Capítulo 10: La inseguridad del alumnado

—¿Qué te ocurre? —preguntó Kriogennyy al ver a Wyatt en aquella forma.

El inglés levantó su mano apuntando al frío enmascarado, y de ella salió una enorme y poderosa descarga eléctrica que golpeó de lleno a Kriogennyy, quien se quedó de rodillas aturdido por el impacto.

Sin dudar ni un momento, Wyatt corrió hacia Kriogennyy y lo golpeó en la cara para posteriormente repetir aquel ataque que lo dejó desorientado.

Azariel, dormido como un tronco sobre el barro y la lluvia, fue levantado por Wyatt y lo llevó con los demás.

—Wyatt, ¿Qué te ocurre? —preguntó Sebástian— ¿Por qué de pronto te salieron rayitos del cuerpo y te hiciste más fuerte?

—¿Recuerdas que Luna habló sobre que sería difícil para mí hacer un examen durante una tormenta? Ocurre esto.

Wyatt volvió a la batalla al ver de reojo a Kriogennyy levantarse del suelo.

—No lo termino de entender

—yo te explico mejor —le respondió Luna— durante algún fenómeno meteorológico, hay elementos que reaccionan a ellos y amplifican la fuerza, velocidad, agilidad y demás de un elemental. Si hay tormenta, el elemento electricidad se ve afectado como puedes ver ahora —comentó señalando a Wyatt, quien se repartía golpes con Kriogennyy.

—¿Y no lo deberíamos ayudar? —opinó Sebástian— aunque sea más fuerte no podemos quedarnos aquí parados sin más.

—Creeme, solo él será suficiente para ganar.

Ryan, con su mano desbaratada, se quejaba en su mente acerca de lo que Luna dijo sobre que Wyatt bastaba para derrotar a aquel que lo había humillado.

Wyatt y Kriogennyy seguían en lo suyo hasta que este último lo detuvo.

—¡Escuchen, en serio tienen que irse de este lugar. A tu mamá le gustaría que su hijo regresara a casa, aún así fuera acobardado y derrotado por mí!

Los destellos eléctricos que bordeaban a Wyatt se hicieron más brillantes denotando su rabia por aquella provocación. A gran velocidad se acercó a Kriogennyy con el puño envuelto en energía eléctrica. Kriogennyy levantó un muro que rápidamente se resquebrajó y rompió con el golpe de Wyatt, dando paso para seguir corriendo hacia su objetivo.

De aquel puño fue lanzada una nueva y brillante descarga, esta se asemejaba a un rayo y golpeó de lleno a Kriogennyy, quien se levantó con su gélida armadura destrozada y empezando a sangrar, vió a Wyatt con el brazo lastimado luego del disparo.

Aprovechando que su rival estaba estático, Kriogennyy congeló las gotas de lluvia en el aire y las lanzó como granizo a Wyatt, quien al recibir el corte e impacto de algunas en la cara, reaccionó. Bloqueó el hielo con algo parecido a un rayo globular que destruyó los fragmentos arrojados.

Wyatt lanzó otra descarga que fué interceptada por un muro de hielo, provocando que ambos ataques fueran destruidos.

Al no poder atacar de nuevo a la distancia, ambos se acercaron percutiendo golpes el uno al otro, aunque se veía que el que más era afectado era Wyatt, quien también fué congelado de los pies para evitar que llegara a moverse de su sitio.

—Por un momento me asustaste —se burló Kriogennyy golpeando a Wyatt en la cara— no eres tan fuerte como el profesor Azariel, pero sí podrías darme problemas.

Luna, Sun-Shin,  Sebástian y Ryan observaron que a la espalda de Wyatt aparecieron dos pararrayos de energía eléctrica creados por él mismo que atrajeron los relámpagos de la tormenta hacia él, dotándolo de aún más fuerza que antes.

—¡Esto es malo! —se exaltó Luna— ¡Apenas puede soportar el poder que tiene ahora, si aumenta aún más explotará y acabará con todos nosotros en el proceso!

Todos menos Ryan se asustaron con lo que Luna les dijo, quien a su vez hendió su mano temblorosa en espera de algo.

—¡De ninguna forma voy a explotar junto a estos idiotas sin derrotar a aquél imbécil de pelo blanco! —reflexionó.

Un manto de barro se levantó del suelo bajo la mano de Ryan y, haciendo un gesto como si lanzara una roca, salió disparada directo a Wyatt, quien estaba en el suelo recibiendo la energía de los truenos que le caían con notable dolor.

El puñado de tierra mojada golpeó fuertemente la nuca del inglés y cayó inconsciente al barro, provocando a su vez que desaparecieran los pararrayos y Kriogennyy siguiera avanzando hacia ellos dolorido por los ataques de Wyatt.

—¡Tú! —gritó señalando a Sebástian— ¡Te dije que les dijeras a todos que se fueran de aquí!

—¡No lo haré si no me dices por qué tenemos que irnos! —le respondió— ¡Tenemos que aprender a controlar nuestros elementos y no podremos si no es aquí!

—¡No lo entenderías, solo obedéceme!

En el lugar, repentinamente apareció una figura alta de pelo blanco de entre la lluvia y el destello de los rayos, era el director Lenard.

—¡Director! —gritaron todos contentos con aires victoriosos.

—Azariel… —susurró viendo a los caídos y malheridos— Joven Watson… Joven Wexford…

—¡Tú! —le gritó Kriogennyy con un notorio enfado al verlo— ¡Tú! ¡No creas que dejaré que ellos se conviertan en lo que tú los estás educando!

—¿En elementales de bien? —le reclamó Lenard.

—¡Sabes de lo que hablo, idiota!

Dicho esto, Kriogennyy hizo aparecer una densa neblina por los alrededores, haciendo que lo pierdan de vista y, para cuando la bruma desapareció, Kriogennyy también lo hizo.

Lenard pidió ayuda a los profesores de la academia que trasladaran a todos los lesionados al hospital, y al resto a la academia para dar una noticia.

Bajo la tormenta en el patio de recreo, con todos los alumnos usando sus sombrillas y los únicos tres integrantes restantes del cuarteto vistiendo con ropas secas, Lenard dió un anuncio.

—Estimados estudiantes, es mi deber como director el de protegerlos ante duras adversidades como las que hay en estos momentos. Hace unos instantes el sujeto de pelo blanco que agredió a los estudiantes de primer año regresó y mandó al hospital al querido profesor Azariel y a dos estudiantes de primer año, por tanto debo de hacer lo más prudente con respecto a una situación así: reforzar la seguridad del alumnado.