Pide un deseo

Capítulo 6

Era escandalosa la cantidad de luz que entraba, había ventanales panorámicos por todas partes; no sabía qué hacer, si levantarme, despertar a Ian, ni siquiera tenía la certeza de que eso en realidad estuviera sucediendo, si era real o no. Decidí levantarme con sumo cuidado halando una de las sabanas para cubrirme, vi la pared trasera de la cama y había dos puertas, ese debía ser el baño, la abrí y en efecto era un baño, era amplio, con rocas grises en las pareces, también había ventanales grandes con vidrios opacos, había una bañera inmensa; fui directo al espejo tamaño completo que había en una pared, dejé caer la sabana al suelo, no podía creer lo que estaba viendo <<¿ésta soy yo?>>, toqué mi rostro con ambas manos, lucía mayor, tenía el cabello mucho más largo, mi cuerpo había cambiado, mis caderas eran mucho más pronunciadas, senos más grandes, tenía abdomen, piernas y brazos tonificados, sonreí <<¡SI!>>

-¿Qué haces levantada tan temprano?_ del susto recogí la sabana torpemente del suelo y me cubrí con ella, Ian se había cubierto sus partes con un pantalón de algodón gris claro, iba despeinado y con algo de barba, eran tan perfecto inclusive recién levantado

-¿Qué haces aquí?_ pregunté con algo de temor, se dirigió al lavamanos a afeitarse el rostro, me miró a través del espejo

-Lo mismo que hago siempre...

-¿Y qué es eso?_ me miró con extrañeza

-Dormimos juntos de vez en cuando, al menos desde que somos novios. ¿Ashlee te sientes bien? Te veo pálida_ se acercó a mí, yo di unos pasos hacia atrás, él me atrapó y me acercó hacia él y me dio un beso fugaz en los labios, yo estaba petrificada de la impresión

-¿Dónde estamos? ¿Desde cuando somos novios? ¿Qué edad tienes?_ frunció el ceño y sonrió. Tomó mi temperatura con su mano en mi cuello y frente

-Al parecer el vino de anoche te afectó más de lo debido

-Aun no respondes lo que pregunto

-¿Ashlee...?

-Ian por favor...

-Estamos en tu casa, somos novios hace más de 5 años, nos vamos a casar_ me levantó la mano izquierda para que la viera, llevaba un anillo de compromiso_ y tengo 25 años. ¿De verdad te sientes bien?_ me miró como si estuviera loca, pero con preocupación y algo de dulzura

-Estoy bien..._me alejé de él_ es sólo que tuve una pesadilla anoche y creo que junto el vino que dices que tomé anoche todo se me confundió en el cerebro_ sonrió de nuevo y fue al lavamanos a continuar afeitándose. Interno al baño había otra puerta, la atravesé y era un vestier, colmado con ropa y zapatos, 3 paredes enteras, abrí una de las puertas y había ropa deportiva, todo lo tomaba con sumo cuidado, sentía que esas cosas no eran mías; saqué un short sport blanco y una franelilla rosada, me las coloqué y así librarme de la sabana que me cubría, salí por otra puerta que había el otro lado y justó llegué a la habitación donde había despertado. Me dirigí a la puerta de cristal enorme que había en frente de la cama, donde se veía una gran terraza, la abrí y entró el calor combinado con una brisa marina, había muebles de terraza tejidos con cojines blancos, sillas de extensión lujosas, voltee a mi izquierda y había una tv hd inmenso, caminé a mi derecha y había más terraza con más muebles que rodeaban una pequeña fogata hecha con mármol y en su interior había leña y carbón ya utilizado. Miré hacia el horizonte y se divisaba el mar, fue allí cuando sonreí abiertamente <<¡Por fin!>>

Salí de esa terraza, caminaba con cautela, no sabía por dónde caminar porque no sabía a donde me dirigía; fue cuando llegué a lo que era la cocina, todo estaba perfectamente colocado, olía a café fresco, la cocina estaba encendida, me dirigí hacia la nevera para conseguir un poco de agua fría, estaba sedienta, en realidad si había tomado la noche anterior, sentía resaca

-Buen día señorita Lawrence_ cerré la puerta de la nevera estrepitosamente

-Buen día..._ no sabía el nombre de la mujer que me saludaba, era extranjera, al parecer ella si me conocía muy bien

-Buen día Tamina_ entró Ian a la cocina saludando a la mujer. Ian ya se había cambiado de vestuario, llevaba jeans negros ajustados, una camisa de vestir blanca perfectamente planchada y una chaqueta super a la moda gris, bien peinado y afeitado, estaba embelesada ante tal espectáculo visual, olía divinamente

-Buen día Sr. Sprout. ¿Gusta desayunar antes de irse?

-No Tamina, voy retrasado

-Se lo puedo poner para llevar

-No te preocupes, ya me tengo que ir, hay junta y voy tarde_ caminó hacia mí, me dio un beso en la frente

-No llegues tarde, recuerda que tenemos que terminar de montar el programa especial del Oscar de este domingo_ fruncí el ceño en señal de confusión, apenas pude despedirme con un gesto con la mano, porque rápidamente desapareció de la cocina




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