Pesadilla

Sueños repentinos

No lo vas a poder creer, otra vez tuve el mismo sueño, otra vez lo mismo, el mismo sentimiento, todo. Nada cambió. Pero para que entiendas un poco mejor te voy a contar desde un principio, hay cosas que no te dije...

Empezó cuando tenía once años, no habían ni pasado los dos días del año nuevo cuando nos fuimos a una cabaña con la familia en medio de un bosque que le pertenecía a un amigo conocido de papá. Esa noche causa del insomnio decidí explorar un poco el lugar, me levanté sin hacer ruido y salí, antes de eso me abrigue por el frío que hacía.

Me alejé unos veinte metros del lugar donde descansábamos y luego ví una cabaña abandonada en frente mío, bueno.. al menos eso parecía cuando decidí acercarme.
 Me acerqué lentamente y sin hacer ningún ruido por si había alguien, miré primero desde la ventana hacia adentro y al no ver nada decidí entrar. Al mover la puerta rechinaba como si nunca la hubiesen abierto, entré mirando los costados, todo estaba oscuro, no eran tantas las cosas que habían ahí, pero cada una parecían ser de gran valor, ahí me pregunto por qué alguien dejaría todas esas cosas en ese lugar al alcance de cualquiera, de repente alguien me habló.
—¡¿Quién sos?!— Me asusté por la manera en que me habló, por su voz que era horrenda y más haciéndolo desde la oscuridad, era una señora, no la vi por completo, sólo su forma en la oscuridad.— ¡¿Qué haces en mi casa?!.
—Perdón señora, creí que el lugar estaba abandonada.
 Le dije asustado.
—¿Ah si?.
La miro a la señora tratando de identificar cómo era su rostro, pero no logro percibir nada, sólo su forma.
—S.. si.
 Le respondo con algo de tartamudeo.
—JAJAJAJAJAJA.
De repente se ríe la señora, yo no entendía por qué lo hacía así que le pregunté.
—¿Me puede decir por qué esa risa señora?.
Al escucharme paró de reírse, nos quedamos en silencio por un rato, luego se mueve hacia atrás la señora y desaparece. 
—¿Señora?.
Pregunté acercándome un poco sin perder de vista el lugar en donde estaba. Hasta que escucho que la puerta se cierra de una manera violenta, doy la vuelta con miedo y rápidamente me acerco para tratar de abrirlo pero no puedo.
Escucho las risas de la señora entre las oscuridades.
—Señora por favor déjeme ir.
La señora no me respondía, hasta que trato de tirar la puerta a patadas, lo pateo y lo pateo pero de repente algo me agarra del cuello desde atrás tirándome hasta caerme al suelo. Me levanto mirando por todos lados, empiezo a llorar mientras temblaba, al no saber qué hacer me siento en mi lugar, tapo mis oídos con las manos, apoyo mi cara sobre mis rodillas y empiezo a repetir.
—Dejáme salir, dejáme salir, dejáme salir...
Presiento que la señora se me acerca de apoco mientras yo seguía repitiendo lo mismo. Luego escucho que dice una frase medio confusa, parecía ser en otro idioma, mientras se me seguía acercando y yo seguía tapándome con mis manos y rodillas.
 Hasta que me despierto en mi cama, no sabía cómo había llegado hasta la cabaña, ya era de día, me levanto, todo parecía ser un sueño. Al pasar unas horas decidí volver al lugar, fuí por el mismo camino, pero al llegar me sorprendí, no había nada, sólo pasto rodeado de árboles.
 Nunca les dije a mi familia lo que me pasó, al volver a nuestra casa viví por unos días normalmente, hasta que un día pasó algo.. me encontraba acostado en la cama sólo y encerrado en mi habitación, en medio de la oscuridad bajo las sábanas por completo, estaba cómodo en un principio, ya me estaba durmiendo, hasta que siento que no me puedo mover, ni un dedo podía levantar.
Abro los ojos pero no puedo ver nada por la oscuridad y más estando debajo de esas sábanas, en un momento mis latidos empiezan a andar más rápido de lo normal, empiezo a temblar y no es por frío. Al mismo tiempo empiezo a sentir que me falta el aire, no puedo respirar, trato de llamar a mi hermano pero no puedo hablar, sólo podía sarasear su nombre pero era imposible que me escuchara, siento que hay algo cerca mío, una presencia oscura y malévola, debe ser esa cosa que me está haciendo todo esto, pero no lo sé, solo sé que está por ahí cerca y que se divierte viéndome sufrir, lo sé, percibo sus risas malvadas.
