Mi nombre es Peter... Para ti Peter Pan, para mi familia el pequeño chalado y para el mundo alguien inexistente.
Al principio mi cerebro no dibujaba algo coherente, las luces se apagaban tan deprisa, el telón caía de golpe anunciando que la función había llegado a su final y dos segundos después estaba siendo interrogado por fantasmas que fingían conocerme, que fingían ayudarme.
Yo sentía que cada vez me perdía en un agujero sin retorno.
Me repetía cientos de veces que nada estaba mal, pero la realidad era que todo estaba acabando, la luciérnaga perdió su brillo, la música dejo de ser tocada y su corazón dejo de latir, no sabía la razón... nadie lo comprendía.
Tampoco Hailey, ella no tenía la menor idea de los monstruos bajo su cama, del fantasma en su armario... y de Peter Pan tomando su mano.
Estuvo mal... muy mal.
-[No digas adiós, porque decir adiós significa irse lejos, e irse lejos significa olvidar]
Sin embargo te fuiste... Pero yo no te olvide.