Persepción Birreal

Quien Vio el Collar

Era de noche en el escondite; Erika había quedado sola después de que los chicos se fueran a casa. Era prácticamente un hábito; luego de pasar la tarde allí, ella se quedaba sola para pensar mientras oía la música que pasaban en la radio que habían llevado hace tiempo.

Esta vez Erika escuchó como empezaba a sonar una canción en especial: "Lonely Dance", de Set it off, una de sus favoritas; y en un momento de debilidad, se levantó de su asiento y empezó a bailar al ritmo de la música. Le apasionaba la danza, aunque, debido a su dificultad para relacionarse con los demás, no mostraba lo talentosa que era. Scait era el único que conocía esta parte suya; aparte de su madre claro.

Un chico, que pasaba por el puente, escuchó la música y la siguió para ver de donde venia. Al bajar se encontró a Erika inmersa en sus pensamientos mientras bailaba. Cuando ella lo vio se sobresaltó y apagó la radio.

-Bravo – dijo él mientras aplaudía – Genial, eso estuvo genial – el chico dejó de aplaudir mientras ponía una cara de estar recordando algo – Ey, ¿qué no eres la chica con la que me choque esta mañana?

Ella, nerviosa, se tomó del brazo – ¿Tú quién eres? – preguntó mientras agachaba la cabeza.

- Es cierto, no nos presentamos apropiadamente. Soy Etan Smith – el recién presentado hizo un ademan simulando una reverencia, y luego preguntó – ¿Y tú eres?

- E-Erika, Erika Miller – contestó nerviosa.

- Bueno, Erika, eso fue grandioso – comentó Etan refiriéndose al baile realizado por ella. Él era de alrededor de uno ochenta de alto, con ojos marrones al igual que su cabello.

- No te burles de mi – respondió molesta la rubia.

- Lo digo enserio, eres muy buena. ¿Dónde aprendiste?

- En ningún lado. Aprendí sola – ella estaba empezando a entrar en confianza.

- No te creo – dijo él, sin cuestionar realmente lo que ella decía.

- Es la verdad – se defendió la chica.

- Te creo, te creo – la calmo Etan -. Y creo que no deberías esconder ese talento – él tomó asiento. Ella lo imitó.

- No, solo se burlarían de mi – dijo retrayendo sus piernas contra su pecho y hundiendo la cara en ellas. "Se ve tan tierna encogida de esa forma", pensó Etan.

- No lo harían – trató de consolarla el muchacho.

- Claro que si – se encogió aún más tras decir esto -. Siempre se burlan de la chica rara de los amigos imaginarios.

Etan no comprendía aquel cambio de rumbo que la conversación había tomado. Aun así, no pudo evitar sentir lastima por aquella bolita de inseguridad sentada frente a él. Era muy bonita, lo cual le dificultaba verla siendo humillada.

- No me pareces rara – dijo tras un breve silencio.

- Eso es porque no me conoces – contestó Erika apenas levantando la cabeza. Se notaba que estaba a punto de llorar.

- Entonces quiero conocerte mejor, así verás que lo que digo es cierto – le respondió él.

- No creo que sea buena idea.

- Pues yo si – insistió el chico. El brillo de sus ojos irradiaba confianza, lo cual la tranquilizaba un poco -. ¿Qué dices? ¿mañana está bien?

- No... gracias... - lo rechazó ella.

- Está bien – dijo él un poco desilusionado. Acto seguido, anotó una dirección en un papel y lo dejó en la mesa ratona frente a ella -. Por si cambias de opinión, estaré allí a las 20:00.

Erika solo se limitó a negar con la cabeza, ya se estaba calmando. Etan ya se había dado vuelta para irse cuando ella le preguntó:

- ¿Qué hacías por aquí?

Etan se frenó en seco. – Ah... solo volvía de mi clase de danza. Vivo a tres cuadras de aquí – contestó cayendo en la cuenta de que nunca había dicho porque estaba ahí.

- ¿Tú bailas? – preguntó Erika aguantando una carcajada por la tan inesperada explicación.

- Si enserio quieres saberlo... - él se agachó y le acercó aun más el papel –, nos vemos mañana.

Tras decir esto Etan dio media vuelta y se fue. Erika quedó viendo el espacio que dejó él y pensando que debería hacer. Cuando volvió en sí, la música había dejado de sonar hace rato y pasaban de las 22:00. Se levantó de un salto, agarró su abrigo y se frenó. Se frenó y volteó. Vio el papel que había dejado Etan. Dudó un momento, lo tomó, lo puso en su bolsillo y se fue.

 

 



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En el texto hay: amigos imaginarios, danza

Editado: 31.07.2021

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