POV: Raquel
Aun sigo sin saber muy bien como volvimos al hotel, aun siento el cuerpo de Anastasia temblando entre mis brazos, aun veo la cara de Marina totalmente desencajada viendo tan terrible escena, Ema solo miro fugazmente, agarro a Marina y la aparto de la puerta con palabras que ahora no sabría repetir, sé que Manu se llevó a Ema y Marina primero, yo no era capaz de levantar a Anastasia ni de levantarme yo hasta que note el brazo de Cristian rodearme separándome un poco de Anastasia y obligándome a levantarme, se puso delante mío, muy cerca, no era capaz de oírle, sé que me hablaba porque veía como movía los labios no fue hasta que me zarandeo que pude volver en mí.
-Tenemos que largarnos Raquel reacciona- me ordeno
-Si- solo fui capaz de decir eso, vi cómo se agachaba y pasaba por detrás de su cuello uno de los brazos de Anastasia para levantarla lo cual hizo sin mucho esfuerzo, me agarro de la mano y empezó a andar, sé que andaba, pero no sería capaz de recordar algo del camino de vuelta, no fue hasta que vi el edificio de piedra en el que nos estábamos alojando que me gire para mirar a mi amiga la cual estaba con los ojos rojos de llorar y la piel pálida. Al llegar a la puerta extendí el brazo para abrirla, pero esta se abrió sola, nos depositó suavemente en el sofá de recepción, recuerdo el silencio salvo por lo que intuí que era el grifo del agua, la cabeza me daba vueltas y sentí nauseas, pero Marina se me adelanto, salió corriendo hacia el baño, me encontré con la mirada de Ema, estaba sentada enfrente mío, Manu nos dio un vaso de agua a cada una mientras le oía maldecir junto con Cristian
- ¿¡Pero qué coño era eso!? – Grito tan alto que temí que despertase a la dueña
-Hermano yo que se, lo vi a la vez que tu- Cristian intentaba mantener el control, pero se le notaba alterado
-Era sangre tío, ¡Sangre! - ese grito me sobresalto sacándome de esta especie de trance
-A lo mejor era de un animal- mi voz sonó más baja de lo que pretendía, ambos se giraron para mirarme, Cristian se arrodillo enfrente mía, buscaba mi mirada- quizás les ataco algo y tuvieron que defenderse
- Si fue eso, ¿Dónde están? - el tono de Manu denotaba nerviosismo- están muertos- dijo en tono bajo mientras se sentaba en el sillón que Marina había dejado libre
Anastasia soltó un sollozo ante esa evidencia, Marina volvió y se sentó junto a Ema, se agarraron de la mano en un intento de consolarse
-Quizás…- empezó Ema- quizás están perdidos en el bosque si consiguieron huir
-Pero vosotras habéis visto lo mismo que yo ¿Verdad? Eso era sangre, y sangre humana… Joder- exclamo llevándose las manos a la cabeza- ¿Tu no dices nada tío?
-Pues mira si- dijo levantándose y dejándome una clara visión de la pelea- digo que ahora mismo no es momento para gritar a nadie y menos a ellas, míralas, están en shock, lo mejor será dejar que se calmen y llevarlas a su habitación.
Como por arte de magia Manu se calmó y nos miró una a una dejando para el final a Ema, la cual le devolvió la mirada, este suspiro, pero finalmente accedió, Ema se levantó sola mientras se abrazaba a sí misma como si estuviese en pleno diciembre, Manu ayudo a Anastasia la cual apenas podía moverse entre las lágrimas de sus ojos y el flaqueo de piernas, Cris se acercó a mí, pero le pare con un gesto y señale a Marina, entendió que quería que la llevase a ella primero
- ¿Segura? - me pregunto mirándome, levanté la cabeza para mirarle fijamente a los ojos y asentí- Vale, no tardo- Se acero a Marina, la cual no opuso resistencia y se dejó guiar por Cris escaleras arriba.
Estaba sola, completamente sola, oía el viento contra las ventanas viejas, note el calor de la chimenea, note el frio de la mano que sujetaba el vaso de agua, lo mire como si eso fuese a darme las respuestas. Era imposible que fuesen los del tren, seguro que había sido un animal que vio el sitio y decidido comerse ahí a su presa, esa sangre podía ser de conejo perfectamente o de alguna alimaña, por aquí había zorros seguro que eran los responsables de este mal trago, no sé si me lo creí o solo fingí creerlo, pero note algo de relajación en mis extremidades, me acerque el vaso de agua y di unos sorbos, el líquido me refresco. Pero, si era eso, ¿Dónde estaban? Quizá se asustaron y echaron a correr y se perdieron, o se equivocaron de camino y fueron al antiguo pueblo o quizás…
- ¡Raquel! - Me sobresalte al oír mi nombre, se me cayeron unas gotas de agua al suelo- Pero querida ¿Qué os ha pasado? He oído a tus amigas llorar y los dos muchachos acompañarlas a la habitación, me asuste al no verte, pero me dijeron que estabas aquí abajo
En ese momento recordé
-He visto a Sofia en una tienda de electrónica y se ha comprado un cargador
- Y eso es raro porque…
- Porque no había nadie en la tienda, entro con dos hombres, no estaban cuando lo hice yo, pero tampoco había dependiente ni clientes
Y también
-Sofia espera, se te ha caído…- me agache pare recogerlo, era un móvil y un cargador, el cargador era nuevo, podría arriesgarme a decir que de IPhone, pero el móvil… era un Samsung
-Gracias querida, no sé dónde tengo la cabeza a veces- me lo arrebato de la mano
-Pero…- me hice la tonta- ¿Te acabas de comprar el cargador? Parece nuevo
-Si, lo compre antes del viaje, bueno… descansa querida.
Me puse tensa, no sé por qué me vino eso a la cabeza.
- ¿Os habéis hecho daño? ¿Quieres que te revise? - Se acerco a mí, pero me aleje todo lo posible teniendo en cuanta que estaba sentadas en un sofá de tres plazas, este paro en seco y me miro preocupada- Vale, perdona, no quería incomodarte, solo dime si os habéis hecho daño o necesitáis ayuda- negué con la cabeza- Vale, pues me voy arriba- en ese momento apareció Cristian por las escaleras- Si necesitáis algo me avisáis- se giró con aire de desconfianza y se fue. Cris se acercó cauto, aún estaba subida al sofá en posición defensiva, noté como se hundía el asiento más alejado y decidí mirarle.