¿Serias capaz de dejar todo lo que conoces para aventurarse a otro país? Es una pregunta difícil ¿cierto? Es arriesgar todo lo que tienes, dejar familia, amigos. Irte sin mirar atrás ¿lo harías? Aunque muchos dicen que dejar el país en momentos difíciles es de cobardes, quiero decirles que eso no es cierto, porque no es de cobardes dejar todo para aventurarse en el exterior, dejar a toda tú familia para irte a un sitio en donde no te están esperando con los brazos abiertos, en donde no sabrás si tendrás éxito, un lugar totalmente extraño en donde no conoces a nadie y solo te tienes a ti mismo. ¿Ahora ven? Es sencillo decir "yo me voy de aquí", pero cuando ya están en otro país entra el "y ahora ¿qué hago?", es una difícil decisión la cual se tiene que pensar detenidamente. ¿Realmente es de cobardes dejar el país e momento de crisis? Te lo dejo para que pienses.
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[3 de marzo del 2013]
Era un día normal para Katherine Daniela Lee Romero, como siempre se preparaba para ir a la universidad, preparando los libros, sus cuadernos y lo más importante, sus lentes de sol. Era increíble como a sus diecinueve años se sentía tan presionada, la universidad, el trabajo y la poca vida social que tenía, la estaban dejando cada día más agotada, las materias cada vez tenían más dificultad, cada uno de los proyectos iban exigiendo más al igual que su trabajo, no había momento para que ella descansara, si no era los exámenes finales, era trabajo atrasado en la oficina y sino era su novia quien la sacaba de arrastra para poder salir un rato. Lo Último lo agradecía, porque realmente sin ella estuviese a un paso de volverse loca, ella era su razón para seguir adelante, luchando para construir un futuro para ellas dos, era la chica la cual evitaba muchas peleas, la calmaba salvando a muchos chicos de recibir una gran paliza, la única que podía dominar a la bestia que había en su interior.
Aunque su vida era un ajetreo constante, nunca podía negarles nada a su familia, novia y amigos, era algo inevitable cumplir cualquier petición y como negarle algo a las personas que amaba. Para Katherine a parte de su novia, su familia era lo más preciado que tenía, a pesar de que ella les había confesado su homosexualidad ellos nunca dejaron de amarla, nunca dejaron de apoyarla y eso casi nadie lo tiene, como toda familia peleaban, eso era normal, pero a la final siempre terminaban haciéndose las pases.
Su familia al ver a su novia siempre le habían dicho que eran de mundos distintos; mientras Kate le gustaba estar en casa, su novia simplemente deseaba salir a pasear, a una le encantaba mantenerse en perfil bajo, la otra prefería ser el centro de atención, pero como dicen: "los opuestos se atraen", y ellas era la prueba viviente, eso sí, nunca salían de una discusión, no son de esas peleas grabes, ellas se entendían y se sacaban de las casillas, pero siempre terminaba con Kate pidiéndole disculpas a su novia. Quien diría que por fin alguien domo a la bestia.
—Muy bien clase, habrán la página en el capítulo cien— dijo mientras arreglaba los papeles de su escritorio, la castaña saco su libro mientras revisaba su celular.
—Hey pss— escucho a su lado, pero rodo los ojos sabiendo que era su mejor amigo—, pss, pss— siguió haciendo ruido pero aun así lo seguía ignorando—pss, pss.
—Te vas a espichar si sigues botando aire — dijo para que su amigo se callara, sabía que si seguía ignorándolo, lo más seguro era que se metería en problemas—. Ahora, ¿se puede saber qué quieres?
—Tu indiferencia puede matar Kate— dijo de manera irónica mientras la castaña se volteaba.
— ¿Me vas a decir o qué? — Pregunto mientras levantaba una ceja, ajustando sus lentes oscuros.
—Ha si, hoy vamos hacer una reunión en mi casa. Ya sabes, tenemos tiempo sin hacer un achante— dijo su amigo mientras la miraba, la castaña sonrió un poco al escuchar su propuesta—. También puedes invitar a Natalie, estamos en confianza y...
—Jesús y Katherine, si no les interesa mi clase se pueden retirar— les grito la profesora tomando por sorpresa a ambos chicos.
La castaña maldijo mentalmente a la profesora, pero aun así obedeció poniendo fin a la conversación. La clase continuo, Kate ya estaba a punto de gritarle a la profesora que parara de escribir, pero sabía que si lo hacía lo más probable que aquella vieja -la cual parecía falta de guebo-la mandaría para rectoría, su mano dolía de tanto escribir y era fastidioso, prácticamente eran diez página sobre cómo funciona la mente humana, a veces se pregunta porque había escogido aquella carrera, luego recordaba que ese era su sueño y se le pasaba, pero eso no quitaba que era una pesadilla estar más de cuatro horas metida en un salón, viéndole la cara a una vieja amargada que cada vez que escupía cada vez que hablaba.
Estaba a punto de sonar la campana para por fin tomar un receso, pero antes de que eso pasara entro el rector interrumpiendo abruptamente la clase, incluso a la profesora, todos estaban sorprendidos al verlo, solo se presentaba si había una emergencia o en casos especiales, así que tenerlo ahí significaba posiblemente suspensión de clases y claramente eso era una bendición para todos los estudiantes. La castaña sonrió al ver el rector, dirigió su mirada a Jesús, observando como este sonreía cómplice, estaba claro ese día habría suspensión de clases, eso solo podía confirmar una cosa para la castaña, tiempo libre, durante todo el semestre estaba añorando tener un poco de tiempo libre.
—Estudiantes, es muy difícil dar esta noticia, pero me acaba de llegar la noticia que nuestro presidente ha muerto— todo el salón quedo en completo silencio al escuchar aquella noticia.
— ¿Es una broma? —Se atrevió a preguntar la castaña después de digerir la noticia.
—No señorita Romero, no es una broma, nuestro presidente a muerto— dijo haciendo que la castaña se le formara una gran sonrisa.