Los siguientes días fueron de en sueño, fiestas a bordo, excursiones. Navegamos alrededor de 7 días para llegar hasta nuestro primer destino que fue El Cairo, era como estar metida en una película de Cleopatra, todo parecía tan montado y falso a mis ojos, era como un parque temático. Atravesamos el Mar Rojo hasta llegar a Oman, había tanto que visitar allí, empezamos por Salalah, un pequeño pueblo milenario, donde existía una población pesquera, humilde pero muy atentos, a pesar de que no hablaban inglés o español nos supieron atender, me sentía como una princesa oriental, posiblemente Brittany se sintiera como emperatriz y no como una simple princesa. Nos hospedamos en el Hilton de la playa de Salalah, era un paisaje hermoso, sobresaltaba su atardecer y su amanecer, era lo que más amaba de las costas. Luego de pasar 10 días allí embarcamos para irnos hasta Abu Dhabi, nos hospedamos en el Qaryat Al Beri, era prácticamente imposible encontrar un hotel que fuera "básico" o inclusive de mala muerte, ésta gente se tomaba el turismo de una manera muy seria, todo era impecable. Visitamos la Mezquita Sheikh Zayed, era deslumbrante, era como ver un catálogo de turismo en HD, ni en mis más remotos sueños hubiera imaginado estar en un lugar así; hacía bastante calor, había turistas de todo el mundo por todos lados: japoneses, alemanes, brasileños, americanos. Estuvimos allí 12 días, todos los días conocíamos algo distinto, algo excitante.
Brittany alquiló un auto ya que estaríamos varios días en Emiratos Arabes y tampoco habíamos tomado las excursiones del barco, unas las hacíamos nosotras por nuestra cuenta y otras contratábamos guías ¿de donde salía tanto dinero? No recuerdo haber gastado más de 20$ a diario, Brittany nos pagaba todo a las 3, de las 3 yo siempre era la más excitable, Pamela no era precisamente millonaria, pero tampoco era miserable, tenía buena posición en la sociedad y ella si podía costearse parte de ese viaje. Como había pactado con Susan y Colton, los llamaba a diario para reportarles que estuviera bien, sólo para eso, no entraba en detalles.
Luego me tocó conducir hasta Dubai, era extraño conducir en vías que desconocía en su totalidad, solo con la ayuda de un GPS, fue alrededor de 1 hora y media de camino.
-¿Te imaginas casarte con un sultan, jeque, príncipe, o lo que sean?
-¡Claro! Tu eres la que tiene posibilidades de realizar esas hazañas Brit
-Ashlee también es capaz Pamela, tiene más agallas que yo para lograr muchas cosas_ me sonrojé y sonreí_ si volteas (¡discretamente!) a tu derecha hay un sujeto que no deja de observarte_ estábamos cenando en el La Baie Lounge; voltee lentamente, diagonal a la derecha de nuestra mesa estaba un sujeto vestido con trapos blancos, una túnica, que hasta donde había aprendido en esos días se le llamaba kandora, me miraba fijamente, su mirada era intensa, eso era algo particular que tenían los orientales por lo visto. Le desvié la mirada por nervios o mejor dicho por miedo
-Al parecer "levantaste" el interés de un árabe Ashlee_ me dijo Pamela bromeando, yo no sonreí, algo me daba mala espina de ese sujeto, volví a voltear a verlo y allí estaba viéndome de nuevo mientras cenaba con sus amigos.
Despertar o no el interés de un hombre no era mi preocupación, nunca me consideré fea, era una chica delgada, cabello castaño rubio, ojos oscuros, buena figura, invertía mucho tiempo en mi cuerpo y en mi apariencia a decir verdad. Mi preocupación real era por qué ese sujeto me miraba de esa manera.
-¿Que haremos mañana?_ pregunté para desviar el tema
-Iremos al Zoco de Oro
-¿Y qué es eso?
-El mercado de joyas más grande de Dubai, es hora de codearnos con gente de dinero de esta nación y ver si encontramos algo de nuestro interés_ dijo Brittany con una sonrisa pícara, yo apenas pude sonreír
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Editado: 17.02.2018