pasa es que es un ogro—mi hija suelta una risilla y se va por los pasillos de la escuela. En eso me fijo en la hora y noto que está tardísimo.


 

—Carajo, mi padre me va a matar—cuando me gradúe mi padre me puso a trabajar en su empresa, él por supuesto quería ponerme en buen cargo, pero yo no lo quise así, le dije que sería una más en su empresa que poco a poco me iría ganando las cosas y mi padre no se opuso. Faltan 15 minutos y el tráfico no avanza. Si señores ya tengo coche, mi madre me lo regalo cuando empecé la universidad, mi padre se opuso diciendo que sería un peligro al volante, al principio así fue, pero ya soy toda una experta. Aparco el carro, me bajo lo más rápido posible.


 

—Otra vez llegando justa al tiempo—me dice Marta, una compañera de trabajo muy amable que siempre nos echamos una cuantos chismes a la hora de la comida.


 

—Juro que será la última vez—ella niega con la cabeza porque sabe que no es así. Subo al ascensor, llego a mi área de trabajo, cuando siento que alguien me agarra por la cintura y me arrastra hacia el cuarto de limpieza.


 

—Hoy estás preciosa con esa falda que hace que tu trasero se vea más apetecible de lo que ya es—me besa de forma desenfrenada.


 

Lo aparto porque alguien podría vernos y ahí si estamos jodidos.


 

—Iván, que te he dicho de estos arrebatos—me cruzo de brazos y lo miro como si estuviera loco, ¿se acuerdan de ese Iván que nos besamos en aquel hotel y que era socio de mi padre? Pues si es ese Iván, cuando entré a trabajar hace unos meses me lo encontré, me empezó a coquetear y una cosa llego a la otra. No somos nada serio, solo nos acostamos de vez en cuando, el sí quiere algo serio conmigo, siempre me invita a comer o tomar algo, pero siempre le digo que no, porque como ya dije tengo la esperanza de que Ansel y yo podremos darnos una oportunidad. Morgan me dice que lo intente, que nada pierdo, que no me puedo a aferrar a los recuerdos que tengo con Ansel, que tengo seguir con mi vida, que pruebe todos los penes posibles, las palabras de mi amiga son bastante alentadoras, aunque estoy feliz por ella porque al final de todo ella encontró a su hombre soñado, pero es que de verdad no puedo mi corazón no ve a nadie de la misma manera como lo ve a él.



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En el texto hay: romace, polosopuestos, novela juvenil 18

Editado: 13.11.2024

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