Treinta y uno de diciembre ¿a qué les suena? Para unos es el reinicio de sus vidas, como si todas las cagadas hechas todo el año se borraran mágicamente, a otros era más nostálgico por los que ya no están, unos se lo tomaban como el día donde se iban a emborrachar hasta olvidar su apellido, o los que aprovechan para ver a aquellos que no veía hace décadas. Fin de años definitivamente era un detonante de muchas cosas, tanto buenas como malas, cada quien tienen su derecho para celebrar como mejor le plazca.
Un día antes del fin de año Lauren en específico se encontraba feliz, había pasado tiempo disfrutando con sus hermanos, esta vez sí que se encargó de disfrutar aquel tiempo, incluso durante esa semana aparto a su novia para poder estar centrada en su familia, claro siempre manteniendo contacto a través de mensajes. A la final todos estaban de acuerdo con compartir junto a su novia el fin de año, así que un día antes su padre se comunicó con ella para avisarle que todos iban a estar presente, su sonrisa ese día fue imposible de borrar, junto a su hermana fueron a comprar algo adecuado para la ocasión, más que comprar solo quería pasar tiempo con su hermana y que más que salir al centro comercial a comprar. Mientras visitaban las tiendas su hermana le comentaba lo genial que era vivir en Londres, de lo mucho que había conocido en aquel lugar, ella solo se dedicaba a escuchar con entusiasmo todo lo que su pequeña hermana le contaba. También contesto las preguntas que ella tenía y vaya que fueron muchas. Por el camino se encontraron con sus amigas, que no desaprovecharon la oportunidad de saludar a su hermana, al final todos se encargaron de acompañarlas en las compras.
Al llegar a su casa sus padres estaban preparando la cena, Taylor se encargó de poner la mesa mientras Chris ayudaba a servir la comida, ella se encargaría de lavar los platos al finalizar la cena. Extrañaba aquella sensación de estar en familia, había pasado aquel año sola, junto algunos empleados y la señora de limpieza, realmente los extraña demasiado, incluso las bromas de su hermano y las historias absurdas de su hermana. Sus padres tampoco se quedaban atrás, podía ver en sus ojos la felicidad reflejada, las sonrisas interminables de su madre, hasta podría jurar que vio a su padre soltar una lagrimas durante la cena.
Terminando la cena recogió los platos con ayuda de su hermano, quien la miraba detenidamente, lo podía sentir y estaba a punto de mencionarle algo pero él le interrumpió.
—Estas tan cambiada Lauren— dijo su hermano mientras le ayudaba a secar, le sonrió mientras continuaba fregando—. Ella debe ser especial.
—Lo es Chris — le respondió mientras lo miraba, notaba como su hermano la miraba de aquella manera especial, como diciendo "estoy orgulloso de ti" y eso la llenaba de felicidad—. Cuando la conozcas mañana te darás cuenta.
—No necesito conocerla, por lo que te ha hecho es suficiente— dijo Chris mientras la abrazaba, ella no pudo evitar soltar algunas lágrimas—. No eres la misma, puedo ver que ahora ves las cosas desde otro punto de vista. Ya no tratas de ser el centro de atención, ahora escuchas atenta cada palabra que decimos y aprovechas cada segundo con nosotros. Esa era la Lauren que esperaba ver y por lo cual estoy orgulloso.
Estaba más que segura que era un mar de lágrimas, escuchar eso de su hermano era algo indescriptible, lo amaba, más de lo que él creía o decía, siempre estuvo ahí para ellos cuando eran pequeños, los protegía e incluso ella era quien los ayudaba en las tareas pero al pasar el tiempo se fueron alejando poco a poco, a la final sus hermanos se fueron a diferentes países y ella se quedó, muy pocas veces hablaban por mensajes o en su defecto video llamadas. No supo en que momento su relación se había roto pero desde ahora trataría de mantenerse unida con sus hermanos, no quería volver en aquel vacío nuevamente.
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En la madrugada del treinta y uno Katherine se levantó más temprano de lo normal, las cinco de la mañana era lo suficientemente aceptable para ella para comenzar aquel ajetreado día, sabía que si quería tener todo listo para la tarde tenía que sacrificar sus horas de sueño, aunque no estaría sola durante la madrugada, ya que su madre y sus amigos se hundirían con ella, a la final fueron ellos que organizaron aquella fiesta.
Con pasos perezosos se dirigió al baño, lo primero que hizo fue meterse a la ducha con agua fría, tal vez eso ayudaría a quitar todo rastro de sueño, aunque sabía que eso era un poco difícil, ya que había estado hablando con Camila hasta alta horas de la noche, "Esa culona me debe una" pensó. Sabía que tener una relación amistosa con la mejor amiga de su novia aliviaría un poco la tensión que había constantemente cuando ambas estaban presente, pero no pensaba que realmente le iba a caer tan bien, aunque la mayoría de veces la sacaba de quicio. Salió de la ducha y envolvió su cuerpo con una toalla para terminar de hacer su aseo personal, cuando miro la hora ya era las cinco y media, se apresuró para vestirse para poder hacer las compras.
Cuando por fin ya estaba lista, junto a su madre salieron del edificio, afuera ya estaban sus amigos bebiendo café, lo típico, cuando se juntaron no perdieron tiempo y se encaminaron para las tiendas, comprando lo que faltaba -ya que lo principal estaba listo-, se dividieron para poder hacer las cosas más rápidas, mientras que Jesús y Yohana compraba unas cosas, ella y su madre compraban lo demás. Mientras miraba las cosas los recuerdos de las navidades pasadas llegaban a su mente, tal vez ella no era muy amantes a esas celebraciones, tampoco a las grandes reuniones pero su familia y su ex sí que lo eran, mientras ella trataba de pasar de aquellos bullicios navideños, Natalie la arrastraba para que bajara a celebrar.
[31 de diciembre del 2013]
Kate se encontraba totalmente relajada en su cama, era casi las seis de la tarde y podía escuchar los gritos desesperados de su madre, le causaba gracia el desespero de su familia cada vez que se acercaba esa fecha, tanto su madre como su tías se estresaban por la comida, el vestuario y un montón de cosas que a ella realmente no le interesaba, ella ya había puesto de su parte al sacar las mesas y sillas necesarias, además de limpiar su casa, así que no quería saber nada más de aquella celebración.