Lauren estaba esperando pacientemente a su salvadora, estaba con una sonrisa desde que había terminado la presentación, ahora entendía varias cosas, al igual que sentía un tanto estúpida al no haberlo descubierto antes, sus amigos ya se habían retirado hace unos minutos después de que la oji-verde le insistiera un montón de veces hasta que los convenció de que estaría a salvo, desde entonces se quedó sentada en la barra esperando, varios chicos intentaron invitar a la azabache a bailar, una simple copa e incluso una noche en un hotel, pero esta con mucha hostilidad los rechazaba, pero como siempre había uno que no desistía.
—Vamos nena, te prometo que la vas a pasar bien— dijo un chico alto, rubio de ojos grisáceos, notoriamente ebrio, la oji-verde rodo los ojos.
—Te dije que no quiero, te agradezco que me dejes en paz — dijo por enésima vez, el chico no se daba por vencido y seguía insistiendo.
—Vamos, no importa que tengas novio, no soy celoso — dijo el rubio tratando de acercarse a la oji-verde la cual trato de alejarse.
—Tal vez no seas celoso, pero yo si— dijo una chica mientras apartaba al rubio de un empujón—. Y que sea la última vez que te vea hablándole a mi chica.
—Ya entiendo, las amigas se protegen. Tranquila podemos hacer un trio, no te quedaras sin placer hermosa— dijo aquel chico sonriendo de manera soberbia.
Lauren observo como su salvadora apretaba fuertemente sus puños, a tal punto de que sus nudillos estaban blancos por la presión, la oji-verde quiso prevenir la pelea que estaba a punto de ocurrir -no porque ella quisiera, sino más bien para protegerla- tomo una de las manos de la chica acariciándola levemente, tratando de que esta se calmara, pero en vez de eso observo como se colocaba en frente, tomo su mentón y se dedicó a besarla, de una manera calmada, lenta, como si el tiempo no valiera en ese instante. Al separarse observo que el chico aun seguía ahí, con una sonrisa perversa, algo que incomodaba mucho a la oji-verde.
—Estas de sobra amigo— dijo la castaña acercando al chico con el ceño fruncido—. Sera mejor que te vayas, ahora.
—Vamos nena eso fue muy excitante, pero mejor quedaríamos los tres — en eso el rubio agarro a la castaña y estrello sus labios con los de la más alta.
En menos de lo que se esperaba la castaña ya le había dado un golpe en la entre pierna, seguido de un golpe en la cara, por lo ebrio que andaba en chico le fue más fácil la tarea y casi de inmediato la castaña limpio su boca con asco. Lauren no podía creer lo que había visto, sabía que la castaña estaba herida pero le sorprendió que aun así podía defenderse a la perfección, era una guerrera no podía esperar menos de ella. Sin esperar la azabache llamo a los guardias para que sacaran al chico, este no para de amenazar a ambas chicas, ellas solo lo ignoraron hasta que por fin lo sacaron.
—Debería agradecerte — dijo mirando a la castaña con una gran sonrisa, mientras tomaba un poco de su bebida—, mi enmascarada o Dan Lee.
—Como quieras llamarme ojitos — dijo la castaña que al igual que ella sonriendo mientras tomaba asiento—. Ahora sabes la verdad.
—Debí saberlo desde el principio, aunque supiste fingir al día siguiente— dijo Lauren mirando a la castaña. La actuación que había tenido realmente la despisto, parecía como si no hubiese sabido nada y ella cayo.
—Necesitabas un hombro para llorar, no una heroína así que decidí callar hasta que fuese el momento indicado — dijo la más alta levantándose de aquel sitio—. Es hora de irnos, no quiero que se nos haga más tarde.
Lauren accedió de inmediato al fijarse en la hora, la siguió entre la multitud hasta que salieron del club, la castaña se ofreció casi de inmediato a llevarla hacia su casa, la azabache solo acepto si se quedaba con ella, discutieron todo el camino hacia el auto de la oji-verde hasta que por fin accedió a quedarse. El camino hacia su casa fue totalmente silencioso pero no incomodo, la azabache se dedicó a observar a la castaña mientras conducía y se sonrojaba cuando la ya mencionada la atrapaba en plena acción.
Su cabeza aún estaba atando los cabos sueltos, pero una simple pregunta hizo que todo en lo que estaba pensando, ¿ahora que eran? En definitiva no eran novias pero tampoco eran nada, se daban besos, se celaban pero aun así no han dado el siguiente paso, Dan ya le había confesado con mucha sinceridad que le atraía, pero nunca escucho de sus labios que le gustaba, ¿qué pasaba si solo era atracción? Lauren tampoco se había preguntado si le gustaba la castaña de atípicos ojos, le atraía el misterio que había a su alrededor, que la haya salvado en más de una ocasión pero si se ponía profundizar ambas solo se atraían por el deseo, los besos que se habían dado, la posesividad que tenía la castaña hacia ella, lo que más se demostraba eran sus deseos más primitivos, entonces ¿podría haber más? ¿Realmente quería más?
— ¿En qué piensas? —Pregunto Dan mientras estacionaba el auto en el estacionamiento de la casa de la oji-verde.
—En el futuro— respondió con simpleza observando a la castaña—. En realidad estaba pensando en lo nuestro.
— ¿En lo nuestro? — Pregunto confundida volteando para ponerle total atención.
—Sí, lo nuestro. Porque realmente ni sé lo que tenemos — dijo la oji-verde suspirando evadiendo la intensa mirada de la castaña. Tenía muchas preguntas y quería respuesta de cada una de ellas. Le volvió a mirar para hablar—. No somos nada pero nos besamos como si no hubiese un mañana. No somos nada pero ambas nos celamos como si nos perteneciéramos. Tengo muchas preguntas y pocas respuestas Dan.
—Déjame ayudarte ojitos, no quiero que te compliques mucho y tampoco quiero que te ahogues en un vaso de agua — dijo Dan con una sonrisa acariciando la mejilla de la oji-verde, la cual pudo dar una pequeña sonrisa—. Por ahora digamos que tenemos algo, aún tengo que curar cosas de mi pasado y si te soy sincera no estoy lista para formalizar esta relación.