 Sigo tratando de hablar, tratando de gritar el nombre de mi hermano, pero no puedo, luego algo empieza a tocarme la espalda, siento un escalofrío en todo mi cuerpo, dedos que parecen ser de un humano, pero muy delgados como para que sea de un cualquiera, de repente me despierto... hay sudor en todo mi cuerpo, hay miedo en una parte de mí, todo era un sueño, una pesadilla. Vivo mis días normalmente luego de eso, pasan varios meses y a la hora de volver, vuelve muy recargado...
 Aunque esta vez estoy corriendo, soy más chico, no supero ni los 6 años, corro por una calle tratando de irme a un lugar, pero no sé dónde es, debe ser mi casa. Sigo corriendo, de repente choco con alguien y ambos nos caemos, el tipo se enoja yo simplemente sonrío, me levanto y corro otra vez.
 Llego a un restaurante, paso por el medio de todos durante el recorrido, luego salgo y veo a muchas personas en la calle, parecía que se divertían, parecía ser un carnaval, un festejo de Halloween o ese tipo de festivales, pero era raro ya que en donde vivo no hacen ese tipo de fiestas en las calles. Paro de correr, veo que las personas se sacan fotos, aunque no me gusta con qué cosa se sacan esa foto, esa cosa era la figura del Diablo, gigante de unos cinco metros de alto, escupía llamas como un dragón.
Luego alguien me toca el hombro preguntándome qué hago sólo en ese lugar, yo me doy la vuelta y lo veo, me asusto ya que tenía puesto una de las máscaras con la figura del Diablo. Le respondo que no hacía nada, hasta que se acerca una señora también con una máscara puesta y me pregunta dónde estaban mis padres, yo le respondo que no lo sé, al responderle eso pararon todos y me miraron desde sus lugares, ceería que se ofendieron por decirles eso.
 Sus miradas me transmitían aún más miedo, nadie siguió haciendo lo que estaba haciendo y me empezaron a mirar sólo a mí. Los miro a todos uno por uno, parecían estatuas, eran serios, pasaron varios segundos así.
 Después se me acercó el señor que me habló cuando llegué y sin mediar ni una palabra me empezó a ahorcar con sus propias manos, yo no me resistí, sólo lo miraba, sentí ese dolor a cada segundo que pasaba, tampoco podía respirar. Hasta que me despierto otra vez, tiemblo sin parar, todo era otra pesadilla.
 Pasaron unos años sin vivir otro de esos episodios, creía que ya no iba a volver, pero estaba equivocado... otra vez el mismo lugar, la misma cama, la misma sábana, el mismo sentimiento aunque más profundo que el anterior, la misma presencia, todo. Otra vez me toca la espalda, se siente fría, pero esta vez llega hasta el cuello, yo no puedo verlo, estoy de boca abajo, de repente me empieza a ahorcar, no logro respirar de vuelta, hasta que me despierto... una pesadilla más.
 Tres meses después volvió el otro sueño, de vuelta soy el niño de seis años, corro por la misma calle, llego al mismo lugar, las mismas personas y el mismo tipo que me ahorca hasta que me despierto. Ahora... a un mes de ese suceso, volvió el anterior sueño, pero esta vez logro levantarme, mi piel de inmediato se eriza por miedo a estar en ese lugar sabiendo que esa presencia maldita me ve entre las oscuridades.
Llamo a mi hermano, pero siento que no me escucha, la puerta no la puedo abrir, pero ya sé desde dónde me está viendo esa presencia. Lo descubrí al acercarme a la puerta, estaba cerca de ahí, de la forma en que me di cuenta fue la siguiente: me acerco a la puerta, la trato de abrir pero no puedo, camino hacia atrás, de repente algo me toca el talón izquierdo desde el piso provocandome una caída, me asusto y lo miro desde el suelo, ahí me doy cuenta que es él, estaba al lado de la cama de mi hermano, en la parte más oscura del lugar, pero no lo puedo ver, ¿Será que es invisible?.
 No lo sé, lo único que me imagino son sus ojos, redondos como cualquier ser vivo, pero roja como la sangre, lo que sé también es que me viene atormentando desde niño, nunca lo dije a alguien hasta ahora... Siempre lo mismo, siempre el mismo lugar, siempre la misma sensación, siempre y de manera muy repentina...
 



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En el texto hay: relatos cortos

Editado: 18.06.2022

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