Píntame

Capítulo 1

Liam

Encontrar el trabajo adecuado, no siempre es fácil, y mucho menos si lo que realmente quieres, es uno de los trabajos más cotizados.

Mi vida está llena de complicaciones, mi historial personal está lleno de indisciplinas que yo mismo me he encargado de hacer, ya que no encajó al cien por ciento en ello, y siempre intento que de una u otra manera me terminen despidiendo.

Ahora mi madre fue la encargada de enviarme un anuncio. Un nuevo trabajo. Están buscando asistente para la pintora Agatha Cromwell, la verdad es que he sido gran admirador de sus pinturas. Nunca pensé que dicha oportunidad se me diese.

Sabía con seguridad que el casting para elegir al nuevo asistente de Agatha no será fácil, ya que el anuncio lo han hecho en varias páginas de internet muy reconocidas.

La verdad es que he perdido un poco las esperanzas, pero tengo que ir, mínimo a hacer el intento. Pierdo más no intentando, que intentando.

Llegué al lugar donde se llevaría a cabo el "casting" y me sorprendió mucho ver a sólo unas pocas personas. Me sorprende de verdad, ya que Agatha es conocida mundialmente y ha de tener cientos de fans por estos rumbos. Entonces ¿Dónde están los demás?

Me llamaron. Me dirigí a un salón que estaba hasta el fondo, con nervios inundando cada parte de mi cuerpo. Mis pies temblaban como gelatina y mi respiración demasiada agitada. Llegué a la puerta y la abrí, entré y lo primero que vi fue a Agatha. Ella se encontraba con una cara de amargura que me preocupaba. Tal vez ella no quiere un asistente que controle su vida.

Y allí comencé a mostrar lo que realmente se hacer.

 

Mis pies no dejaron de temblar en ningún momento. Tener a mi ídola frente a mis ojos, poder mirarla me hacía feliz. Cientos de veces había soñado con ese momento, tenerla cerca, pero nunca me imaginé que lo pudiera cumplir.

—¿Liam, verdad? —preguntó el que parece ser el mánager de Agatha, la verdad lo conocía por fotos y vídeos donde hablaba de ella y sus proyectos. Pero no sé su nombre.

Asentí mirándolos a todos con nerviosismo. La mirada que más me ponía nervioso e importaba era la de Agatha, pero a ella no le importaba yo, sus ojos verdes no me siguieron viendo más.

—¿Puedes mostrarnos lo que tú creas que hace un asistente? —dijo un pintor que se encontraba allí mismo, su nombre es Frank, él es el mejor amigo de Agatha, por lo que sé.

Asentí sin decir ni una palabra nuevamente.

Comencé a mostrarles lo que yo creía que hace un asistente. Agenda citas, ayudar al artista, procurar ver con bien al artista, regañar al artista cuando no haga caso, entre cosas más.

Por un momento me olvidé de unas cosas, pero es que por la tensión me vio obligado a tartamudear. No podía evitarlo. Todos se miraron entre sí y yo temía lo peor. Finalicé de hacerlo y todos me seguían viendo a excepción de Agatha.

—Espera afuera, y nosotros los llamaremos al final para decirles quien se queda con el empleo —me dijo el mánager.

Sólo esperaba poder escuchar la voz de Agatha una vez, pero ella no me dio el permiso, permaneciendo callada todo el casting.

 

Los minutos se me hicieron horas, fueron hace exactamente veinticinco minutos desde que yo estaba dentro el salón, y me tocó esperarme en la sala en donde antes estaba. Los demás chicos y chicas estaban igual de nerviosos que yo, se podía ver por la forma en que les temblaban las manos y mordían su labio inferior, a cada rato.

Cuando salió el mánager de Agatha, nos indicó que pasáramos al salón, el ambiente se volvió más denso de lo normal. Yo comencé nuevamente a temblar como gelatina viviente.

Llegamos y en el salón aún se encontraban: Agatha, Frank, el mánager, y la que parece ser la mamá de la primera mencionada. Nos acomodamos a nuestro antojo y yo decidí ponerme enfrentarse todos, no despegaba mi mirada de Agatha, siento que ella comenzó a ponerse incómoda.

—Ya que hemos visto la capacidad de cada uno de ustedes —comenzó hablando el mánager—. Hemos decidido quien de ustedes será el encargado de los asuntos personales de Agatha —la aludida bufó—. Varios de ustedes nos sorprendieron con su creatividad, pero realmente no buscamos eso, lo que buscamos es que administren los deberes de Agatha, y le recuerden de fechas importantes que tenga...

Sentí los nervios inundando cada parte de mi cuerpo. Miré fijamente a los ojos al mánager, para después regresarle la mirada a Agatha, la que se encontraba en su celular, tal vez indagado por sus redes sociales.

—Por eso nos hemos decidido por alguien que nosotros sentimos que es el indicado. Su nombre es: —se tomaron unos segundos de silencio, un total silencio en el salón—. Liam Johnson Felicidades —me miró a los ojos.

Mi mundo se detuvo, no podía creer que me haya quedado con el empleo, pero algo de lo que estoy seguro, es que no voy a fallarles, me han otorgado su confianza y no los defraudaré.



#47530 en Novela romántica

En el texto hay: amor, ficcion, pintora

Editado: 13.11.2018

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